La actual sede del conservatorio elemental de música ‘Macarena’ de Sevilla cerrará en el día de hoy tras un informe técnico realizado por la Delegación Provincial de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía tras los últimos desprendimientos registrados en una nave, lo que obligó a reubicar a alumnos en el mismo centro y a clausurar el recinto afectado.
Así lo indicó a Europa Press la presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA)
‘Hermanos Font de Anta’ del centro, Antonia Quintero, que señaló que los alumnos serán reubicados, en su inmensa mayoría, en las dependencias del colegio de Educación Infantil y Primaria ‘Pedro Garfias’ del Distrito Macarena, mientras que algunos, en función de si están censados en el Distrito Casco Antiguo y de la disponibilidad según instrumento y curso, probablemente continuarán las clases en el conservatorio ‘Cristóbal de Morales’.
La comunidad educativa del conservatorio ha llegado a esta conclusión, cuyos extremos han sido hoy dados a conocer a los padres tras una reunión mantenida entre el AMPA y el delegado provincial de Educación, José Jaime Mougán. Así, la mudanza del centro comenzará mañana, con la idea de que ésta pueda llevarse a cabo durante el fin de semana, «pues la idea de la dirección es que los alumnos pierdan el mínimo de clases».
«Según las inspecciones oculares, probablemente no pasaría nada, pero ahora se aprovechará la clausura del conservatorio para estudiar su estado con más profundidad», subrayó Quintero, cuyo colectivo ha solicitado que se estudie para el próximo año la ubicación del conservatorio en un edificio independiente de la Macarena.
«Vemos a la Delegación con ganas de hacer las cosas bien», aseguró la presidenta del AMPA ‘Hermanos Font de Anta’, que concluyó señalando que por el momento no hay fecha ni previsión de reapertura del edificio de la calle Becas, estando contemplado el final de curso en las instalaciones del ‘Pedro Garfias’, ubicado en la calle Rayo de Luna.
Según ya declaró a Europa Press el director del conservatorio, Ignacio Pérez de Aragón, tras los últimos incidentes, que incluyeron caída de techumbre y goteras, se tuvo que proceder a varias reubicaciones de clases, por lo que éstas se encontraban «al límite».
En este sentido, el director del conservatorio explicó que, ante los episodios de desprendimientos, una profesora de violoncello se vio obligada a dar clases en su despacho, mientras que la sala de espera fue acondicionada para enseñar a los alumnos más jóvenes. Para los padres, explicó, fue «adecentado, en la medida de lo posible», un almacén.
LA DIRECCIÓN NO GARANTIZABA LA SEGURIDAD
La dirección, de hecho, remitió una circular a los padres de alumnos del centro en la que afirmaba no poder garantizar la seguridad del edificio y aseguraba que no podía garantizar «la integridad de elemento estructural alguno en el edificio, así como la plena seguridad de sus ocupantes».
Ello fue motivado por el hecho de que el conservatorio «no cuenta con estudio o informe escrito alguno por parte de técnicos cualificados que certifiquen este extremo».