Un tercio de los niños sevillanos sufre ya problemas de peso

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sobrepesoEl porcentaje de menores obesos ha crecido casi cinco puntos en tan sólo un año. Los niños sevillanos de 6 a 12 años son los más obesos de Europa. Éste fue el titular anticipado que dio la Delegación municipal de Salud hace dos semanas. Y ayer ofreció los datos que corroboran esta realidad que, de mantenerse, amenaza con convertirse en «el mayor problema de salud pública». Un tercio de los escolares sevillanos tiene ya problemas de obesidad, una cifra que ha subido casi cinco puntos con respecto al mismo estudio antropométrico y de hábitos de alimentaciones en escolares realizado en 2009 (entonces, el porcentaje de niños con sobrepeso estaba situado en un 24,8% frente al 29,4% de 2010).

Las niñas siguen estando más expuestas al sobrepeso que los niños (un 31,6% sufre obesidad frente al 27,3%) y la preadolescencia (de los 10 a los 12 años) es la edad más delicada. En este intervalo, más del 30% de los menores son obesos, lo que repercute directamente en su salud pero también en su autoestima.El sobrepeso de los escolares está, además, directamente relacionado con el tipo de barrio en el que viven: cuanto más nivel socioeconómico menos obesos. Y al contrario: a menor renta y estudios, más problemas relacionados con el peso.En esta ocasión, la Delegación de Salud ha querido medir el riesgo de síndrome metabólico, entendiéndose por éste la conjunción de varias enfermedades o factores de riesgo en un individuo que aumentan su probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular o diabetes e incluso algunos tipos de cáncer, explicó la delegada del ramo, Teresa Florido (PSOE). De los 1.559 escolares analizados (de un total de 45.000 que hay en Sevilla), el 20% presenta este riesgo (éste se calcula midiendo el perímetro de la cintura). En estos casos, la delegación remite a las familias los resultados para que pongan al niño en manos del pediatra.Siendo la dieta mediterránea la base de la cocina española, un 47,5% de los escolares sevillanos presenta un nivel de nutrición bajo o riesgo nutricional alto. Esto es: los niños comen muy pocas frutas y verduras y, por contra, mucha bollería industrial, refrescos y chucherías. En concreto, el 95% no hace un desayuno saludable (lácteos, cereales y fruta); tan sólo un 19% toma fruta y más de un 30% toma bollería y embutidos grasos. La situación no mejora en la merienda. Un 52% consume productos prefabricados, dulces y refrescos industriales y sólo un 18,5%, fruta. En el almuerzo y la cena, prevalecen la carne sobre el pescado.Florido reconoció que pese al esfuerzo hecho por su delegación para promover menús saludables en los colegios, el resultado es todavía «insuficiente». «Todos los recursos que se destinen a este asunto son pocos, pero tenemos que seguir trabajando porque la prevención es fundamental, ya que un niño obeso será seguro un adulto obeso».

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