El carril interminable

Si alguien pensaba que el carril bici de Sevilla había tocado techo, se equivocaba, pues la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la capital hispalense acaban de cerrar un convenio para ampliarlo. Concretamente, la red aumentará en 47 kilómetros, pasando así de los 168 actuales a los 215 proyectados, unas cifras que le acercan cada vez más a Ámsterdam y Copenhague, ciudades referentes en transporte ecológico. La primera parte de las obras se ejecutará entre 2015 y 2016, incluida la parte de Tablada sobre la SE-30 que conectará San Juan de Aznalfarache con Sevilla, mientras que la segunda llevará más tiempo y no concluirá hasta 2020.

El objetivo es enlazar el carril bici a hospitales, estaciones, campus universitarios y zonas en expansión, de manera que no haya ni un solo enclave importante al que no se pueda llegar en bicicleta. Está previsto que los nuevos tramos rodeen el Rectorado por la calle Palos de la Frontera, bordeen todo el barrio de Heliópolis, se adentren en el Polígono Sur y en Sevilla Este, alcancen el emergente Polígono Higuerón Norte, profundicen en Pino Montano, avancen por las inmediaciones de la avenida Ramón Carande, lleguen a la Torre Pelli, etcétera.

También está contemplada la creación de dos rutas oficiales. La primera de ellas, eminentemente turística, se llamará ‘Ruta de las Murallas’, tendrá un trayecto de 7 kilómetros y rodeará el casco histórico de la ciudad con una señalización especial. La segunda, ideada tanto para peatones como para ciclistas, ofrecerá un recorrido por ambas orillas del Guadalquivir desde el Paseo de las Delicias y Triana hasta San Jerónimo (14 kilómetros). Cabe recordar que el carril bici fue impulsado durante el segundo mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín para descongestionar el tráfico y ofrecer una forma de desplazamiento saludable, pero con el paso del tiempo pretende ir más allá y aspira a convertirse en una seña de identidad de la ciudad. 

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