Los buenos días de Manuela.

Buenos días, amigos de Sevilla.
Buenos días, de Alcázar.

El calor sigue.

Parece que nos ha cogido cariño, y lo que nos ha cogido es de sorpresa. Como todos los años. 
No nos acordamos o no nos queremos acordar porque no es agradable.
De día cuesta trabajo soportarlo y de noche no nos deja descansar.
Ya se sabe que en mayo empiezan estas calores. También es verdad que puede que refresque y que haga hasta frío.

Por eso de “hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo”
Menos mal que el cuerpo se acostumbra y se hace a todo.
Lo peor son los visitantes. Incluso las Agencias de Viajes desaconsejan venir a Sevilla.
Muy mal. Porque Sevilla en verano también tiene su encanto.

Y uno de ellos es visitar los Jardines del Alcázar. Allí hace fresquito y el olor que desprenden lo setos y las flores, hace aún más agradable la visita.

Yo recuerdo que mi madre nos llevaba allí en primavera y en junio. Había unos tickets especiales y era más barato que el billete de entrada normal. Íbamos todas las tardes al salir del colegio.
Jugábamos entre las fuentes. Nos perdíamos en los laberintos. Tan perdidas que algunas veces, tenían que venir a rescatarnos. Mi madre llamaba al guarda, y protestando nos indicaba el camino. Yo que era muy delgada y muy bicho, me colaba entre los setos y salía sola. 
El protestón del guarda me perseguía un trecho, pero como era mayor y estaba gordete nunca me alcanzaba.

Luego se lo decía a mi madre riendo. 
Yo creo que lo hacía por jugar con nosotros. Debería de estar aburrido. Todo el día vigilando el mismo trozo de los jardines.

Que ya he dicho que son preciosos, pero todo el día durante una vida laboral aburre a cualquiera.
Bueno, Al-Mutamid no se aburría porque se ponía a escribir poemas.

Voy a hacer una visita a los jardines y le voy a decir esto al guarda de seguridad.
Escribir poemas ayuda. La creación y la lectura son las mejores acompañantes.
Aconsejo esta visita a los que vienen de fuera. Los árabes sabían de jardines.
Y a los sevillanos, que estén un poco libres, que se pierdan una mañana o una tarde por allí.
Si es posible recordando a Al-Mutamid y leyendo uno de sus poemas.
Buenos días, amigos de Sevilla.

Buenos y de Alcázar.

Manuela Sosa Martin.

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