La Torre de don Fadrique está en pie desde hace muchísimo tiempo, concretamente, desde 1252, pero lleva 14 años cerrada a cal y canto por el precario estado de conservación de su interior. Afortunadamente, sus días de clausura están llegando a su fin, ya que los trabajos de restauración que se están realizando permitirán la reapertura de sus puertas al público en las próximas semanas. Así lo anunció recientemente el Ayuntamiento de Sevilla, a través de un comunicado en el que aclaraba que, además de repararse los daños en la atalaya, se van a adecentar los jardines y acerados externos.
Y las mejoras no acaban ahí, ya que también se va a renovar a fondo la iluminación, tanto la natural como la artificial, se van a reforzar las barandillas para delimitar el recorrido de evacuación, se van a picar y repasar las cornisas para evitar inoportunos desprendimientos, se va a colocar una rampa en los accesos, etcétera. Esta reforma integral persigue que la Torre de don Fadrique se una al amplio catálogo de monumentos ‘visitables’ de la capital hispalense, con la idea de que esté presente en la ruta de cualquier turista.
Para quien no la conozca, debemos reseñar que la Torre de don Fadrique es casi el doble de alta que la Torre del Oro (mide 65 metros) y está situada en el patio del convento de Santa Clara. Su estilo arquitectónico se encuentra a medio camino entre el románico y el gótico y cuenta con tres cuerpos. En el primero, hecho en piedra, figuran unas sencillas saeteras; en el segundo, de ladrillos, sobresalen unas peculiares ventanas románicas; mientras que el tercero, también edificado con ladrillos, cuenta con miradores góticos. Si quieren conocer la leyenda que rodea a este emblemático monumento, sólo tienen que leer el artículo que ya publicamos en su día pulsando aquí.