Parque de María Luisa

Los orígenes del Parque de María Luisa se remontan a 1849, fecha en la que los duques de Montpensier adquirieron el Palacio de San Telmo y encargaron al jardinero francés Lecolant la ejecución de un gran jardín acorde con la majestuosidad del edificio que habían convertido en su residencia.

Lecolant diseñó un gran jardín que, de acuerdo con la moda de la época, seguía los dictados del paisajismo a la inglesa, incluyendo pinceladas de pintoresquismo, aunque también se incluyeron algunas composiciones dentro de la ortodoxia del formalismo francés al que, lógicamente, Lecolant no era ajeno.

En el año 1893 la duquesa viuda, María Luisa de Borbón, cedió gran parte de este jardín a la ciudad. A partir de entonces, el Parque permaneció en estado de abandono mientras que el Gobierno local decidía qué hacía con este espacio.

Los preparativos de la Exposición Iberoamericana de 1929 marcan el inicio de la recuperación de este espacio, ya que el Ayuntamiento ofrece entonces el Parque de María Luisa y los terrenos adyacentes como sede de la misma.

Comienzan los trabajos para adaptar al Parque para esta celebración y se nombra al arquitecto Aníbal González como director de los trabajos de planificación general y de las obras de edificación. Para los trabajos de jardinería se elije a J.C.N. Forestier, ingeniero francés que era conservador de los parques y jardines de París.

El proyecto de Forestier toma como centro de toda la composición del parque una gran parte del núcleo del jardín anterior diseñado por Lecolant y constituido por el eje que une la isleta o estanque de los patos y el montículo del Gurugú.

Este eje se refuerza con la ejecución del estanque de los lotos en una de sus cabeceras y con la de la fuente de los Leones al pie del Gurugú, reacondicionando el estanque de los patos. Como articulación de toda la superficie disponible, crea dos grandes avenidas paralelas: las denominadas más tarde avenida de Pizarro y la de Hernán Cortés, además de una poderosa transversal, la denominada Avenida de Rodríguez Casso.

Finalmente el Parque de María Luisa se abre al público el 18 de abril de 1914, aunque su imagen definitiva, tal y como lo conocemos hoy día, se culmina poco antes de la inauguración el 9 de mayo de 1929 de la Exposición Iberoamericana, cuando se suman al recinto las grandes plazas de España y América y numerosas glorietas.

Su acentuado carácter local, pese a la filiación de los que intervinieron en su diseño, mostrada tangiblemente en el profuso uso de materiales de gran tradición como el ladrillo y la cerámica, convierte al Parque de María Luisa en un exponente significativo de una manera de abordar la jardinería pública hoy olvidada y relegada por otras de mucha mayor aceptación al gusto de los usuarios de estos tiempos.

Terminada la Exposición Iberoamericana en 1930, el Parque vuelve a estancarse, aunque destaca un breve paréntesis de actividad durante el periodo constitucional de la II República, que se cortó posteriormente con la Guerra Civil de 1936.

A partir de entonces, y como consecuencia de la Guerra Civil, el Parque de María Luisa entra en un nuevo periodo de estancamiento, que culmina con intervenciones de dudosa idoneidad, hasta que llegamos a la década de los setenta.

Desde su inauguración y hasta 1973, (fecha en la que se inaugura el Parque de Los Príncipes), el Parque de María es el único parque de la ciudad, de ahí que en el imaginario popular se le considere como el Parque de Sevilla.

En este momento, los ciudadanos y ciudadanas comienzan a demandar a los gobernantes dotación y mantenimiento para los parques de la ciudad, una exigencia que se mantiene hasta nuestros días y que ha sido recogida por el Ayuntamiento sevillano, cuyo interés por activar los espacios verdes de Sevilla y en este caso, el Parque de María Luisa es ya una realidad. Lo demuestra el programa de activación que el propio Consistorio ha desarrollado para este año 2009. Así, poco a poco, el Parque de María Luisa está superando los obstáculos para recuperar el esplendor de antaño y mostrar a los sevillanos y sevillanas la historia que se esconde en sus jardines.

Algunos lugares representativos del parque.

ESTANQUE DE LOS LOTOS

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Dispuesto transversalmente en el eje del Parque es un estanque rectangular rodeado de una pérgola sobre pilares de ladrillo, con solería igualmente de ladrillo y olambrillas intercaladas. En el centro, una fuente de mármol con alto surtidor se encuentra dentro de otro estanque más pequeño y acompañada a ambos lados por dos arriates con vegetación Toda esta zona central se encuentra rodeada por el estanque principal de forma que no se tiene acceso a ella. En el extremo meridional de toda la composición una pequeña glorieta semicircular, tras un espacio rectangular de menores dimensiones, alberga en la actualidad el monumento a la Infanta María Luisa, escultura en bronce de E. Pérez Comendador. Las pérgolas están cubiertas de enredaderas de diversas especies.

El estanque toma su nombre de las plantas acuáticas que flotan sobre las aguas y ya se encontraba en el primitivo jardín, aunque el aspecto que ofrece actualmente proviene en su mayor parte de la reforma efectuada por Forestier. Su ¿Cuaderno de Dibujos y Planos¿ contiene esquemas de los que provienen algunas de las piezas principales que forman este conjunto, en particular, las pérgolas, la fuente semicircular adosada a uno de los lados del estanque principal y que da agua a éste y la composición central que recuerda imágenes de los jardines del Generalife.

En lo que se refiere a la vegetación frente al Estanque de Los Lotos es de destacar un plátano oriental (Platanus orientalis) y hacia la izquierda, parasoles de la China (Firmiana simplex), cóculos (Cocculus laurifolius) y más allá grupos de celinda (Philadelphus coronarius)

Las pérgolas que rodean al estanque están cuajadas de trepadoras y enredaderas: Bignonias rosas (Podranea ricassoliana), una enredadera de grandes flores rosas, hiedras, jazmines o madreselvas del Cabo (Tecomaria capensis)., trompetas trepadoras (Campsis radicans), parras y jazmines que pueblan de colorido todo este techo vegetal.

Ya casi en los límites del estanque, a la izquierda, un brachichito (Brachychiton populneum) y gran número de paragüitas (Cyperus alternifolius) que habitualmente se encuentran dentro de estanques y fuentes.

La totalidad de la glorieta ha sido restaurada en los años 2002-2003, renovándose pérgolas y azulejería del estanque superior según proyecto del arquitecto D. Javier Muñoz Pecero.

GLORIETA HERMANOS ÁLVAREZ QUINTERO

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Al final de la avenida de Hernán Cortés se encuentra la glorieta de los Hermanos Álvarez Quintero. Proyectada por el arquitecto Aníbal González, fue inaugurada en 1927, haciendo realidad una propuesta formulada al Ayuntamiento de Sevilla por el pintor Santiago Martínez, que fue aceptada por el Comité de la Exposición Iberoamericana en 1925.

Rodeada de eucaliptos, árboles del amor, dos palmeras y buganvillas, esta glorieta es una de las más espaciosas del Parque de María Luisa. La mayor parte de su superficie es rectangular, con un estanque central y dos largos bancos situados en sus lados mayores, en cuyos respaldos y en azulejos se incluyen los retratos de ambos dramaturgos, acompañados de muchos títulos de sus obras.

Después de este primer espacio rectangular y de dos pasos abiertos, uno a cada lado, la glorieta se cierra en semicírculo, con una grada de dos peldaños y otros bancos como los anteriores adornados con más títulos de sus obras, en este caso recorridos en su borde superior con una dedicatoria.

Entre estos dos últimos bancos, en un cuerpo central, cubierto por un frontón y enmarcado entre dos medias columnas platerescas, encima de una fuente de cerámica con adornos en relieve, se muestra el ex-libris de dichos autores, acompañado con la leyenda ¿Un solo aliento impulsa las dos velas¿. Completan la composición dos figuras de amorcillos sobre volutas, colocadas en alto y dos bajorrelieves también con amorcillos, incorporados a las paredes de ladrillo agramilado del mismo cuerpo, que tiene también unos anaqueles para libros.

 De la pila y de los amorcillos se ocupó el escultor sevillano Adolfo López Rodríguez (1862-1943), y toda la azulejería y el vidriado de la fuente los hizo el ceramista Manuel García Montalbán.

Los Hermanos Álvarez-Quintero nacieron en Utrera, Serafín el 26 de marzo de 1871 y Joaquín el 20 de enero de 1873. En Sevilla estrenaron numerosas obras entre las que se encuentran: Esgrima, Amor y Belén, 12, principal. Trasladados a Madrid, juntos escribieron, entre dramas, comedias, sainetes, zarzuelas, pasos de comedia, entremeses, etc., hasta 210 títulos.

Algunas obras escritas por los dos son ¿Marianela¿, adaptación para la escena de la novela del mismo título de Pérez Galdos; ¿La reja¿, ¿La buena sombra¿, ¿La vida íntima¿, ¿El patio¿, ¿Los galeotes¿, ¿La zagala¿, ¿El amor que pasa¿, ¿La musa loca¿, ¿Malvaloca¿ etc. Tal como hicieron con ¿La rima eterna¿, cuyos beneficios sirvieron para costear el monumento a Bécquer, en Sevilla, para contribuir a la suscripción del monumento que se dedicó en Madrid a Juan Valera, ofrecieron el producto de ¿Pepita y Don Juan¿, y lo mismo con ¿Los grandes hombres¿ para otra suscripción pro monumento a Cervantes, también en Madrid. Gran parte de su éxito se fundamentó en un depurado gusto y equilibrio intelectual que conquistaba a los públicos, mostrando la visión de la Andalucía de su tiempo.

Junto a la Glorieta, están presentes árboles del amor (Cercis siliquastrum), pitosporo (Pittosporum Tobira) , acacias y aligustres (Ligustrum japonicum). Un poco más allá: furcreas (Furcraea selloa), y cerca del Monte Gurugú, dos árboles poco frecuentes y ambos procedentes de Norteamérica: el nogal americano y la nuez de América.

El nogal americano, Juglans nigra, se cultiva tanto como ornamental como para aprovechamiento maderero. Alto y caducifolio, su fruto, una nuez de cáscara muy dura, no es tan apreciada como del nogal común (Juglans regia).

La Pacana o nuez americana, Carya illinoensis, es conocida como nogal americano, siendo muy apreciados sus frutos. Hay bonitos ejemplares en el Parque Celestino Mutis y en los jardines del edificio central de la Universidad.

 La última restauración total de la glorieta se ha realizado en el año 2002 según proyecto del arquitecto D. Francisco González de Canales.

GLORIETA AZUL

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Cruzando la avenida de Rodríguez Casso encontramos la Glorieta Azul, espacio ocupado por un parque infantil, en cuya entrada encontramos dos almeces (Celtis australis). Podemos ver además, celestinas (Plumbago auriculata), washingtonias de tronco fino (Washingtonia robusta), palmeras datileras (Phoenix dactylifera), palmeras de la suerte (Trachycarpus fortunei), un tilo , pacíficos, latanias (Livistona chinensis), durantas (Duranta repens), ciruelos japoneses (Prunus cerasifera var. Pisardii), árboles del amor (Cercis siliquastrum), aligustres (Ligustrum japonicum), pitosporos (Pittosporum tobira), lantanas (Lantana camara) y nandinas (Nandina domestica).

El almez, Celtis Australis, es un árbol de hoja caduca, de corteza lisa y gris, con hojas asimétricas y aserradas. Pertenece a la misma familia que el olmo y se está plantando mucho en alineaciones por las calles de la ciudad.

Podemos ver también pacíficos, a los que se les llama igualmente rosa de China o hibisco, con flores de gran tamaño, que pueden ser rojas o también rosas, naranjas y amarillas.

Dejando la Glorieta Azul y bordeando una fuente en cuyos azulejos figuran escritos refranes (últimamente totalmente restaurada con nueva azulejería), es posible encontrar variada vegetación como: ciruelos japoneses (Prunus cerasifera var. Pisardii), aligustres (Ligustrum japonicum) y fotinias (Photinia glabra), dos enormes ficus (Ficus elastica) con grandes raíces superficiales. En las proximidades: casuarinas (Casuarina equisetifolia), carrizos Cortaderia selloana, ailantos (Ailanthus altissima), acantos (Acanthus molli), ruscos (Ruscus aculeatus) y algunos almeces.

Finalmente por un bonito paseo de naranjos (Citrus aurantium var. amara), se alcanza la Glorieta de Benito Mas y Prat, totalmente restaurado en el 2002-2003, rectificando su trazado, colocando nuevos jarrones cerámicos y azulejería en los bancos según proyecto del arquitecto D. Juan Miguel Salado González.

GLORIETA BENITO MÁS Y PRAT

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Este recuerdo a Benito Más y Prat fue levantado por la iniciativa del profesor Enrique Real Magdaleno y costeado por suscripción popular, el proyecto es de Aníbal González y su inauguración tuvo lugar el 2 de mayo de 1924. Enmarcada con sóforas y construida con ladrillo agramilado, su forma es semicircular, delimitada por dos bancos con respaldo de hierro, rematados con pináculos. En dichos pilares se abren dos anaqueles para libros, y en sus otras caras figuran, en azulejos, escenas costumbristas sevillanas originales del pintor José García Ramos, copiadas por el también pintor y ceramista Enrique Orce y realizados por la Fábrica de Ramos Rejano. Todo ello presidido por un cuerpo más elevado donde se expone un busto de Mas y Prat, labrado por el escultor Antonio Castillo Lastrucci. En ese mismo cuerpo, también en un azulejo, de mayor tamaño, se representan los emblemas de Sevilla y de Écija, sostenidos por dos amorcillos. Toda la obra cerámica de esa glorieta la decoró Enrique Orce Mármol (1885-1952). Antonio Castillo Lastrucci (1882-1967) fue discípulo del escultor Antonio Susillo y alumno de la Escuela Industrial de Artes y Oficios de Sevilla, su ciudad natal. Fue un artista humilde y un trabajador infatigable. Sus imágenes religiosas figuran en muchos de los pasos de las cofradías de la Semana Santa sevillana, de las que recibió un homenaje en 1961.

Benito Mas y Prat, poeta, escritor costumbrista, periodista y autor teatral nació en Écija en 1846 y falleció en la misma ciudad en 1892. Hijo de unos comerciantes de origen catalán y padre del novelista José Mas, Benito vino por primera vez a Sevilla para trabajar como dependiente de comercio. Entonces dio a conocer su afición literaria al colaborar en los periódicos más importantes de la capital.

Se introdujo en la vida literaria sevillana, trató a las mejores figuras de la cultura y del periodismo locales y dirigió al Ayuntamiento de Sevilla una petición para trabajar de ¿temporero¿ en el Archivo Municipal, a lo que éste accedió. Fruto de esas nuevas relaciones conoció al propietario del Eco de Andalucía, don José Lamarque de Novoa, quien le confió la dirección del periódico en el que estuvo desde 1879 hasta 1890.

En el Eco de Andalucía se publicaron sus obras poéticas ¿Brisas del Genil¿, ¿Hojas secas¿ y ¿Nocturno¿, el drama ¿La Cruz del hábito¿, y ¿La Tierra de María Santísima¿, ¿Fantasías¿, ¿Estudios literarios¿, ¿Estudios y bocetos¿ y ¿La Dama Blanca¿. También Mas y Prat colaboró en otras publicaciones como ¿La Ilustración Española y Americana¿, ¿La Ilustración Artística¿, ¿La Ibérica¿, ¿Bética¿ y ¿El Liceo Sevillano¿. En 1890 dejó de escribir por motivos de salud; diez años antes, la Academia de Bellas Letras le había premiado su composición ¿La Feria de Sevilla¿.

¿La Tierra de María Santísima¿ es una de las más atractivas semblanzas de Andalucía creadas por la literatura del siglo pasado, como colofón para este recuerdo, se ofrece un inspirado fragmento de la misma obra.

¿El piropo, al que yo llamaría la estela que pasa, engendra el requiebro, que no es más que la ampliación de aquel, o buscando una imagen más gráfica, el piropo diluido en agua de rosa¿.

En cuanto a la vegetación podemos observar en los alrededores de esta glorieta: durillos de flor (Viburnum tinos), sóforas (Sophora japonica), acantos (Acanthus mollis), fotinias (Photinia glabra), adelfas (Nerium oleander), una dombeya (Dombeya x cayeuxii) y un aligustre (Ligustrum japonicum). Junto a setos de bonetero (Euonymus japonicus), árboles de Júpiter (Lagerstroemia indica), nandinas (Nandina domestica), ciruelos japoneses (Prunus cerasifera var. Pisardii), un ombú (Phytolacca dioica) y un membrillero japonés (Chaenomeles japonica).

El durillo de flor, Viburnum tinus, es un arbusto con grupos de flores, pequeñas, blancas o rosadas muy vistoso en Primavera.

La sófora, Sophora japónica, o acacia de Japón, es originaria de China y Japón. Muy fácil de identificar por sus frutos que son legumbres con un aspecto similar al de un rosario. Se utiliza mucho en vías urbanas.

La adelfa, Nerium oleander, es una especie mediterránea con vistosa floración en los meses de verano, muy utilizada en medianas de carreteras y para la formación de setos o borduras sin recorte.

La dombeya, es un arbusto que alcanza gran altura con llamativas flores en forma de grandes bolas.

El membrillero japonés, Chaenomeles japónica, es también un arbusto procedente de Japón y China con bonitas y grandes flores rosas, que antes de las hojas dan un agradable aspecto a la totalidad del conjunto.

El bonetero de Japón, Euonymus japonicus, es un arbusto muy utilizado para la formación de setos tal y como lo vemos aquí. Un poco más allá observamos robinias y pitosporos (Pittosporum tobira).

Restaurada durante el año 2002 según proyecto del arquitecto D. Francisco González de Canales.

GLORIETA JOSÉ MARÍA IZQUIERDO

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Situada junto a la avenida de Pizarro, en una rotonda flanqueada por álamos negros y arbustos, enfrente de dos bancos de obra completamente revestidos de azulejos y elevada sobre un pedestal de dos gradas, una sola columna con capitel corintio romano lleva grabado el nombre de una de las más esclarecidas figuras sevillanas: José María Izquierdo. La columna la trazó el arquitecto Juan Talavera Heredia,. A los lados existen dos anaqueles de cerámica destinados a albergar obras del homenajeado para su lectura y consulta. La inauguración de la glorieta, construida a instancias del Ateneo de Sevilla, tuvo lugar el 15 de agosto de 1925.

José María Izquierdo y Martínez (1886-1923), doctor en Derecho, fue un destacado intelectual profundamente identificado con su ciudad, Sevilla. Poeta, escritor, ateneista, creador de la popular Cabalgata de Reyes Magos que sigue organizando el Ateneo Sevillano y precusor del renacimiento andaluz, lanzó el lema de su ideal adaptado luego por Blas Infante. Así le describió Luis Cernuda: ¿Pequeño, moreno, vestido de negro, con unos ojos interrogativos y melancólicos, la cara alargada por unas oscuras patillas de chispero¿. Otra cita sobre él es esta: ¿De Sevilla fue un gran enamorado, elegante cantor de su peculiar gracia, y maestro que enseñó a muchos a conocerla, respetarla y amarla. Trabajó por esclarecer su historia, afianzar su prestigio y divulgar sus glorias. Nadie como él lo hizo¿.

Entre sus obras destacan ¿De las Normas y de las Formas¿ y ¿Divagando por la Ciudad de la Gracia¿. De éste último libro del poeta, que usó el seudónimo ¿Jacinto Ilusión¿, es este escrito redactado en 1903, graves y certeras palabras a las que Sevilla nunca debería corresponder:

Si queréis apreciar el grado de cultura de un pueblo

visitad sus jardines.

Y cuando los hayáis contemplado secos, polvorientos, sin aromas,

en un triste abandono y en un completo olvido;

sembrados de fragmentos de estatuas los paseos, y los árboles

deshojados, desenramados…

Cuando hayáis visto a los jóvenes (aún a los instruidos)

romper los faroles y los alambrados y los herrajes

de un típico balcón sobre el río,

y a las jóvenes (aun las distinguidas)

penetrar en los sembrados para saquearlos…

Cuando hayáis presenciado todo esto,

bien podéis exclamar con el corazón angustiado:

¡este pueblo no tiene sentimiento, no tiene arte ni amor,

carece de cultura!

GLORIETA DE OFELIA NIETO

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Desde la avenida de Pizarro, dos caminos paralelos bordeados de anchos y altos setos de ciprés, cuidadosamente recortados, y adelfas, conducen a esta glorieta de la cantante Ofelia Nieto. Trazada por el arquitecto Juan Talavera Heredia, sobre un fondo de ciprés, el frente está totalmente despejado y abierto a la citada avenida. Su parte posterior, semicircular, la cierra una pared blanca, de media altura, con dos cancelas, en cuya parte central, en una gran hornacina revestida de baldosas cerámicas, se representa a Ofelia Nieto acompañada por dos figuras que simbolizan el canto y la música. El dibujo de esta composición es de Juan Miguel Sánchez, y la realización de la Fábrica de Nuestra Señora de la O de Triana. Asimismo en azulejos, en dos paredes laterales se ofrecen nombres de compositores famosos y títulos de obras musicales. La complementan una fuente central y los consabidos bancos.

Ofelia Nieto nació en Santiago de Compostela en 1899 y falleció en Madrid el 22 de mayo de 1931. Hermana de la también cantante Ángeles Otein, nacida en 1898, que invirtió el orden de las letras de su apellido: Nieto, para evitar confusiones, ambas artistas estudiaron canto con el tenor Simonetti. Ofelia debutó con el estreno de Maruxa, de Amadeo Vives, en el Teatro de la Zarzuela, de Madrid, en 1914. Otras obras estrenadas por ella fueron Amaya, La Llama, La leyenda del beso, Rayo de luna, Bohemias, El caminante y La escalera, estas dos últimas de autores cubanos.

Cantó en los grandes teatros de Europa y América, estrenó Parsifal en Chile, Perú y la Habana, y sus óperas favoritas eran Manon, Gioconda, Aida y Madame Butterfly. El maestro Arturo Toscanini la eligió para la reposición de la ópera Der Freisschütz en el teatro de la Scala de Milán, en el centenario de Weber. En 1928, Ofelia Nieto contrajo matrimonio con el tenor Felipe Cubas Albéniz, y se retiró de la escena. Ofelia Nieto, la voz y el corazón de oro, cuyas privilegiadas dotes y arte exquisito tan desinteresadamente prodigó en beneficio de los pobres de Sevilla, por la que sentía un exaltado cariño, mereció que el Ayuntamiento sevillano por el acuerdo capitular del 12 de junio de 1931, dispusiera tributar a su buena memoria un perpetuo recuerdo con la rotulación de una avenida o glorieta del Parque de María Luisa enfrente de la fuente de los Leones.

El domingo 30 de junio de 1935, a las siete de la tarde, se inauguró la glorieta de Ofelia Nieto. En aquella ocasión, Federico García Sanchis (1886-1964), literato, crítico de arte, novelista y hábil conferenciante, ofreció una ¿charla¿ en memoria de la que fue maravillosa intérprete del arte lírico. En ella pidió que, así como en la glorieta de Bécquer se podían leer las obras de ese poeta, también en la glorieta de Ofelia Nieto se escuchara su voz.

Cerca de la glorieta se pueden admirar: aligustres, fotinias, un espino majuelo, washingtonias de tronco fino, almeces y árboles del amor y saliendo de ella un variado panorama vegetal en el que destacan, un fresno, un ailanto, una morera de papel, llamativos pitosporos con porte arbóreo, un olmo, adelfas, un ailanto, pica-picas, un arce, eucaliptos, árboles del amor, malvaviscos, naranjos, washingtonias de tronco fino, falsas acacias espireas, grupos de justicia, y yucas.

La justicia, Justicia adhatoda, muy abundante antes en nuestros jardines, es un arbusto de hoja persistente procedente de la India, con vistosa floración primaveral en forma de racimos de color blanco. Cerca hay un grupo de latanias (Livistona chinensis) palmera monoica (un mismo individuo alberga los órganos de los dos sexos) originaria de China.

Todo el conjunto de la glorieta ha sido restaurado en la incorporación de nuevas pérgolas según proyecto del arquitecto D. Javier Muñoz Cepero

GLORIETA DE DOÑA SOL

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Dedicada al recuerdo de la ilustre dama Doña Sol Stuart Fitz-James y Falcó, Duquesa de Santoña, que tanta predilección sintió por nuestra ciudad en su dilatada vida.

La glorieta fue inaugurada el 22 de abril de 1959 y fue obra del arquitecto Luis Gómez Estern. Dentro de la ortodoxia regular y la ortogonalidad que presentan la mayoría de las glorietas del parque, ésta contrasta y llama la atención por la presencia de la curva que con grandes sinuosidades va describiendo el contorno de los arriates y a ella se pliega y somete todo el diseño de la misma. El ladrillo aplantillado se emplea en bancos, bordes de arriates y escalinatas de acceso, pues toda ella está levemente deprimida con respecto a la cota de las sendas que la rodean. A esos peldaños se les integran unas originales rampas.

Ocupa un amplio sector en el Parque, en su parte de poniente, cercano a la Isleta de los Patos, al otro lado de la avenida de Pizarro. Los bancos y pedestales de las estatuas decorativas, están enmarcados por arriates y cuadro de rosales, setos vivos y arbolado, entre el que hay falsas acacias (Robinia pseudoacacia), que forman un conjunto luminoso y polícromo.

En la actualidad la rosaleda convive con distintas variedades de plantas de flor. En este lugar estuvieron ubicados unos ciervos y jabalíes, y era el corral donde estos pacentaban.

Restaurada totalmente en 2002 según proyecto del arquitecto D. Juan Miguel Salado González.

GLORIETA DE LOS TOREROS

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Inmediatamente detrás de la glorieta de los Quintero, en un nivel más bajo, entre naranjos, setos de pitosporos y boj y unos altos eucaliptos Sevilla tuvo un delicado recuerdo al construir la Fuente de los Toreros.

En la época romántica del siglo XIX, a los monumentos religiosos, regios y militares les suceden, con una gran similitud en la mayoría de parques y jardines públicos, otros recuerdos ofrecidos a artistas de todas clases. Entre esos artistas, el actor es entonces apreciado, y como no podría haber sido en otro lugar, en nuestro país el torero se convierte asimismo en personaje importante.

El espacio que ocupa la Fuente de los Toreros es más bien reducido. Su forma es circular. En el centro, del nivel del suelo y hasta la fuente descienden cuatro gradas revestidas de azulejos policromados. Y entre ese círculo central y el resto de su forma, un paseo interior y cuatro bancos con respaldo terminados por pilastras, abiertos por otros tantos pasos.

Todo de obra y asimismo alicatado con pequeñas baldosas, cuya decoración consiste en una variedad de asuntos seriados que representan retratos de toreros, personajes del siglo XVIII y tipos populares del XIX y del XX, como una mujer con toca blanca, un hombre con sombrero calañés, cantaores, guitarristas, gitanos, armados y seises, toreros, picadores, nazarenos… Toda una Andalucía castiza.

Se abandona la glorieta a través de un sendero acompañado por setos de espirea (Spiraea cantoniensis) con abundante y vistosa floración en primavera. Más allá, antes de la Glorieta de los Machado, merece destacarse el bonito ejemplar de tuya articulada, también llamada araar (Tetraclinis articulata).

La glorieta ha sido totalmente restaurada en el transcurso del año 2002 según proyecto del arquitecto D. Francisco González de Canales.

GLORIETA DE LA CONCHA

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Situada frente a la Glorieta de Benito Más y Prat, toma su nombre de la concha que poseía la fuente central que la preside. Se trataba de una magnífica pieza de cerámica trianera de color cobrizo originalmente construida por Cerámica Montalván (Triana) y con posterioridad por el escultor Emilio García Ortiz, hoy desaparecida. En el conjunto de la Glorieta destaca el juego de azulejería blanca, azul y cobriza que se manifiesta tanto en la fuente como en los bancos y muretes del perímetro. Cuatro esculturas representando las estaciones del año presidían los parterres laterales.

Setos de bonetero (Euonymus japonicus) delimitan los parterres que forman una cruz, con variada representación de plantas de flor en su interior. Pueden asimismo admirarse dos buenos ejemplares de árbol de Júpiter (Lagerstroemia indica) así como en sus bordes altas y esbeltas palmeras de la fortuna (Trachycarpus fortunei)

La Glorieta figura en perspectivas dibujadas del Parque en el año 1913 por J.C. Forestier. Su diseño ordenado y clasicista, combinado con los toques de cerámica local, refleja la síntesis que ofrece en mucho de sus diseños para el Parque.

Desde aquí es posible contemplar la avenida de Pizarro, flanqueada por alineaciones de sóforas (Sophora japonica) acompañadas de vistosos setos de espíreas (Spiraea cantoniensis).

MONUMENTO A LA INFANTA MARÍA LUISA

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Como agradecimiento por la cesión de los terrenos del Palacio de San Telmo a Sevilla, su Ayuntamiento acordó «denominar al futuro parque urbano Infanta María Luisa Fernanda (ese sonoro nombre propio debió reducirlo al más breve de María Luisa una corriente de cariño de los sevillanos hacia su persona), y, erigir una estatua que conmemora el hecho». Encargada a Antonio Susillo el 23 de marzo de 1893, este escultor presentó a la Corporación sevillana un proyecto, firmado de su puño y letra el 17 de diciembre del mismo año. El escultor Antonio Susillo (1857-1896) era sevillano. Para Sevilla modeló muchos de sus monumentos públicos, como también lo hizo para otras ciudades de España y para La Habana.

Según se ha publicado, el proyecto de Susillo para el monumento a la Infanta María Luisa no lo aprobó la Academia de Bellas Artes de Sevilla «el 20 de marzo de 1894», y «que una vez devuelto al Ayuntamiento quedó sin realizar por la muerte del artista¿. El referido acuerdo conmemorativo no se cumplió hasta 1929. En ese año, en el eje central del parque y a la orilla de la avenida de Rodríguez Casso, se colocó una estatua de la Infanta, de piedra, obra de Enrique Pérez Comendador. Trasladada esa estatua a un parque de Sanlúcar de Barrameda, la sustituye otra, igual, fundida en bronce, del mismo autor, situada en el extremo superior de dicho eje y un poco más arriba del estanque de los Lotos.

Este gran recuerdo podía haber sido más sentido y más completo si la figura de la Infanta se hubiera acompañado por la de su hija, la reina María de las Mercedes cuando era niña, cuya memoria se simboliza (como se cree) por la flor que mantiene en su mano derecha la figura de bronce, erigida sobre un gran pedestal blanco. Al lado de ese monumento hay un magnífico ejemplar de árbol de la bella sombra (Phytolacca dioica).

Nacido en Hervás (Cáceres) en 1900 y fallecido en Madrid en 1981, Enrique Pérez Comendador llegó a Sevilla con su familia cuando tenía siete años. Ahí fue alumno de la Escuela de Industria y Bellas Artes ¿donde se tituló de aparejador¿, y aprendió dibujo con Virgilio Mattoni, disciplina que completó asistiendo también a las clases de Dibujo del Natural del Círculo de Bellas Artes y de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos. En 1919, viajó a Madrid y estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. En las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en Madrid obtuvo varias medallas en distintas ediciones. El Premio Nacional de Escultura se le concedió en 1975.

En la zona que rodea a este monumento merecen citarse además del ombú, una morera blanca, y un almez (Celtis australis). La base del monumento se encuentra habitualmente rodeada de plantas de flor.

La morera blanca, Morus alba, es un árbol de hoja caduca, originario de China. Su fruto es la mora que es dulce y comestible.

El ombú, zapote o árbol de la bella sombra es un árbol originario de Sudamérica de tronco grueso y copa muy ramificada, que se ensancha en la base como la mayor parte de los árboles subtropicales. Debido a la densidad de su follaje proporciona una gran sombra de ahí uno de sus nombres. Florece durante la primavera y el otoño, dando grandes racimos de flores blancas. En ambientes cálidos como los de su origen, se comporta como perenne; aquí pierde la casi totalidad de sus hojas de forma similar a como lo hace la jacaranda. La designación de la especie: ¿dioica¿ indica que hay individuos masculinos y femeninos separadamente. El que aquí se encuentra es femenino.

En el siglo XV, tras el descubrimiento de América, se trae a España atribuyéndose a Hernando Colón el haber plantado el ejemplar existente en la puerta del Monasterio de Nuestra Señora de las Cuevas en la Isla de la Cartuja. Son notables los ejemplares plantados en el Paseo de las Delicias junto al que fuera Pabellón de Guatemala durante la Exposición de 1929. Recientemente con motivo de la Exposición de 1992, se han plantado un buen número de ejemplares en los alrededores del ¿World Trade Centre? en la Isla de la Cartuja.

PLAZA DE AMÉRICA

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Fue proyectada y dirigida por el arquitecto D. Aníbal González y Álvarez-Osorio (1876-1929). Se inauguró en 1916 y está rodeada de una calzada oval para el tránsito rodado y por los Palacios de Arte Antiguo (hoy Museo de Artes y Costumbres Populares), Pabellón Real y Palacio de Bellas Artes (actual Museo Arqueológico). En estas edificaciones, primeras de la Exposición Iberoamericana de 1929, D. Aníbal González reunió los tres estilos históricos, considerados como básicos para el citado arquitecto. El Palacio de Bellas Artes, renacentista; El Pabellón Real, gótico y el Palacio de Arte Antiguo, mudéjar.

En su centro hay un bello estanque salpicado de nenúfares con un alto surtidor central rodeado por magníficos candelabros de hierro forjado. Aparecen en esta plaza las Glorietas de Cervantes, en cuyos bancos de azulejos se reproducen pasajes del inmortal Quijote y la Glorieta dedicada a Rodríguez Marín.

La jardinería de la plaza, reformada en diversas ocasiones, está compuesta principalmente por un trazado de parterres geométricos enmarcados con setos de evónimo (euonymus japonicus), dentro de los cuales están plantadas diferentes variedades de rosales. Altas y esbeltas palmeras complementan el conjunto.

En uno de sus extremos las palomas blancas, internacionalmente famosas se concentran ante cualquiera que les facilite algo de comida. ¿Quién no tiene en Sevilla una fotografía con las palomas del Parque de María Luisa?

Es también punto de parada tradicional de los coches de caballos sin duda el medio ideal de transitar y conocer el Parque.

Entre la vegetación que adorna la plaza merece destacar el conjunto de árboles del amor (Cercis siliquastrum) el de jaboneros de la China (Koelreuteria paniculata) y las altas y esbeltas palmeras datileras (Phoenix dactylifera).

El Jabonero de la China, también conocido como árbol de los farolillos o de los faroles, debido a la imagen que presentan sus numerosos y característicos frutos cuando el árbol ha perdido sus hojas, ofrece una vistosa y densa floración en verano.

El árbol del amor es originario de la zona oriental del mediterráneo, y según la tradición, Judas se ahorcó en uno de ellos; por este motivo también se le conoce como árbol de Judas. También recibe los nombres de árbol de Judea o ciclamor. Es de hoja caduca con las hojas de forma de corazón. A comienzos de la primavera, antes de salir las hojas, se llena de flores rosa sobre las ramas. Los frutos son legumbres que se oscurecen paulatinamente permaneciendo en el árbol durante todo el invierno.

El Pabellón Real debe su nombre a haber sido proyectado para albergar las Colecciones Artísticas de la Casa Real, que figuraron en la Exposición Iberoamericana de 1929. Se terminó de construir en 1916 y su estilo se halla inspirado en el gótico flamígero. Obra como los demás edificios de la Plaza de América, del arquitecto Don Aníbal González (1876-1929) está construido sobre gradas de piedra y precedido de un espacioso atrio con asientos, basamentos de farolas y seis pedestales de ladrillo tallado sobre los que van sendas águilas en piedra artificial, obra del escultor sevillano José Ordóñez, que sostienen los escudos de otros tantos estados de la Monarquía española; Señorío de Vizcaya, Reino de España, Ducado de Borgoña y Toscana, Señorío de Molina y Reino de Jerusalén. El palacio es obra de ladrillo, con crestería de cerámica blanca y azul, zócalos de alicatados, frisos y yeserías y artesonados de madera policromada. Los altos zócalos del amplio vestíbulo, con cuadros cerámicos alusivos a la Orden de Montesa, fueron pintados por Gustavo Bacarisas y en los demás salones lo fueron por los más destacados pintores y ceramistas del momento. Exteriormente y a nivel del plano de la Plaza, el Pabellón Real se halla rodeado por estanques con juegos de agua que contornean el edificio. Son de destacar también unas interesantes muestras de cerámica hueca en su fachada. En la actualidad este pabellón alberga oficinas de la Administración.

El edificio y sus estanques están rodeados por clivias, (Clivia miniata), una herbácea de hojas verde oscuro, muy apropiada para el ajardinamiento de zonas sombrías y que florece gran parte del año con flores anaranjadas; cintas, (Chlorophytum comosum), también herbácea apropiada igualmente para zonas de sombra y muy frecuente en jardines, terrazas y balcones. Puede observarse también la presencia de un acebuche u olivo silvestre (Olea europaea var. sylvestris). Delante de su fachada principal se encuentran dos grandes jacarandas (Jacaranda mimosaefolia), de las más antiguas de la ciudad, plantadas en los años de la Exposición de 1929. También es de destacar la esbelta araucaria (Araucaria cunnighamii) que preside la Glorieta dedicada a Cervantes.

El llamado hoy Pabellón Mudéjar fue terminado en 1914 y se inspira en el mudéjar andaluz, al que debe el nombre con que es conocido, aunque fue inicialmente el Palacio de Industrias, Manufacturas y Artes Decorativas o también denominado Pabellón de Arte Antiguo. De los tres edificios de la Plaza de América fue el primero en construirse, pues ya estaba terminado en 1915. Consta de dos plantas con un cuerpo central dividido en tres fajas verticales, las dos laterales coronadas por típicos miradores y la central por el característico tejaroz volado, todo ello, y especialmente las arquivoltas de sus tres puertas, profusamente esmaltadas con azulejos policromos. Tiene el edificio a los lados sendas alas terminadas en exedras con galerías bajas sostenidas por arcos peraltados. En tiempos, los salones bajos y las galerías del patio se dedicaron a exposiciones de diversos matices y en la planta alta se hallaba establecida la Hemeroteca municipal, cuyas colecciones de periódicos y revistas especialmente sevillanas, alcanzaron casi el millar de títulos. Las de más antigua fecha son unas ¿Noticias de Sevilla¿ de 1691; son asimismo interesantes algunos periódicos sevillanos contemporáneos de la Guerra de la Independencia, las colecciones de los diarios de nuestra ciudad a partir de 1850 y de la Gaceta de Madrid desde 1743, trasladados al Pabellón de la Madrina, en los Jardines de San Telmo y actualmente en la Hemeroteca Municipal, situada en la calle Almirante Apodaca. Cedido al Estado, se encuentra en la actualidad en él ubicado el Museo de Artes y Costumbres Populares.

Su función como museo es muy reciente y sólo se utiliza parte del pabellón; el resto está destinado a salas de exposición. En él prevalecen los aspectos antropológicos y etnográficos, siendo muy variadas las colecciones que contiene.

La primera planta está dedicada al vestido cortesano del siglo pasado, pero también hay otros objetos interesantes como una silla de manos del siglo XVIII, un carruaje del XIX, piezas de orfebrería (joyas y toda clase de objetos de oro y plata), porcelanas, etc.

La planta baja está dedicada principalmente a la exhibición de oficios tradicionales, predominando la cerámica, y aquí encontramos objetos tan curiosos como un lagar, una fragua, un horno de cocer pan, un torno de alfarero, etc.

Dos buenos y altos ejemplares de cica (Cycas revoluta), presiden la entrada al Pabellón. La cica, o palma de sagú,es originaria de Asia oriental, pareciendo ser una pequeña palmera pero no lo es. Tiene un crecimiento muy lento, por lo que estos ejemplares son de una cierta antigüedad. Su nombre botánico, refleja su apariencia morfológica: ¿Cycas¿, que se refiera a ¿palmas¿ y ¿revoluta¿, ¿que se enrollan en los bordes¿.

En las cercanías del edificio podemos ver: una tuya, Thuja orientalis, planta con la que habitualmente se forman setos, un limpiatubos (Callistemon speciosus) una dombeya (Dombeya x cayeuxii), justicias (Justicia adhatoda), y algo más lejos un paraíso (Melia azedarach) y un gran cedro del Himalaya (Cedrus deodora).

El último edificio que se encuentra en la plaza, frente al Pabellón Mudéjar, se construyó para la Exposición Iberoamericana como Pabellón de Bellas Artes y hoy es el Museo Arqueológico.

El edificio fue proyectado por Aníbal González entre 1912 y 1929 en estilo plateresco. Está distribuido en pequeñas salas, muy poco decoradas para que no distraigan la atención sobre las obras expuestas, y con unas luces indirectas o ¿cenitales¿. Algo que hoy es normal en muchos edificios, pero que en aquellos años constituyó una gran novedad, fue la construcción de un sótano que aislaba del suelo y por lo tanto evitaba las humedades.

En el año 1942 se adaptó para albergar a las colecciones arqueológicas que hasta entonces habían estado en el Museo de Bellas Artes. Nació entonces el Museo Arqueológico de nuestra ciudad que, tanto por la cantidad como por la calidad de sus piezas, se encuentra entre los primeros de España, inaugurándose el 25 de Mayo de 1946 como Museo Arqueológico Provincial de Sevilla.

Las colecciones más importantes y abundantes son las hispano-romanas, que proceden fundamentalmente de Itálica, aunque también provienen de Écija, Estepa, Alcalá del Río, etc., además de las procedentes de donaciones particulares. También hay restos visigodos, musulmanes y mudéjares.

El edificio tiene planta elíptica en la parte central de su interior, de la que parten dos alas, en la derecha están instaladas las antigüedades ibéricas y romanas, y en la izquierda las romanas y algunas piezas medievales. En los sótanos se exponen, en diez salas, todos los restos arqueológicos de las Edades de Piedra, Bronce y Hierro, así como objetos importados por los colonizadores griegos, fenicios y cartagineses: ajuares procedentes de dólmenes de la provincia, ídolos cilindro e ídolos placa, etc. En una de estas salas se exponen diversos objetos de la cultura tartésica y, en otra, una reproducción del famoso tesoro del Carambolo.

Junto a su fachada principal, llaman la atención dos grandes cipreses (Cupressus sempervirens), una bonita composición basada en naranjos (Citrus aurantium) sobre parterres delimitados por setos de bonetero o evónimo y un álamo blanco.

En el año 2002-2003 han sido restaurados los elementos arquitectónicos decorativos de la plaza, junto con las glorieta de Cervantes, glorieta de Rodríguez Morín, la del reloj de Sol según proyecto del arquitecto D. Francisco González de Canales.

ISLETA DE LOS PATOS

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Consiste en un estanque rodeado de piedras rústicas con una isla central de perímetro irregular a la que se accede por un pequeño puente. En ella se encuentra un pequeño pabellón o templete neoárabe de planta hexagonal con bellos arcos de herradura de fábrica. En su interior varios bancos de hierro fundido pintados de blanco permiten descansar junto al estanque a la sombra de los árboles que lo circundan, entre ellos algunos ejemplares únicos en el Parque.

Cuenta la historia que fue en este lugar, sin duda de gran romanticismo, donde iniciaron su noviazgo D. Alfonso XII y María de las Mercedes, cuando el templete formaba parte del Jardín de la Casa Palacio de los Duques de Montpensier.

Tanto el estanque como el templete están descritos como existentes ya en el Jardín de San Telmo y respetados por Forestier en sus proyectos para el Parque de María Luisa. Toda la zona junto a otras glorietas del parque han sido restauradas recientemente (2002) dotando a la isleta central de otro puentecillo de madera, para hacer más fácil su acceso y desalojo.

Hoy numerosos patos pueblan la ría que rodea a la Isleta y son abundantes también las palomas blancas que bajan allí a comer o se concentran en los árboles próximos a descansar.

Entre la diversa vegetación que puebla la zona encontramos: una gran robinia (Robinia pseudoacacia), aligustres (Ligustrum japonicum), y un ailanto (Ailanthus altissima).

El ailanto también llamado árbol del cielo es especie de hoja caduca, de tronco recto y corteza lisa y de gran altura. Es una especie originaria de China, adaptada perfectamente al clima mediterráneo, con gran facilidad para rebrotar, siendo frecuente encontrarlo en forma silvestre en solares y espacios sin mantenimiento.

Cerca del puente hay bambúes y una higuera. Los bambúes, (Arundinaria spp.) son gramíneas originarias de Asia y América, de muy rápido crecimiento, alcanzando gran altura con sus cañas y copando extensas superficies. La higuera, Ficus carica, es un árbol mediterráneo frecuente en nuestras tierras.

En el interior de la Isleta podemos observar: almeces (Celtis australis), un podocarpo (Podocarpus neriifolius), un árbol del fuego (Grevillea robusta), acebuches (Olea europaea var. sylvestris), un pino carrasco, durantas (Duranta repens) y un algarrobo.

El pino carrasco, o pino de Alepo, Pinus halepensis, es una conífera originaria de la región mediterránea capaz de alcanzar los 30 metros de altura. Juntamente con el pino piñonero, es frecuente en nuestros parajes rurales, utilizándose ahora mucho para reforestaciones en ambientes urbanos (Cinturón Verde, repoblaciones en solares degradados, parques, etc.). Igualmente ocurre con el algarrobo, Ceratonia siliqua, que aunque de origen asiático está plenamente asociado a nuestras tierras.

Saliendo de la Isleta podemos ver, entre otros, a un ciprés de los pantanos (Taxodium distichum), palmeras de la suerte (Trachycarpus fortunei), yucas y fotinias (Photinia glabra) con vistosa floración primaveral.

MONUMENTO A BÉCQUER

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

Junto a la avenida de Bécquer, se sitúa la glorieta del mismo nombre y cuyo monumento es, sin duda, el más logrado y el más apropiado para adornar un jardín romántico como el parque de María Luisa. Esta idea la concibieron los dramaturgos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, al tiempo que en la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en Madrid en 1910 se exponía un proyecto de monumento a dicho poeta, presentado por el escultor Lorenzo Coullaut Valera. Con ese proyecto, y los beneficios allegados por la obra ¿La rima eterna¿, ¿Comedia de plácido sueño y de honda poesía¿, inspirada en la rima IV de Bécquer, escrita por los hermanos Álvarez Quintero y estrenada en el Teatro Lara, de Madrid, el 23 de noviembre del mismo año, se costeó el monumento a Gustavo Adolfo Bécquer inaugurado en el parque de María Luisa el 9 de diciembre de 1911.

De la labra del monumento a Bécquer, compuesto por un busto del poeta y el grupo sedente de tres figuras femeninas inspiradas en la rima X becqueriana: «El amor que pasa», se encargó el taller de escultura de Federico Bechini Bagnasco, italiano nacido en Livorno y establecido en Barcelona en 1881. De las otras dos figuras de bronce que completan dicho monumento: una, yacente, o el «Amor herido», y la otra un amorcillo joven o Cupido, es muy probable que se reprodujeran en el taller de fundición artística de otro italiano, Romolo Staccioli, instalado también en Barcelona en 1888. El grupo de tres figuras femeninas del monumento a Bécquer está realizado en una sola pieza de mármol.

El monumento está ubicado alrededor de un ciprés de los pantanos, Taxodium distichum L, plantado en 1850, según unos, y en 1870 según otros, que en la actualidad constituye uno de los árboles singulares del Parque de María Luisa.. Sobre un basamento poligonal, en un banco que abraza su contorno, se alojan los símbolos ya comentados, sólo interrumpido por un elevado pedestal con el busto del poeta.

En 1918, el arquitecto Aníbal González suprimió la verja del hierro que definía el jardín que rodea el monumento, siendo ésta reemplazada por una falca de piedra. Asimismo se sustituyeron entonces los bancos, que eran de madera, por otros de mármol. Posteriormente se han realizado diversas obras, sobre todo de restauración y adaptación al crecimiento vegetativo del árbol. En 1988 se sustituye la verjilla de protección interior y en 1995 se construye la verja exterior de protección a la vez que se realiza la restauración a cargo del escultor D. Sebastián Santos Calero.

El ciprés de los pantanos, también conocido por ciprés calvo, es una conífera, caducifolia en áreas de inviernos con bajas temperaturas, originaria de la cuenca del río Mississippi La designación del género: Taxodium hace referencia al parecido de sus hojas con la del tejo Crece naturalmente en zonas pantanosas o encharcadas, de Norteamérica donde sus raíces aéreas (neumatóforos) saliendo del lodo, absorben el oxígeno del aire. Es una especie muy longeva y que alcanza gran altura.

JARDÍN DE LOS LEONES

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

A continuación de la Fuente de las Ranas y de otra fuente alargada con surtidores, en un gran espacio ajardinado y rodeada de naranjos se halla la Fuente o jardín de Los Leones, la mayor y más vistosa de todas las fuentes del Parque. Elevada del suelo su forma es poligonal, cruzada por dos pasillos perpendiculares que dividen la fuente en cuatro estanques o piscinas. En el cruce de los paseos figura una taza muy baja, con surtidor, decorada con dibujos cerámicos, inicialmente fabricada por Ramos Rejano, y la de ahora debida a Mensaque Rodríguez y Cía.

Los leones que le aportan el nombre y que fueron labrados por el escultor Manuel Delgado Brackembury, los reemplazan los actuales, realizados por Juan Abascal. Esta obra y una importante reforma del Parque se efectuaron en 1956. Han sido de nuevo recobrados después de una cuidadosa limpieza en 1992.

Entre la Fuente de los Leones y el Monte Gurugú, al fondo del eje central que delimitan las fuentes, se sitúa una pérgola con bancos que se conserva tal y como la diseñó Forestier a principios de siglo al proyectar el Parque de María Luisa.

Cerca de uno de los accesos a esta glorieta, se encuentran una catalpa (Catalpa bignonioides) y un aladierno ( Rhamnus alaternus), especie esta última no muy frecuente en jardinería. La catalpa, en cambio, árbol de crecimiento rápido originario de América del Norte, se ve incluso en alineaciones viarias como en la calle Marqués de Luca de Tena o en Periodista Ramón Resa donde su llamativa floración blanca inunda calles y aceras.

Las pérgolas que rodean el conjunto de fuentes están cubiertas, entre otras trepadoras, por bignonias de la especie Pandorea jasminoides de origen australiano, de flores blancas con toques purpúreos.

Podemos encontrar también: cipreses (Cupressus sempervirens), palmeras canarias (Phoenix canariensis) palmeras datileras (Phoenix dactylifera), naranjos (Citrus aurantium var. amara), rosales y naranjos morunos (Citrus aurantium var. myrtifolia).

La mayor parte de los setos que delimitan los diferentes espacios de este jardín están realizados con mirto( Myrtus communis), aunque también hay otros de bonetero (Euonymus japonicus).

GLORIETA DE LUIS MONTOTO

Tipo:  JARDÍN HISTÓRICO, ARTÍSTICO O DE INTERÉS CULTURAL

Situacion:  Entre Avda. de Portugal, Avda. de la Borbolla, Avda. de Eritaña, Paseo de las Delicias y Avda. de María Luisa

Acceso:  Líneas 1, 6, 30, 31, 33, 34, 70, 72, 75, C1, C2

En un bonito rincón del parque, adornado por un magnolio, almeces, cipreses y un árbol de fuego, está la glorieta dedicada al literato Luis Montoto y Raustentrauch. La idea de su construcción la tuvieron los dramaturgos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, como la dedicada a Bécquer. Abierta al público el primer día de marzo de 1959, la proyectó el arquitecto Luis Gómez Estern. Su principal adorno es un estanque con una figura femenina, de factura muy simple, presidido por un muro cerámico calado que sirve de fondo, del cual mana una fuente. Estas dos obras se deben al escultor Emilio García Ortíz.

Luis Montoto y Raustenstrauch (1851-1929) era hijo del historiador José María Montoto y López-Vigil. Estudió en Sevilla. A los quince años se fue a Madrid para estudiar la carrera de ingeniero, y en la universidad hispalense se licenció en Derecho. Desde muy joven escribió en los periódicos sevillanos y se dedicó también al cultivo de las letras. «Prosista hábil, experto del habla familiar, ya como novelista, su humorismo en la narración recuerda, en ocasiones, a Dickens; su energía y concisión en la frase, a Maupassant, y su gracia al autor de Tartarin».

Con diecinueve años y en colaboración con el poeta Cano y Cueto estrenó la comedia titulada La transformación de las almas, y también para la escena después de ese su primer éxito, Crónica de la capital, Torrigiano, Apuesta de amor y El último día. En 1895, por su Canto a Sevilla obtuvo la flor natural en los primeros Juegos Florales celebrados en Sevilla.

De sus obras en verso se citan Melancolía, Pequeños poemas, Historia de muchos Juanes, Granos de arena, El libro de los recuerdos, Mercedes, El regreso, La Sevillana-sevillana, Flores del campo, Noche de luna, y la colección de sonetos Desde el cortijo, publicado con el seudónimo «Lorenzo de Miranda». Entre sus novelas se cuentan Los cuatro chavos, El duro del vecino y La capa del estudiante, y entre sus cuentos Fuegos fatuos. Luis Montoto también desempeñó el cargo de notario eclesiástico y concejal del Ayuntamiento de Sevilla y cronista oficial de su ciudad desde 1914. En su ancianidad fue secretario perpetuo de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla.

La vegetación que acompaña a esta glorieta está formada principalmente por: nandina (Nandina domestica), un arbusto procedente de China, India y Japón, que cuando llega la primavera y el verano se cubre de racimos de flores blancas

Además, vemos Acokanthera oblongifolia, arbusto de procedencia sudafricana que también en primavera se puebla de flores rosas o blancas; un bonito grupo de cañas de indias

(Canna indica), herbácea con llamativas flores que conserva durante casi todo el año; pitosporo (Pittosporum tobira) y cipreses (Cupressus sempervirens).

Recientemente ha sido restaurada en su totalidad en nuevo diseño de la figura femenina y del muro cerámico según proyecto del arquitecto D. Francisco González de Canales.