Los buenos días de Manuela.

Buenos días, amigos de Sevilla.
Buenos días, de Semana Santa y Feria.

No se puede remediar.
Están tan cerca en el tiempo, se arraigan tanto en nuestro corazón, que se unen, se funden en una.

Os lo demuestro con estas sevillanas, escritas por un tío mío.
Él dice que es aprendiz de poeta.
Ya me contaréis…
Además de una excelente persona, es un enamorado de Sevilla.

“Cuando voy por Sevilla,
yo voy alegre, (bis)
porque voy por mis calles
y con mi gente (bis)
-Estribillo-
Sevilla tú que tendrás
que cuando no estoy contigo
yo no te puedo olvidar.

Sevilla tiene tesoros
que brillan como esmeraldas. (bis)
Son las guapas cofradías
que pasan por la Campana.
Las llevan los costaleros
que las llevan con el alma. (bis)
Las llevan con penitencia,
van rezando sus plegarias.
Sevilla en primavera,
tú que bien hueles (bis)
con tu rico azahar
y tus mujeres (bis)
(Estribillo)
Me gusta mucho Sevilla,
me gusta mucho Triana. (bis)
Me gusta por sus balcones
y flores en sus ventanas (bis)
y sus mujeres hermosas
con la sonrisa en su cara. (bis)
Parece que son distintas
las mujeres de Triana.”

Lo dicho.
Mezcla de las dos fiestas de Sevilla.
Y además de un enamorado de Sevilla, sigue enamorado de su mujer, después de más de sesenta años juntos.
¡Ya es mérito!
Mérito de los dos, desde luego.

“Rincones del Postigo
¡qué gracia tienen!
Macetas escondidas
entre paredes.
Pero se asoman
las gitanillas blancas
como palomas.”

Por donde va pasando escribe lo que su corazón le dicta.
El Postigo es otro de sus rincones preferidos.
Y como se comprueba Triana, también.
Será porque la Virgen de la Estrella se hospeda allí.
Todos los años, desde donde esté, viene a ver a su Estrella.
Y también es mérito, porque tiene pocos haberes, como él dice, y “ya estoy viejecito, niña”
¡Tiene todo el arte!

“El Altozano se asoma,
se asoma por la ventana. (bis)
Le gusta mucho Sevilla
pero se queda en Triana. (bis)
Se queda con su Cachorro
su Esperanza de Triana (bis)
y con su Estrella querida
y la O enamorada.

Me gusta mucho Sevilla,
me gusta mucho Triana. (bis)
Me gusta por sus balcones
y flores en sus ventanas (bis)
y sus mujeres hermosas
con la sonrisa en su cara. (bis)
Parece que son distintas
las mujeres de Triana.”

También es un enamorado de las mujeres.
Un enamorado respetuoso.
Habla de la mujer, comparándola con su madre, mi abuela.
Piensa que la mujer es un regalo que le hizo Dios a los hombres.
“Niña, las mujeres nos dan la vida. Las madres nos han parido y no nos piden nada a cambio”
“!La mujer es la flor de la casa!”

¡Ay, si todos los hombres tuvieran esta gratitud!

“Niña, el hombre que le levanta la voz, o la mano a una mujer, no es un hombre. Es una alimaña”
Él, acostumbrado al campo, labrador de la tierra desde niño, dice que a esta clase de hombre, no se le puede ni comparar con las alimañas. Las alimañas son mejores.
¡Tiene corazón y salero!

“Placita de San Lorenzo,
¡cuánta gente te visita!
Porque allí está el Gran Poder
dentro de su capillita.
-Estribillo-
Qué maravilla,
qué maravilla
el Cristo del Gran Poder
que es lo mejor de Sevilla.”

Mi tío no tiene estudios.
Es un autodidacta.
Cuando trabajaba en Sevilla, después de muchas horas de trabajo, venía a casa a que yo le diera clase.
¿Quién pensáis que era el maestro?

Yo lo tengo claro.

Como sabéis soy una enamorada de Sevilla, y por encima de Sevilla, de mi familia.
Si mi familia no fuera lo primero, ¿qué derecho tendría a sentirme y llamarme sevillana?
La casa se empieza por los cimientos.
El corazón que no ama a los suyos, será la máquina que bombea la sangre, pero no es corazón.

Buenos días, amigos de Sevilla.
Buenos y de Semana Santa y Feria.

 

Manuela Sosa Martin.

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