En Sevilla hay aproximadamente unos 500.000 árboles. A algunos les parecerá que son muchos, otros tendrán la impresión de que son pocos, y también habrá gente a la que esta cifra no le diga nada. No obstante, recientemente se han dado a conocer más datos que pueden formarnos una opinión más concreta. Por ejemplo, se estima que la capital hispalense cuenta con 1.300 hectáreas de zonas verdes, o lo que es lo mismo, unos 22 metros cuadrados por habitante (el equivalente a un salón de un piso). Dichas cifras le sitúan en la zona media-alta europea, por debajo de las principales ciudades nórdicas y por encima de casi todas las españolas (incluida Madrid).
Más allá de los números, es importante el valor cualitativo de los mismos, de ahí que el Ayuntamiento de Sevilla y la Universidad Hispalense hayan firmado recientemente un acuerdo de colaboración para velar por la ecología, el medioambiente y la sostenibilidad de nuestra ciudad. El objetivo no se basa sólo en ir ampliando las zonas verdes paulatinamente (las últimas en incorporarse han sido las del Charco de la Pava, el Parque Guadaíra, San Jerónimo y los Jardines del Prado), sino mantener las ya existentes en perfectas condiciones. Para tal efecto, el Consistorio destinará unos 20 millones al año, sumando costes materiales y de personal.
El nuevo plan de actuación pondrá especial énfasis en la mejora de los alcorques, que son los agujeros que se realizan al pie de los árboles para almacenar el agua, ya sea de lluvia o de riego. Del mismo modo, se fomentará el ahorro energético y la creación de sombra en las zonas peatonalizadas para combatir las altas temperaturas. Con estos puntos de partida, ambas instituciones desean perfilar una Sevilla más limpia y natural, en la que la vegetación juegue un papel relevante.