Palacio de Lebrija

El Palacio de Lebrija se convierte en una de las mejores casas de Sevilla, esta casa no sólo cuenta con mosaicos, sino que en sus salas se atesoran multitud de restos arqueológicos de incalculable valor: vasos, ánforas, columnas, vasijas y esculturas. Además sus paredes se engalanan de elementos decorativos como sus arcos de traza árabe, sus adornos platerescos y su fachada y planta andaluza. El Palacio, que tiene una superficie de unos 2000 metros cuadrados, en su construcción se dividió en vivienda de invierno, situada en la planta alta, y la de verano. Data del siglo XVI, cuando se construyó como casa señorial sevillana. Fue una Mansión vinculada en el siglo XV y reedificada en el siglo XVI. La fachada que se puede apreciar hoy en día es eminentemente sevillana y propia del siglo XVI.

 

El Palacio de Lebrija data del siglo XVI, pero realmente comienza a cobrar vida cuando en 1.901  Dª Regla Manjón Mergelina, Condesa de Lebrija, antecesora de los actuales propietarios, compra y restaura la casa familiar durante trece años. La planta baja la engalanó de verdaderos tesoros artísticos, adquiriendo la colección de mosaicos romanos, así como de piezas arqueológicas de diferentes épocas y culturas. También dotó sus habitaciones de elementos procedentes de diferentes periodos artísticos: zócalos de azulejos sevillanos,  procedentes de un convento en ruinas, artesonado de un palacio de Marchena,  etc. Dª Regla Manjón, fue una ilustre dama, culta y apasionada por la arqueología. Fue la primera mujer académica de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y dos años más tarde por sus méritos y circunstancias, fue elegida académica correspondiente por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y desde 1.922, formó parte de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de SevillaEl magnífico y excepcional mosaico del dios Pan fue encontrado en el olivar de Los Palacios, próximo al anfiteatro de Itálica en Febrero de 1914. El pavimento de las galerías de Levante y Poniente del Patio Central (formados de preciosos y raros mármoles, serpentinas y pórfido) que circundan el patio proceden de un corral de Santiponce, encontrándose en el año 1904 parte de este pavimento. Las otras dos galerías que ocupan los corredores del Norte y Mediodía fueron también encontradas en diferentes partes de los olivares que circulan Santiponce. El pavimento primero adquirido de la antigua ciudad romana de Itálica por la Condesa de Lebrija fue el de la Sala Ochavada, descubierto por el dueño de un pajar, llamado Morillas, a una profundidad de tres metros y medio, inaugurando en el año 1901 la colección de mosaicos. Entre los restos de estatuaria, sobresale, entre ellos, un lindo torso, muy fino, de mujer joven, le faltan cabeza, pies y la parte inferior, viste una túnica transparente y ligera que forma largos pliegues horizontales, fijada con un broche en el hombro derecho, dejando descubierto el pecho de su lado izquierdo. Cuatro hermosos bustos, encontrados también en el Olivar de los Palacios, de los cuales dos son representaciones de Apolo y Diana. En la entrada del salón de Hermes se encuentra un hermoso torso, encontrado en una casa de Santiponce, colocado sobre un antiguo brocal de pozo que le sirve de pedestal. Torso atribuido a un Apolo cazador o a la figura de Hermes.Innumerables vitrinas adornan las salas de la planta baja del Palacio que contienen porción de entalles grecorromanos de extraordinario valor, bustos masculinos y femeninos, jinetes, danzarinas y representaciones mitológicas.Estas amplias vitrinas guardan también restos de Itálica: barros saguntinos, llevando en sus fondos los nombres de los antiguos alfareros que los fabricaron. Instrumentos de música, dados labrados en marfil y multitud de objetos de la misma materia.Además de los fantásticos arcos de traza árabe que adornan el Patio Central , el Palacio posee en su colección artística e histórica elementos decorativos del antiguo dominio árabe e incluso de origen persa.Las vitrinas que decoran el Patio Central están llenas de objetos árabes de todas clases, el precioso trabajo de mármol que parece parte de un sarcófago, representa un león , en cuya figura se reconocen ciertas reminiscencias de antiquísimas labores chinas, este interesantísimo fragmento formaría parte de algún sarcófago, es considerada como resto del arte persa.En el patio existe una colección de tinajas de diferentes épocas, de las cuales hay cinco árabes, algunas con dibujos bellos de caballitos y perros, característico del estilo persa, que se pueden atribuir a la época en que aún se usaban estas figuras por los hijos de Mahoma.Además de una fachada eminentemente sevillana propia del Renacimiento, existen vestigios de aquella época diseminados en diferentes partes de la casa señorial, así, la magnífica y espléndida Escalera Principal, escalera sevillana remodelada por D.ª Regla Manjón Mergelina, Condesa de Lebrija, a principios del siglo XX, es una escalera de estilo andaluz de tres tramos desiguales, tan frecuentes en los palacios andaluces de la época; para decorarla sólo se utilizó restos de los siglos XVI y XVII, el artesonado es procedente del espléndido palacio desaparecido que poseyeron en Marchena Ponce de León, duques de Arcos, señores de Marchena. En la pared de la misma sala hay un magnífico tapiz de gran tamaño que representa a David tocando el arpa, de rodillas, delante del Arca de la Alianza y también data aproximadamente del siglo XVI.En la actualidad, tras un año de restauración, el Palacio de Lebrija ha vuelto a abrir sus salas al público en visitas guiadas y en ellas se puede admirar, además de la fabulosa colección de restos romanos y griegos, la galería de la planta alta y salas que nunca se habían visto, como el comedor de invierno, piezas únicas como sus bargueños, un Van Dick, un cuadro de la Escuela de Murillo y un Sorolla o la bella biblioteca con sus más de 4000 volúmenes.

 

Fuente: http://www.palaciodelebrija.com/Historia.html

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