Los buenos días de Manuela.

Buenos días, amigos de Sevilla.
Buenos días, de sevillanas inéditas.

Ya se acerca la Feria. Ya huele a pescaito.
Ya se ve el alumbrao.
Me pregunto qué pensarán, qué sentirán los extranjeros.

Les han vendido el paquete completo y aquí los tenemos, plano en mano y mirando con asombro.
Nosotros estamos acostumbrados, a la luz y a la belleza de Sevilla.
¿Nos entenderán?

El habla, no, porque mira que hablamos rápido. Cortamos las palabras. Las suplimos con gestos y damos por supuesto que los demás nos entienden.
Nosotros nos entendemos.
El que quiera aprender más que haga un curso de andaluz.

Ya se acerca la Feria y Sevilla se está llenando de gente forasta, como dice mi vecino.
O sea, forasteros, extranjeros: forastas.

Como tenemos que repasar el baile y el cante por sevillanas, os paso éstas de mi tío. Auténticamente inéditas. En primicia para los amigos de Sevilla.

“Por la canal de tu pecho
muchos suspiros salieron
salieron por tu boquita
se enredaron en tu pelo

Aquellos ojos negros
que tú tenías,
me cautivaron siempre
de noche y día.”

¿Entenderá la letra uno de Suecia?

Y como siempre mezclando las dos fiestas grandes de Sevilla

“Párala tú costalero
costalero párala.
Quiero rezarle una salve
a la Madre Celestial.

Que yo la quiero,
que yo la quiero.
La quiero como a mi madre
que está en el Cielo.”

Y seguro que el costalero para el paso, para que mi tío le cante la salve por sevillanas. ¡Seguro!

Otras de sus aficiones. Los toros.

“Llora mucho Maestranza
porque se marcha un torero,
porque se marcha un torero,
porque se marcha el más grande
se marcha Curro Romero.

Con su capote
cómo torea Curro
con su capote.
Cuando coge la muleta
ya es el disloque.

Que Curro está toreando
asómate a la Maestranza,
que Curro está toreando
y la gente que lo quiere
de alegría está llorando,
tú no te vayas,
tú no te vayas Curro
tú no te vayas,
porque te necesita
la Maestranza.”

No sé si la Maestranza echa de menos a Curro, pero me consta que él sigue soñando con sus tardes, las buenas y las malas.
De todo hubo.

No creo que un extranjero pueda entendernos. No es posible.
Mezclamos la Semana Santa con la Feria, con los toros, con el pozo, con el oro y la plata, con el potaje de María, la morena.
Y de esa mezcla nace la sevillanía, alegre, dicharachera, honda.
¡Única!

Recuerdo una anécdota.
Cantaban María, la morena y su potaje.
Yo, que soy comilona de cuchara, dije en voz alta.
“!Qué rico, hija, aunque estén quemaos y duros!”

Se me acerca un extranjero y me pregunta.
“¿Dónde nosotros comer potahe.?
¿Dónde comer potahe duro y quemao?”

El pobre hombre pensaría que era una comida apetitosa y típica.

Yo, que soy un bicho malo, le dije: “Pregunte cerca de la Catedral”

“¡Ou! Gracia, gracia. Persona de Sevilla mucho amable!”
“Sí, hijo mucho amable y con mucha guasita.”

No me entendió.
Menos mal.
El honor de Sevilla sigue a salvo.

Buenos días, amigos de Sevilla.
Buenos y de sevillanas inéditas.

 

Manuela Sosa Martin.

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