El Ayuntamiento de Sevilla iniciará mañana, 1 de julio, la «fase de pruebas» del sistema informático que, a partir del próximo mes de septiembre, regulará los accesos al centro de la ciudad limitando la estancia máxima de cualquier vehículo no residente un
máximo de 45 minutos. Durante este tiempo de pruebas, el Consistorio remitirá a los conductores que no respeten la nueva norma una
«multa» que no tendrá más valor que el meramente
informativo. A partir de septiembre, la infracción costará a los usuarios una
sanción de 90 euros.
El sistema de cámaras que regulará las entradas y salidas al centro de Sevilla comenzará a ser probado en los próximos días, según confirmaron a Ep en la Delegación de Movilidad del Ayuntamiento de Sevilla.
Inicialmente, el Consistorio pretendió sectorizar el centro en tres áreas impermeables que no permitieran el tránsito de una a otra, aunque finalmente Movilidad dio marcha atrás y aceptó que la división por sectores no tenga validez para los residentes, aunque sí se mantiene para los que no vivan en el centro.
Una veintena de cámaras interconectadas con el Centro de Control de Tráfico y con el sistema informático de los aparcamientos subterráneos del centro se encargarán de controlar la circulación por el casco histórico hispalense desde las ocho de la mañana a las diez de la noche, con la instauración de puntos de acceso y salida en distintas calles como Feria, Corinto, Arfe, Narciso Bonaplata o Santa María la Blanca.
Dentro de la nueva regulación del tráfico en el casco histórico, Movilidad ha cambiado el sentido de la circulación a varias calles cuyo tráfico es residencial, tales como Luis Peraza, Fray Luis Sotelo, Alonso Vázquez, Macarena, Gallos, Verónica, Pascual de Gayangos, Guadalete y el último tramo de Lumbreras.
La estancia máxima para la entrada y salida de vehículos no residentes es de 45 minutos, sin que se aplique restricción alguna al transporte público, las motocicletas, las bicicletas o los clientes de hoteles.