Los primeros pasos del Antiquarium

No se puede decir que el Antiquarium haya empezado con buen pie. Tras haber sido inaugurado el 27 de marzo de 2011, el desplome de una puerta de cristal en enero de 2015, es decir, sólo cuatro años después, provocó su cierre inmediato. El accidente pudo acabar en tragedia, ya que la puerta, de más de 200 kilos de peso, cayó sobre tres ancianas que quedaron atrapadas durante unos minutos que se hicieron eternos. Afortunadamente, las heridas no revistieron gravedad y lograron recuperarse con el paso de los días.

 

Como no podía ser de otro modo, el edificio quedó clausurado a la espera de solventar todos los problemas de seguridad. Lo que poca gente esperaba es que las obras se fueran a prolongar durante tanto tiempo (ya han sobrepasado los ocho meses). Y es que, al margen de las consabidas deficiencias en los accesos, se detectaron algunos desperfectos que causaban goteras. Así las cosas, y salvo que surjan nuevos contratiempos, el espacio volverá a abrirse al público antes de que concluya el año.

¿Qué hay exactamente en el Antiquarium? Resumiendo, un yacimiento arqueológico de la época romana, el más importante que se ha encontrado en Sevilla hasta la fecha. Como es habitual en estos casos, fue descubierto de manera accidental en los años noventa, justo cuando se estaban realizando unas excavaciones para construir un aparcamiento subterráneo y remodelar la Plaza de la Encarnación. Los restos más antiguos pertenecen al periodo comprendido entre el siglo I y el V, destacando sobremanera los mosaicos, los murales y las casas. De igual modo, contiene reliquias de la época andalusí (XII-XIII), brillando con luz propia una casa islámica almohade. El espacio está gestionado por el Patronato del Real Alcázar, ocupa casi 5.000 metros cuadrados, se encuentra situado justo debajo de las setas y hace las veces de centro de interpretación de la historia de Sevilla.

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