El presidente de Cajasol, Antonio Pulido, apuntó la necesidad de que las cajas de ahorros busquen «mecanismos de capitalización que hagan mejorar su solvencia«, tras lo que reconoció que «todos debemos compartir un poco más de riesgo y asumir una parte del coste de la crisis» para poder salir de la actual situación.
«Hay que buscar mecanismos de capitalización de forma más activa, algo que se puede llamar cuotas participativas o un nuevo modelo que ayude a esa capitalización para evitar que la ola del sistema
económico nos supere», aseveró en rueda de prensa.
Pulido, que aseguró ser optimista y que en su intervención aludió en varias ocasiones a la necesidad de recuperar la confianza para salir de la crisis financiera, consideró que «todos debemos compartir un poco más de riesgo en estos momentos, con rigor, y todos debemos asumir una parte del coste de la crisis, siempre que sirva para la solvencia del sistema».
Agregó en ese sentido que la propia Cajasol «está manteniendo algunas de las participaciones industriales directas con respiración asistida, siendo conscientes de que estamos corriendo un riesgo».
Sobre la situación de crisis en España, Pulido auguró, aludiendo a datos del Servicio de Estudios de Cajasol, que este año «va a ser duro, especialmente para las entidades financieras», de forma que «en el primer trimestre la economía crecerá, pero posiblemente no crecerá en el segundo trimestre, cuando habrá una leve recaída», por lo que rechazó «falsas euforias», aunque «el diferencial de todo el año será positivo, aunque habrá algún susto más en este año».
Consideró que la economía española «ha tocado fondo», aunque reconoció no saber cuando habrá un repunte y agregó que dicha recuperación «va a ser lenta», de forma que «nos va costar entre siete y ocho años en llegar a la posición que había en 2007». Agregó que la reactivación del empleo será más lenta que la recuperación económica.
Pulido, que consideró «necesaria» una reforma de consolidación fiscal y una reforma del IVA como la que se plantea, apuntó que España «necesita tres grandes reformas, la del sistema financiero, sistema laboral y la fiscal», que es necesario hacer «con cierta celeridad».
IMPORTANCIA DEL ‘CORE CAPITAL’
Precisó que actualmente en España «tenemos las mismas estructuras desde la Revolución Industrial y unas estructuras económicas del tiempo de nuestros abuelos», por lo que consideró necesario «cambiar las estructuras de la realidad en que vivimos, teniendo en cuenta que estamos en un mundo globalizado», un cambio de estructura que «tiene un coste político, social y financiero, pero que hay que hacer».
Sobre el sistema financiero, Pulido consideró una «regulación, que no intervención, del sistema financiero», de manera que «no basta sólo con los bancos centrales sino es necesaria una coordinación y supervisión importante a nivel internacional.
Asimismo, consideró esencial una reestructuración del sistema financiero español, de forma, a su juicio, «lo más importante ahora deberá ser el ‘core capital’, esto es la suma de capital y reservas, más que los índices de solvencia o que el Tier-1, pues éste último perderá valor a la hora de evaluar la buena salud financiera de una entidad», de forma que «serán necesarias entidades solventes que tengan capacidad de capitalización y se puedan capitalizar».
Para ello, Pulido, que defendió el modelo de cajas de ahorros, recordó además la necesidad de cumplir las exigencias de Basilea y de los nuevos mercados e insistió en la necesidad de abordar la reestructuración de las cajas de ahorros, de forma que «es necesaria una mayor dimensión para conseguir financiación en los mercados internacionales, algo que causará a su vez mayor solvencia».
NO MÁS DEL 80 POR CIENTO DE FINANCIACIÓN
Pulido rechazó que las entidades financieras hayan cerrado el grifo crediticio, aunque sí reconoció que las entidades «tenemos que prestar en condiciones de seguridad y hay que mirar a quien se le da el dinero, pues tenemos que velar por los depósitos y ahorros de nuestros clientes y Cajasol no va a dar dinero a ninguna empresa que no tenga capacidad de devolverlo y que no tenga visos de viabilidad».
No obstante, sí aseguró que la caja está impulsando «y es comprensiva» con las pymes con dificultades transitorias de tesorería y con necesidades puntuales de circulante, además de ayudar en la reactivación del mercado de vivienda protegida, de forma que «en noviembre de 2009 hubo un punto de inflexión y han aumentado los niveles de financiación y concesión de créditos».
Agregó que en el actual contexto la demanda de crédito «está siendo mínima» e insistió en que «no podemos financiar el cien por cien del proyecto y el empresario debe asumir una parte del riesgo», tras lo que se mostró partidario de que la financiación «no sea superior al 80 por ciento», ya que «un problema en España ha sido el excesivo apalancamiento y endeudamiento».
