Cristo de Las Mieles

Cristo de Las Mieles

Cristo de Las MielesExiste en el cementerio de San Fernando de Sevilla algo que no podemos dejar de admirar: la escultura en bronce de un Cristo crucificado que se encuentra en la glorieta principal de dicho cementerio. Éste cristo es llamado de Las Mieles por un fenómeno muy curioso, que ha quedado como leyenda a través de generaciones, y que podría haber sido argumento para un episodio de Expediente X. Es obra de Antonio Susillo, famoso escultor sevillano del siglo XIX. Nacido en Sevilla de familia humilde, el 17 de Abril de 1857, concretamente en La Alameda de Hércules, desde muy jóven gozó del mecenazgo de la Infanta Luisa Fernanda de Orleans, y la duquesa de Montpensier, que fué su principal valedora. Gracias a ellas, considerado un «niño prodigio», pudo desarrollar su don innato como artista y escultor. Ya a los veinte años aproximadamente, Antonio Susillo comienza a recibir encargos de la alta aristocracia europea, consolidándose como el escultor sevillano más famoso de todos los tiempos. Cuenta la leyenda que cuando el escultor talló este cristo, lo hizo con las piernas al contrario, y que al contemplar la obra terminada y ver el fallo, se sintió tan angustiado y le afectó tanto que se disparó con una pistola, pues además, en ese momento se encontraba en la ruina y esa obra significaba mucho para él.

 

Se casó en segundas nupcias, pues su primera mujer falleció muy jóven, y desde el principio su segundo matrimonio no fué nada bien. Su mujer se dedicó a malgastar y derrochar la fortuna que el poseía gracias a los encargos de la nobleza que habia realizado a lo largo de su vida, al mismo tiempo que lo menospreciaba y ridiculizaba como hombre incluso en público. Según ésta misma leyenda, sus paisanos sevillanos creyeron que el mejor homenaje para aquel hombre de Dios era ser enterrado en el centro del cementerio, y, como cruz y lápida, el Cristo que tanto tiempo tardó en tallar, su última obra. Unos días después, las gentes observaron con asombro que se había obrado un milagro: el Cristo lloraba. Al reconocer la imagen con detenimiento, se dieron cuenta de que el milagro lo hacían unas abejas, que habian instalado una colmena en su interior hueco y cuya miel brotaba por la boca y ojos de la escultura.

 Antonio Susillo fué escultor de gran fama y su taller tuvo numerosos discípulos, entre los que se destacan Joaquín Bilbao y Castillo Lastrucci.

 

Fuente: https://www.xing.com/net/meditaciones/mitologia-338173/la-leyenda-del-cristo-de-las-mieles-29850460/29850460/

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