El Marqués de Paradas

¿Quién fue el Marqués de Paradas que da nombre a una de las calles más concurridas de Sevilla? Nació en Ronda el 18 de abril de 1858 y fue bautizado con el nombre de Gaspar de Atienza y Ramírez-Tello de Valladares. Descendiente de los caballeros Tello que ayudaron al rey San Fernando a conquistar Sevilla, se crio en el seno de una familia noble y se licenció en Derecho. Los conocimientos legales adquiridos le permitieron reclamar el título de Marqués de Paradas, el cual había quedado en papel mojado tras morir sin descendientes los parientes que lo ostentaban. Y tuvo éxito, pues la resolución del rey Alfonso XIII en 1897 fue favorable para él, convirtiéndose así en el X Marqués de Paradas.

Curiosamente, justo en ese mismo año fue nombrado alcalde de Sevilla, permaneciendo en el cargo hasta 1898. Pese a la brevedad de su mandato, tuvo tiempo de promover la construcción de la estación de trenes de Plaza de Armas, el ensanche de la calle O’Donnell y la conexión entre el barrio de Santa Cruz y el paseo de Catalina de Ribera. Dejó tan buen sabor de boca que, sólo tres años después de dejar el Consistorio (1901), la calle que transcurre entre Reyes Católicos y Alfonso XII dejó de llamarse ‘Rábida’ y fue titulada como ‘Marqués de Paradas’ en su honor. Ya en 1905, murió en Biarritz (Francia) sin dejar descendientes, de ahí que el título pasara a manos de su hermano Rafael de Atienza.

El sobrenombre de la calle ha llegado a nuestros días, si bien cabe reseñar que entre 1931 y 1936 fue llamada ‘Pablo Iglesias’, volviendo a su denominación anterior tras el estallido de la Guerra Civil. ¿Y qué había en esta vía antiguamente? En la parte más próxima a la calle Torneo había un pozo muy famoso, ya que la gente creía que su agua (conocida popularmente como ‘la del polvero’) era milagrosa y tenía propiedades curativas. También era muy concurrida por la presencia del Instituto de Higiene del doctor Murga, antecesor del ambulatorio actual, del que hablaremos detenidamente en el siguiente artículo. 

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