Ha llovido algo desde mediados de los ochenta, cuando Adolfo Cabrales, Fito, se convirtió, tras una visita de cortesía a un oscuro local de ensayo bilbaíno, en el líder indiscutible, vocalista y guitarra principal de Platero y tú.Quién le iba a decir entonces que dos décadas después iba a estar en lo más alto del ‘star system’ con la banda que fundó para vender las canciones que no encajaban con el estilo ‘plateresco’. Quién le hubiera dicho entonces que iba a ser capaz de meter más de 20.000 personas en un estadio. Y, sobre todo, cómo se iba a imaginar que su fiel legión de seguidores iba a estar formada, en buena medida, por chicas que aún no habían nacido cuando Adolfo Cabrales visitó aquel local de ensayo a mediados de los ochenta.
La noche del sábado, Fito y los fitipaldis desplegaron sobre las tablas del sevillano estadio conocido como Olímpico toda la sapiencia rockera amasada tras casi tres décadas de locales de tercera, los imprescindibles devaneos con las drogas y varios discos, para demostrar que el inesperado éxito de ‘Por la boca vive el pez’ no fue fruto sólo de un golpe de suerte y promoción.La guardia pretoriana de Fito, liderada por el imprescindible Carlos Raya -el «comandante de la nave» de los fitipaldis-, arropó a su líder con un impecable directo, si acaso el activo de mayor valor de la banda vasca. En Sevilla -última etapa antes del merecido intermedio de una gira en la que completarán 80 ciudades-, repasaron buena parte de su carrera, si bien el público vibró fundamentalmente con los temas del mencionado disco. Algunos temas de ‘Antes de que cuente diez’ -su último trabajo y excusa para la gira- pasaron prácticamente inadvertidos para el respetable.Recordaron tiempos supuestamente menores con temas de ‘Lo más lejos a tu lado’ (2003) o ‘Los sueños loco’ (2001), y repasaron su último trabajo -que era de lo que se trataba-, casi en su totalidad.Antes, los chicos de La Cabra Mecánica, habían demostrado que van a dejar injustamente huérfanos de rock’n’rumba a sus fieles seguidores y que bien podrían haber dado su gira de despedida en solitario. Un Lichis en plena forma se metió al público en el bolsillo arrancando con el hotel homónimo -y su mención a la pensión Triana- y mencionando a la paisana María Jiménez antes de entonar ‘La lista de la compra’.Lichis acabó compartiendo tablas, al final del espectáculo, con Fito y los suyos, que no se despidieron del público sevillano hasta la 1.30 de la madrugada, después de hasta dos bises que el público -en el estadio desde las 20.30 horas- no exigió con demasiado entusiasmo.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/30/andalucia_sevilla/1275216117.html