A nadie le gusta tener basura delante de su vista. Y menos aún, olerla, pero el caso es que la producimos y no nos queda otra que convivir con ella de la mejor manera posible. Por eso, asumiendo que los residuos existieron, existen y existirán por los siglos de los siglos, el objetivo que perseguimos todos es que apenas se perciban, de ahí que se recomiende tirar la basura por la noche para que sólo esté en los contenedores una horas, que es el tiempo que tardan los camiones en recogerlas y llevarlas a los vertederos.
Con todo, el Ayuntamiento de Sevilla se ha propuesto ir más allá y pretende suprimir por completo el impacto visual de la basura en las zonas turísticas. ¿Cómo? Eliminando los contenedores actuales y sustituyéndolos por otros mucho más modernos de carácter soterrado, los cuales favorecen el reciclaje, hacen su función de manera casi invisible, liberan espacio en las calles y evitan malos olores. Además, tienen una capacidad aproximadamente siete veces mayor a los convencionales. Las obras, que están a punto de concluir, conllevarán la modificación de las redes de agua, luz, telefonía y alcantarillado, y cuentan con un presupuesto que supera el medio millón de euros.
Los nuevos contenedores soterrados (68 en total) estarán ubicados en los siguientes puntos: Plaza de la Contratación, Martín Villa, Laraña, Imagen, Plaza de San Pedro, Plaza Cristo de Burgos, Juan de Mesa, Plaza Ponce de León, Plaza Jerónimo de Córdoba, Puerta del Osario, Plaza de Pilatos, San José, Jesús de las Tres Caídas y Plaza de San Francisco. Según Juan Ignacio Zoido, alcalde de la ciudad, este proyecto ecológico no sólo reducirá la contaminación, sino que también “acercará los contenedores a las viviendas para que sea más cómodo tirar los residuos”. En resumen, todos saldremos ganando.