La calle Cuna

¿Por qué la calle Cuna se llama así? Su nombre procede del antiguo Hospicio de Niños Expósitos, también conocido como ‘Casa Cuna’, que se encontraba en el espacio que hoy ocupa el Teatro Quintero. Abrió sus puertas en 1558 por orden del Cabildo Catedralicio Hispalense y no era precisamente un sitio agradable. Al menos, esa es la impresión que le dejó al viajero británico Richard Ford, que escribió sobre ello. “Los que quieran cebarse en horrores pueden visitar el hospital de los expósitos, la cuna, que se llama en España, como si en efecto fuera la cuna y no el ataúd de los desgraciados niños. La cuna o casa de expósitos puede ser definida como el lugar donde los inocentes son asesinados y los hijos naturales abandonados por sus antinaturales padres, y atendidos en el sentido de que se les mata a hambre lenta”.

Antiguamente, concretamente hasta el siglo XVIII, la calle Cuna tenía un trayecto más corto, ya que sólo iba desde Villasís a la esquina de Cerrajería. Ahora, por el contrario, concluye en la Plaza del Salvador. Su aspecto, eso sí, no ha variado demasiado, ya que conserva el adoquinado tradicional, los acerados asimétricos y algunas casas autóctonas. También su esencia, pues sigue siendo una calle muy transitada gracias a su privilegiada ubicación y a la presencia de comercios locales y edificios emblemáticos.

Uno de ellos es Edificio Ciudad de Londres, que data de principios del siglo XX y presenta un bellísimo mirador de planta semicircular, creado en dos niveles. De la misma época es el Palacio del Marqués de la Motilla, que sobresale especialmente por su torre y su fachada realizada en ladrillo visto. Más antiguo es el Palacio de la Condesa de Lebrija (siglo XV), el cual posee obras de arte de incalculable valor, así como restos arqueológicos que podrían tener cabida en cualquier museo de postín. 

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