
Le seguirán otras plazas y edificios públicos, así como casi toda la Cartuja.El proyecto, con un coste de 1,2 millones de euros, ha sufrido variaciones desde su diseño en 2010 para el plan 5.000. Se desistió de habilitar una amplia zona wifi en el Centro –por limitaciones legales– y se optó por diseñar una red inalámbrica que conecta todos los servicios e inmuebles municipales y que abarata los costes de las comunicaciones. Con esta base, y una vez que en agosto se modificó la ley, se han ido incorporando los dispositivos necesarios para que la red interna se aproveche para permitir conexiones gratis a internet en espacios públicos, nunca en viviendas, de distintos barrios de la ciudad.“Hemos apurado hasta el límite que permite la ley. Estamos rebasando la tecnología aplicada en otras ciudades”, explicó el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín. Sus palabras las completó Troncoso: “Con esta red hemos puesto las bases para el futuro. Ya está todo listo para que no adaptemos si hay cambios legales”.