La Policía Nacional ha detenido a cinco personas, entre ellas un menor de edad, como presuntas autoras de 40 robos con fuerza desde finales de 2009 en oficinas y despachos ubicados en el casco histórico de Sevilla, dentro de la denominada ‘Operación Rastrero’.
Fuentes de la Policía Nacional han explicado que esta banda siempre actuaba de la misma manera, accediendo a edificios de oficinas a través de los portales de las fincas que estaban cerrados sólo con un ‘resbalón’ de la cerradura.
Posteriormente, accedían a las oficinas forzando las puertas mediante palancas. En ocasiones, inutilizan los sistemas de alarma. Los efectos sustraídos de las oficinas eran siempre de transporte fácil y buena salida en el mercado de venta ilegal: dinero, teléfonos móviles, ordenadores portátiles y diferente material informático de pequeño tamaño, como discos duros portátiles, blocs de notas digitales o proyectores.
También sustraían cámaras fotográficas, pantallas de pequeñas dimensiones, reproductores de MP-3, impresoras, grabadoras y otros efectos similares. A lo largo del tiempo que ha durado la investigación, la Policía ha podido constatar que, en los últimos meses, además de las oficinas, habían comenzado a forzar domicilios y viviendas habitadas.
Las investigaciones, llevadas a cabo por agentes del ‘grupo Hércules’ de la comisaría del centro, se centraron en un grupo de personas con antecedentes policiales por delitos contra el patrimonio y reclamaciones judiciales como consecuencia de una operación policial cuando fueron detectados a altas horas de la madrugada portando herramientas tales como palanquetas, destornilladores, guantes y linternas.
Banda organizada
A partir de ese momento, la policía los sometió a vigilancias y seguimientos que dieron como resultado la identificación de todos los implicados, pudiendo constatar que se trataba de una banda perfectamente organizada y con unos roles distribuidos.
De esta manera, Daniel Benito R.R., con 12 detenciones por hechos similares, era el cabecilla de la banda. Él era el que tenía pleno conocimiento de los despachos y oficinas que debían robar, conocimiento que había adquirido con anterioridad por su pertenencia a otra banda dedicada a sustraer talones y cheques bancarios para su falsificación y cobro posterior en Entidades Bancarias.
Era el encargado de la planificación de los robos, de la elección de la zona y de la oficina así como de la venta de los efectos sustraídos.
David G.S., con cinco antecedentes policiales, era el contacto directo del anterior. Su función era doble, ya que por un lado captaba o reclutaba a determinadas personas para perpetrar los robos y, por otro, era el especialista para fracturar las puertas y cerraduras de las oficinas.
El resto de detenidos son Ángel R.G., de 28 años de edad y con 23 detenciones anteriores; Jorge Antonio D.E., de 32 años de edad y con cuatro antecedentes policiales, y un menor de edad. El papel de todos ellos era la de simples «empleados» que desarrollarían distintas funciones, como ‘aguadores’ o apoyo directo al robo.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/04/27/andalucia_sevilla/1272357706.html