Maestro A punto de jubilarse, Joaquín Cárdenas mira hacia atrás con la naturalidad de un paleontólogo. Ha tenido en casa durante 40 años los restos de una ballena de 6 millones de años de edad, tiempo más que suficiente para cobijar lo que ahora puede verse en el Museo de Alcalá.Hay que ponerse en la piel de un joven aficionado a la paleontología que se topa con las vértebras de un cetáceo del Mioceno mientras busca conchas marinas. Aquel veinteañero, que todavía en 1970 no era maestro de Ciencias Naturales, se desplazaba en cuanto podía a los yacimientos de albero de los alrededores del molino de la Aceña, en Alcalá. Allí, acompañado de un pico y una brocha, estudiaba en el terreno, strictu senso, la historia que difícilmente se estudia al pie de la letra. De repente el joven Joaquín Cárdenas (Dos Hermanas, 1950) se topa con un tesoro que hubiera superado todos los cofres de conchas salinas imaginados. «Según una datación de la Universidad de Salamanca a terrenos de la misma época que la ballena, ésta tiene unos 6,4 millones de años, más antiguos de los 5,5 que se dijo en la última datación». De la Edad Messiniense, de cuando los Pirineos aún se elevaban, cuando parte de la provincia que había sido mar empezó a dejar de serlo. Y ahí, en Alcalá, la tierra de los panes, debió quedar atrapado el mayor de los peces durante millones de años.
Hasta que Joaquín dio con él, «no tenía coche y fui y vine muchas veces para transportar a casa todos los huesos de la ballena», que lo ha conservado durante unos 40 años. Hasta el pasado mes de marzo. «El Museo de Alcalá de Guadaíra es el único, en todo este tiempo, que me ha ofrecido garantías de cuidar los restos y exponerlos al público». Y ahí están.
Fuente: http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/743872/guardian/tesoro/millones/anos.html
