El sonido de las Tres Caídas

Corría el mes de mayo de 1980 cuando un grupo de jóvenes de la Hermandad de la Esperanza de Triana fundaron la Banda del Santísimo Cristo de las Tres Caídas. Capitaneados por Juan Ignacio Fernández Rojas (propulsor) y Manuel García Pérez (primer director), adoptaron la forma de las agrupaciones musicales que tan de moda estaban en aquellos tiempos y tocaron detrás del paso del misterio de su cofradía antes de celebrar su primer cumpleaños. No de un día para otro pero sí de manera progresiva, las cornetas y los tambores fueron imponiéndose y cambiando el estilo de la banda, sobre todo cuando Julio Vera, el alumno más aventajado de aquella nueva formación, tomó las riendas en 1986.

Continuar leyendo «El sonido de las Tres Caídas»

El barbero más universal

‘El barbero de Sevilla’ no es una ópera cualquiera, sino una de las más representadas en el mundo. Inspirada en la obra de Beumarchais que lleva el mismo nombre, fue compuesta por el italiano Gioachino Rossini en 1883 y estrenada en el Teatro Argentina de Roma, donde ocurrió absolutamente de todo. Cuentan las crónicas que uno de los intérpretes rompió una de las cuerdas de su guitarra, otro se resbaló, cayó el suelo y continuó cantando con la nariz ensangrentada, un gato negro atravesó el escenario en medio de la función… Hay quien dice que el estreno fue saboteado por la competencia y otros piensan que se estrenó demasiado pronto; sea como fuere, acabó en desastre.

Continuar leyendo «El barbero más universal»

Paco Gandía y sus garbanzos

El pasado 10 de febrero se cumplieron once años de la muerte de Paco Gandía, uno de los mejores humoristas que ha dado nuestra ciudad. Aunque su colección de chistes era amplísima, uno de ellos, el de los garbanzos, le consagró como un artista de la risa de primer nivel y rara era la ocasión en la que no le pedían contarlo de nuevo. Nacido en el barrio de San Juan de la Palma (1930), concretamente en la calle Viriato, Gandía hizo sus primeros pinitos actuando en bodas, comuniones y bautizos, aunque aquellos ingresos esporádicos no le daban para vivir dignamente.

Por eso lo compaginaba con otros trabajos más ‘corrientes’. De hecho, trabajó en una fábrica de aceites y en otra de hielos, experiencias que le valieron de inspiración para muchos de sus chistes. Y es que Gandía aseguraba narrar “hechos verídicos”, obviamente, acompañados de ciertas licencias e impregnados de su inconfundible toque personal. Poco a poco fue labrándose un nombre a nivel local, de ahí que se convirtiera en un habitual en salas de fiestas como ‘La Trocha’, ‘Vistalegre’ u ‘Oasis’, y más tarde daría el salto a Madrid, aunque donde verdaderamente triunfó fue en Andalucía.

Polifacético, formó un grupo humorista junto a dos de sus grandes amigos, Pepe da Rosa y Josele, también hizo incursiones en el cine y el teatro, casi siempre con temáticas cómicas. Incluso grabó un disco (‘Riendo se entiende la gente’), aunque aquello no era música, sino gracia cien por cien sevillana. Los relatos escabrosos figuraban entre sus preferidos y era partidario de no esconder la guasa nunca, ni siquiera en los funerales. “Esto es una cosa que hay que hacer y ahora mismo estaría contando chistes si me hubiera muerto yo”, llegó a decir una vez.  

El mosquito de 1800

El virus del Zika está abriendo todos los telediarios últimamente y hay quien se sorprende de que su método de propagación sea la picadura de un mosquito. Sin ánimo de querer comparar una cosa con la otra, porque en absoluto son equiparables, cabe recordar que algunas de las grandes epidemias de la historia también se extendieron por mordeduras de insectos. Sin ir más lejos, la fiebre amarilla que hizo que enfermara casi toda la población de Sevilla en 1800 fue transmitida… por un mosquito.

Por aquel entonces, la capital hispalense contaba con unos 80.000 habitantes, cifra muy inferior a la que había tenido en siglos anteriores, y ésta se redujo aún más cuando la fiebre amarilla hizo acto de presencia. Llegó previa escala en Cádiz, donde había atracado un buque llamado ‘Delfin’ que procedía de La Habana (Cuba) y traía pasajeros enfermos. Triana fue el primer barrio donde aparecieron masivamente los síntomas (cefalea, calentura, ictericia, vómitos, hemorragias, diarrea…), hasta el punto de que la iglesia de Santa Ana tuvo que ser cerrada por el elevado número de defunciones, al tiempo que se trasladaba el Santísimo al convento de San Jacinto.  

Continuar leyendo «El mosquito de 1800»

Los doce ‘apóstoles’ de Sevilla

Antonio de Orleans, duque de Montpensier, encargó un grupo de doce esculturas a Antonio Susillo para rematar el Palacio de San Telmo, que por aquel entonces (1895) era de su propiedad. El encargo era muy concreto: quería que los doce sevillanos más relevantes de la historia coronaran una de las fachadas (la que da a la calle Palos de la Frontera) del edificio que ahora alberga la Presidencia de la Junta de Andalucía. Nueve de los elegidos habían nacido en Sevilla, mientras que otros tres fueron incluidos porque desarrollaron la mayor parte de su vida en la capital hispalense y también murieron en ella.

Continuar leyendo «Los doce ‘apóstoles’ de Sevilla»

Solución a la Madrugada

La Madrugada llevaba años pidiendo a gritos un replanteamiento y parece que por fin han sido escuchadas sus ‘plegarias’. No era para menos, puesto que el reparto de tiempos había quedado obsoleto y las cofradías –que no paran de crecer en número- se pisaban en la calle unas con otras. El diagnóstico era sencillo, pero no así la solución. De hecho, se llegaron a presentar más de una decena de propuestas y casi todas ellas flaqueaban en algún punto. Por ejemplo, la idea de recortarle tiempo al Jueves Santo se topó con rechazo frontal de las corporaciones de este día.

Continuar leyendo «Solución a la Madrugada»

Una aplicación imprescindible

Negar que el teléfono móvil se ha convertido en un elemento imprescindible en nuestras vidas es faltar a la verdad. Sobre todo, desde la llegada de los Smartphone, que nos ofrecen infinitas posibilidades de una manera fácil e intuitiva. No debe sorprender, por tanto, que las instituciones públicas también se hayan subido al carro de las nuevas tecnologías para ofrecer servicios digitales de gran utilidad. Sin ir más lejos, el Ayuntamiento de Sevilla ha presentado recientemente una aplicación que pretender dar a conocer a propios (sevillanos) y extraños (turistas) los monumentos más importantes de la ciudad.

La app, que se llama ‘Sevilla, Patrimonio Mundial’ y es totalmente gratuita, está estructurada en cuatro apartados, uno por cada uno de los monumentos declarados como Patrimonio Mundial (la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias) más otro dedicado al entorno (el Arenal, Santa Catalina, Triana, Santa Cruz….). Los contenidos son muy variados (planos, fotografías recientes y antiguas, grabados…) y se adaptan a los intereses de cada usuario (generales, turísticos, históricos y artísticos).  

Continuar leyendo «Una aplicación imprescindible»

Las columnas de la calle Mármoles

Dejando a Itálica al margen, en Sevilla no hay demasiados vestigios de la época romana. Al menos, no todos los que nos gustarían, aunque hay honrosas excepciones, como es el caso de las columnas de la calle Mármoles. Si bien no puede asegurarse con absoluta certeza, todo hace indicar que en su día pertenecieron al pórtico de un templo que se encontraba en el mismo emplazamiento. Por las dimensiones, debió tratarse de un edificio público de bastante importancia, aunque de momento ha sido imposible concretar su función.

Continuar leyendo «Las columnas de la calle Mármoles»

La Giralda americana y el Indio sevillano

Mucha gente piensa que los europeos bailamos al son que marcan los norteamericanos, y en parte no les falta razón. Pero no es menos cierto que a los estadounidenses también les gusta copiar e imitar lo nuestro. Valga como ejemplo la réplica de la Giralda que se encuentra en Kansas City, cuyas dimensiones son sensiblemente menores (tiene 42 metros de altura, 61 menos que la original). Forma parte de un enorme centro comercial (Country Club Plaza) en el que también está representada la fuente de la plaza Virgen de los Reyes, lo que deja a las claras la admiración que sienten allí por nuestra arquitectura. Es más, en su día también hubo una Plaza de España, aunque fue demolida para construir en su lugar salas de cine.

Continuar leyendo «La Giralda americana y el Indio sevillano»