Diego Velázquez

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velazquezDiego Rodríguez de Silva Velázquez nace en Sevilla y es bautizado en la iglesia de San Pedro el 6 de junio de 1599. Su padrino fue Pablo de Ojeda, quizá pintor de imaginería. Sus padres, Juan Rodríguez de Silva y Jerónima Velázquez, eran los dos sevillanos y pertenecían a familias distinguidas con algunos recursos económicos y tradición de nobleza.Este bautizo fue seguido de otros seis de los hermanos de Diego: Juan (1601), Fernando (1604), Silvestre (1606), Juana (1609), Roque (1612), y Francisco (1617), tras el último de los cuales se casa Diego, asegurando la fertilidad familiar.Las calles de la Gorgoja, de la Calceta, de la Morería, de la Vinatería, de la Alhóndiga, y las plazas del Buen Suceso y de la Encarnación, serían los primeros escenarios de los juegos y correrías del Velázquez niño. Gracias a su padre, Velázquez recibió una educación cultivada. Aprendió letras, la filosofía de su tiempo y algunas lenguas, posiblemente el latín, el italiano y, seguramente, también francés, pues se sabe que acompañó a visitantes ilustres y al embajador de Francia. Es posible que se educara en el Colegio de San Hermenegildo, entonces de jesuitas. Pero todos estos estudios no le apartaron de su temprana vocación como pintor.

 

Sus padres le apoyaron en sus inquietudes pictóricas y debió ser cuando tenía diez años cuando lo pusieron en el taller de Francisco de Herrera el Viejo, hombre rígido y de áspero carácter. Quizá estos rasgos de la personalidad de su primer maestro hacían incómodo su trato, por lo que pronto abandonó sus enseñanzas ingresando, un año más tarde, el 1 de diciembre de 1610, en el taller de Francisco Pacheco.Juan Rodríguez, padre de Velázquez, conviene con Pacheco las condiciones en que éste ha de tener al entonces niño como aprendiz y, en cierto modo, como servidor. En dicho documento, se obliga a Pacheco a enseñar a Diego su arte, a darle casa, comida, bebida, vestido, calzado y asistencia médica en las enfermedades cuya duración no excediera de quince días. Desde el 14 de marzo de 1617, Velázquez está liberado del aprendizaje de taller y con estudio propio. Obtiene, además, «carta de exámen», aprobación otorgada «por las obras que hizo con sus manos ante los dichos alcaldes y  razones suficientes que dio a todas las preguntas que le hicieron», según se dice en los Documentos para la historia del Arte en Andalucía. Esta carta le autorizaba a pintar en templos y lugares públicos, además de tener taller con discípulos. Contaba entonces Velázquez con dieciocho años. Pero el contacto de Velázquez con Pacheco permanecería de por vida: después de cinco años de educación y enseñanza, se casó con su hija. Y así fue: el 23 de abril de 1618, en la iglesia de San Miguel, Velázquez se casó con Juana de Miranda o Juana de Pacheco. De esta unión nacieron dos hijas. La primera, bautizada el 18 de mayo de 1619, se llamaba Francisca, y se casaría, en 1634 con el pintor Juan Bautista Martínez del Mazo. La segunda, Ignacia, fue bautizada el 29 de enero de 1621, murió niña.

Empezaba Velázquez a tener cierta fama en Sevilla. Prueba de ello es que el 1 de febrero de 1920 recibe como discípulo a Diego de Melgar, pintor del que apenas se sabe nada. Y llegaba un momento en que la bella ciudad andaluza se le quedaba un poco pequeña.Había que marchar a Madrid, explotando una ocasión única. En marzo de 1621 había muerto Felipe III, y un nuevo rey que aún no contaba con dieciséis años, Felipe IV, estaba en el trono.Habían desaparecido los castellanos que rodeaban la cámara real, y los andaluces ocupaban sus lugares. Era el momento, porque el nuevo factotum del Estado resultaba ser un sevillano: hablamos de Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares (arriba). Y si él era andaluz, los andaluces habían de ser los preferidos. Y como quiera que Pacheco también era andaluz y cacique, óptimamente relacionado, utilizaría a sus amigos, como el poeta Francisco de Rioja o el sumiller de cortina de Palacio don Juan de Fonseca y Figueroa, para proporcionar el salto de Velázquez a la corte.

Estamos en abril de 1922, y con el pretexto de conocer El Escorial y demás Reales Sitios, Diego Velázquez marcha a Madrid, visita estos lugares y hace un retrato de don Luis de Góngora y Argote, más útil por su condición de capellán de honor de Palacio que por la de poeta. Aunque con esta pintura Velázquez se ha ganado un amigo más, no consigue llegar hasta el cliente deseado, el monarca Felipe IV. Y Velázquez habría de volverse a Sevilla.  Pero su suegro, Pacheco, no se da por vencido y, por medio de su amigo Juan de Fonseca, logra que en la primavera de 1623, el Conde-Duque de Olivares emita una orden llamando a Velázquez para el soñado fin de retratar al rey. En agosto de ese mismo año, ya está en Madrid, acompañado esta vez sí de Pacheco, que no quería perderse el primer escalón de la brillante carrera de Velázquez: el primer retrato a Felipe IV, terminado el 30 de agosto de 1623. Y causó tal admiración que se ordenó, para lo sucesivo, que ningún otro pintor retratara al rey Felipe. Tres órdenes, de 6, 28 y 30 de octubre de 1623 traen a Velázquez su categoría de pintor real.Su ascenso dentro de la corte fue rápido. El 7 de marzo de 1627 Felipe IV le nombró «ugier de cámara», -posiblemente por la realización del lienzo La expulsión de los moriscos- por lo que recibiría «12 placas al día, casa de aposento, médico y botica», según constan en el Libro de asientos de la Real Casa.Un año después de este nombramiento, Pedro Pablo Rubens llega a España y Velázquez le acompaña en su visita al monasterio de El Escorial. Es posible que el pintor flamenco le aconsejara en la ejecución de Los borrachos y le recomendara el estudio de las obras de la Antigüedad clásica y de los principales pintores romanos y florentinos del siglo XVI, sin conformarse con el sólo conocimiento de la pintura veneciana. Hasta es posible que Rubens intercediera ante Felipe IV para que autorizara el viaje a Italia del pintor sevillano, que acababa de cumplir los treinta años.estudios. «Su Magestad a sido servido de dar licencia a Diego Velázquez, su Pintor de Cámara, para que vaya a Italia y tiene por bien que por el tiempo que durare su ausencia goze lo mismo que hoy se le da…», decía la licencia otorgada el 28 de junio de 1629.

Velázquez parte del puerto de Barcelona, según Pacheco, el 10 de agosto con la dote de dos años de salario (480 ducados), lo que unido al pago de varios cuadros (300 ducados) y del Baco (100 más), representa una bolsa bien provista.Velázquez llegaría a Génova el 23 de agosto y, tras detenerse en Parma, Venecia, Ferrara y Cento, arrivaría a Roma.Tras año y medio de estancia italiana, Velázquez regresa al Alcázar,Ya había aprendido bastante. Desde este momento, la mitad de su vida, Velázquez declara clausurados sus años de aprendizaje. Comienza a ser maestro.  

A principios de 1631, Velázquez estaba de nuevo en Madrid. Fue muy bien recibido ya que era, con gran diferencia, el mejor retratista de la Corte.desde su regreso, su pintura ha cambiado: su estilo cobra mayor soltura, buscando efectos espaciales y cromáticos. Su pintura ahora es más libre, más luminosa, más moderna.En la cúspide de su carrera, el 6 de enero de 1643, Velázquez es nombrado Ayuda de Cámara de Su Majestad, cargo codiciadísimo por cualquier español del momento, ya que significaba todo el favor real.

Tras una breve estancia de Velázquez en Zaragoza, prepara su segundo viaje a Italia. ahora, como maestro, lleva entre manos misiones oficiales, como las de adquirir obras de arte, estudiar el funcionamiento de las academias de Bellas Artes y retratar a Su Santidad, Inocencio X. Será algo así como artista-embajador, igual que su amigo Rubens. Pero lejos de su voluntad, el monarca español le requirió de nuevo en Madrid. Así, pasó a Módena y luego a Génova, donde se embarcó para llegar a Barcelona en el mes de junio de 1651. Esta vez, ya, para no volver a salir de España.

Al año de llegar a Madrid, Velázquez es nombrado aposentador, cargo que juraría el 8 de marzo de 1652. Ello le obligaba a la ornamentación de los salones, a la instalación de las residencias reales y a la administración de sus obras de arquitectura.Su actividad pictórica después del regreso de Italia no fue muy abundante, Pero las obras más importantes de este último periodo y quizá de toda su carrera, son Las Meninas (abajo) y Las hilanderas.

La muerte le llegó el 6 de agosto de 1660, Pero antes de que la enfermedad que padecía dejara su huella mortal, Velázquez consiguió uno se sus más peleados sueños: el 28 de noviembre de 1659 había sido investido Caballero de Santiago.

 

Fuente: http://www.imageandart.com/tutoriales/biografias/velazquez/index.html

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