El 95% de empeños en los Montes de Piedad son recuperados por sus prestatarios, que se incrementan en 2009

   El 95 por ciento de los objetos empeñados en los Montes de Piedad de Andalucía –los de Unicaja, Cajasur, Cajasol y CajaGranada– son recuperados por los prestatarios en un periodo máximo de un año, habiéndose incrementado el número de operaciones en el segundo semestre de 2009.

   De esta forma, la mayoría de los clientes que empeñan sus pertenencias –oro y piedras preciosas– lo hacen con intención de retirar las joyas a su vencimiento, y una gran parte del cinco por ciento restante de objetos se ponen a la venta en subasta por propia voluntad de los clientes, «que desean desprenderse

 de las joyas y eligen este sistema de venta en lugar de venderlas directamente a un compra venta de oro», según indicó en declaraciones a Europa Press el director del monte de piedad de Cajasol, Francisco Aguilera.

   Por otra parte, en 2009 se produjo un incremento en el número de préstamos del 1,4 por ciento en los montes de piedad andaluces con respecto al año anterior. Así, en el monte de Cajasol se hicieron 1.458 préstamos más, en el de CajaGranada 1.800 más, y también en el de Cajasur se realizaron 435 empeños más; sin embargo, Unicaja registró 1.028 préstamos menos que en 2008.

   Asimismo, la media de préstamo por cada empeño se cifra en los 492 euros, pudiéndose observar una evidente diferencia entre los montes de piedad de CajaGranada, Unicaja y Cajasur con respecto al de Cajasol, pues en los primeros se trabaja con cantidades de 460, 363 y 445 euros de media respectivamente, mientras que en el monte de la caja de ahorros de Andalucía Occidental las operaciones oscilan alrededor de los 752 euros.

PERFIL DEL PRESTATARIO

   El perfil generalizado de la persona que empeña, según afirmó en declaraciones a Europa Press el director del monte de piedad de CajaGranada, Miguel Caballero, «permanece constante en el tiempo». De esta manera, entre el 60 y el 65 por ciento de los clientes son mujeres de entre 40 y 50 años, que «en momentos de más necesidad es la que decide venir a empeñar». Además, no tiene por qué tratarse de una persona en situación de desempleo, sino que simplemente «se encuentre falta de recursos», afirmó Caballero.

   Así, los servicios del monte de piedad son cada vez más utilizados por grandes sectores de la sociedad y por clientes que se pueden considerar «excluidos financieros por su, en la práctica, imposibilidad para acceder a un crédito rápido y barato en otra institución financiera que aplica intereses más elevados», aseguró el director del monte de piedad de Sevilla.

   En este sentido, el director del monte de piedad de Cajasol indicó que muchas personas de las que empeñan tienen por finalidad dejar que venza el préstamo, cuyo periodo se sitúa en un año –aunque con posibilidad de renovarse durante dos veces sucesivamente en los futuros vencimientos–, y dejar que una vez pasados tres meses desde dicho vencimiento, salgan a subasta pública sus joyas.

   De esta forma, cuando se venden las garantías en una subasta, el monte de piedad se cobra con dicha venta «sólo el importe de la deuda que el cliente tiene contraída con la entidad, y la diferencia entre dicha deuda y el importe de la venta –normalmente superior– se le entrega al cliente una vez liquidado el préstamo». Por este motivo, según se aseguró desde el monte de Unicaja, para tener aliciente en la subasta, las prendas que actualmente se pignoran –dar o dejar en prenda– «prácticamente son alhajas y objetos de valor».

   Así, este sistema «de venta» resulta a los clientes mucho más rentable que otros métodos para adquirir fondos, puesto que tienen a su disposición el capital concedido de préstamo, más lo que ha sobrado de la liquidación del préstamo con la venta de las garantías en subasta. Algo positivo a lo que se une la «agilidad e inmediatez que supone este tipo de operaciones para cubrir cualquier necesidad perentoria de tesorería», afirmaron fuentes de Unicaja.

   De hecho, según el director del monte de piedad granadino, muchas personas, desde el primer momento en que acuden a hacer el empeño, deciden que «van a quedarse con el resto de después de la subasta porque se quieren deshacer de sus pertenencias», aunque tan solo el cinco por ciento de los empeños pasan a subasta, medio punto más que en 2008.

   Por otra parte, en algunos casos, los clientes del monte de piedad hacen uso de este para preservar sus joyas en un «lugar seguro», fin que tampoco «es el propio» de dicha entidad; este usuario contempla este acto con el objetivo de que el monte de piedad actúe como «caja fuerte».

SORPRESAS EN LA TASACIÓN

   En diversas ocasiones se dan «sorpresas» para el cliente en la tasación de las joyas que lleva a empeñar, algo que ocurre con bienes que contienen piedras preciosas, y es que «este mercado está sometido a más variaciones que el del oro puro», y concretamente, desde hace un tiempo, el precio del brillante «no se encuentra en sus mejores momentos», aseguró Caballero.

   Por su parte, el director del monte de piedad de Cajasol indicó que «lógicamente son bastantes los clientes que comentan que el importe que se les concede de préstamo es bajo en comparación con lo que han pagado por sus joyas», sin embargo, hay que tener en cuenta que el monte «valora exclusivamente el material que componen las joyas, y sólo en casos excepcionales –marcas de prestigio, estilos singulares o valoración de exclusividad–, se incrementa ese valor por las características de la pieza ofrecida en garantía».

Fuente: http://www.europapress.es/andalucia/sevilla-00357/noticia-95-empenos-montes-piedad-son-recuperados-prestatarios-incrementan-2009-20100301191517.html

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