El alcalde de Marchena (Sevilla), Juan Rodríguez Aguilera (PA), y el nuevo consejero de Cultura, Paulino Plata, debatirán hoy el conflicto desencadenado en torno al acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía que amplía hasta 81,7 hectáreas el perímetro del Conjunto Histórico Artístico, decisión impugnada por el Consistorio a través de un recurso de reposición paralelo a una reclamación en cuanto a la recuperación de las competencias urbanísticas.
El alcalde informó a Europa Press de que la reunión se celebrará a las 13,00 horas de hoy en la sede de la Consejería de Cultura, en Sevilla, y es fruto de las últimas gestiones emprendidas entre el Gobierno municipal y el delegado provincial de la Consejería de Cultura, Bernardo Bueno.
El Ayuntamiento, de todos modos, ha formalizado ya ante la Consejería de Presidencia un recurso de reposición contra el citado acuerdo, solicitando además al Gobierno andaluz la suspensión de los efectos del decreto impugnado y la recuperación de las competencias urbanísticas ahora depositadas en la Comisión provincial de Patrimonio Histórico.
Estos movimientos, como se recordará, obedecen al acuerdo plenario probado por unanimidad entre todas las fuerzas políticas del Consistorio, PA, PP, PSOE e IU-CA, en contra del decreto del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía que formaliza la ampliación del perímetro del Conjunto Histórico Artístico.
EL PROCEDIMIENTO DE AMPLIACIÓN
En el expediente incoado por la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía para ampliar el Conjunto Histórico Artístico de Marchena, que parte de la declaración formalizada en 1966, el Ayuntamiento alegó aportando más de 200 páginas de datos, fotografías, planos y documentos sobre las bases históricas y legales de la trama urbana afectada, dado que el Gobierno municipal reclamaba que se redujese la envergadura del procedimiento.
La Consejería de Cultura, no obstante, entendía en una documentación recogida por Europa Press que la declaración del Conjunto Histórico Artístico materializada en 1996, al limitarse al recinto amurallado, no catalogó «otros sectores que tuvieron su origen en el proceso de morfogénesis de la ciudad durante la conformación de los arrabales históricos», ámbitos que hoy día «conservan inalteradas las características tipológicas de la trama urbana y suficientes ejemplos del tipo edificatorio de su arquitectura tradicional».
Insertos en este parcelario de carácter histórico pero «no protegido» en la declaración de Bien de Interés Cultural de 1966, existen «inmuebles de interés histórico, arquitectónico y artístico, destacando las iglesias de San Pedro, San Agustín o la Encarnación, los centros conventuales y un numeroso conjunto de edificios de carácter monumental compuesto por las diferentes muestras de arquitectura palaciega», por lo que la Dirección General de Bienes Culturales resolvía imponer la protección a «un ámbito de mayor dimensión» a través de este procedimiento.