
Ya en el siglo XVII, Diego Ortiz de Zúñiga escribió un libro en el que daba por hecho que el NO8DO era un jeroglífico que jugaba con su pronunciación popular (No-Madeja-Do ), que se escribiría correctamente como ‘No me ha dejado’. Esta deducción, elaborada sin fundamentos sólidos, sirvió como punto de partida para una leyenda muy extendida y que tiene como protagonista a Alfonso X el Sabio. Éste sufrió una rebelión liderada por su propio hijo (Sancho IV) y cuando se sintió derrotado sólo encontró refugio en Sevilla, ciudad que finalmente fue amnistiada. Así, el rey decidió crear un lema como señal de agradecimiento a la única capital que no le abandonó y de esta manera oficializó el NO8DO.
Otra teoría asegura que este criptograma (‘No me ha dejado’) hace referencia a la ayuda divina de la Virgen María que recibió Fernando III para conquistar Sevilla y expulsar a los musulmanes. Otro monarca mucho más cercano en el tiempo, Alfonso XIII, dio un discurso en Sevilla en 1926 mientras se ultimaban los detalles de la Exposición Iberoamericana y su conclusión final versó sobre la leyenda expuesta anteriormente: “Al señor Alcalde de Sevilla, le ruego que en mi nombre dé las gracias a la ciudad por la cariñosa acogida que nos ha dispensado. Decid a los sevillanos que si un rey Alfonso dio a Sevilla el galardón de que en su escudo pusiera la frase ‘No me ha dejado’, otro rey Alfonso dice que él nunca dejará a los sevillanos”.