El 10 de agosto de 1519, una expedición capitaneada por Fernando de Magallanes y formada por cinco barcos partió desde el puerto de Sevilla y, tras cargar provisiones en Sanlúcar de Barrameda, puso rumbo a Las Américas. De esas cinco naves, sólo una de ellas regresó al punto de origen, la llamada Nao Victoria, que está considerada como la primera embarcación que dio la vuelta al mundo.
El retorno se consumó tres años después, con sólo 18 supervivientes a bordo y Juan Sebastián Elcano al mando, ya que Magallanes había fallecido. Trajeron consigo tantas especias… que con su venta pudieron costear con creces toda la expedición. Durante un tiempo, la nave permaneció en Sevilla para ser reparada y admirada, si bien años después desapareció en alta mar en un viaje de regreso a España desde Santo Domingo (República Dominicana).
Pese a su trágico final, la Nao Victoria sigue siendo recordada por el hito histórico que protagonizó. De hecho, la fundación que lleva su nombre realizó una réplica exacta que ahora puede visitarse en Sevilla (hasta el 10 de enero). Se trata de una nave construida íntegramente en madera con más de 120 metros cuadrados de superficie útil, 26 de eslora y 7 de manga. Previamente ya pudo contemplarse en nuestra ciudad durante la Exposición Universal de 1992 y durante su estancia junto al Pabellón de la Navegación, si bien desde entonces ha recorrido un sinfín de millas. En concreto, entre 2004 y 2006 visitó 17 países, mientras que en la gira actual, la que lleva desarrollando durante este 2015, ha pasado por Estados Unidos, Portugal, Francia, Lituania, Alemania y Holanda. Su llegada al Muelle de las Delicias supone, pues, el colofón a un longevo peregrinaje.