El parón del coche «ponemultas» evita unas 30.000 sanciones

Coche

Coche Permanece aparcado desde hace cinco meses por la finalización del «renting».

En su fase inicial, fueron problemas con el «software» los que obligaron a detener en varias ocasiones la actividad del coche «ponemultas», que fue adquirido por el Ayuntamiento de Sevilla en noviembre de 2006, por 72.000 euros, como fórmula disuasoria para las infracciones del tráfico rodado en la ciudad. Así, desde que se pusiera en marcha en enero de 2007, han sido diversas las averías que han provocado que no haya llegado a funcionar adecuadamente al cien por cien. Pues bien, ahora, y por permanecer desde hace unos cinco meses aparcado por la finalización del «renting», habría dejado de imponer unas 30.000 sanciones, con el consiguiente perjuicio económico para el Ayuntamiento por el montante que ha dejado de ingresar por este concepto. Fuentes policiales han explicado a E. P. que aún teniendo en cuenta que el «ponemultas» no suele salir a patrullar los fines de semana, el hecho de que el vehículo impusiera unas 200 sanciones al día —en dos turnos—daría como media unas 26.000 multas en este periodo.

Para tener una idea de la cuantía que se ha dejado de recaudar, y aunque los operativos del coche están centrados en multar la doble fila —200 euros de sanción—, desde la Policía Local se señala la existencia de otro tipo de infracciones susceptibles de ser controladas por el vehículo, como la invasión del acerado —150 euros— o la utilización indebida de los carriles de servicio público —100 euros—.Las mismas fuentes distinguieron, además, entre sanciones con carácter leve —con atenuantes tales como la presencia del conductor— y graves, indicando que hay algunas cuya gravedad está implícita, como el estacionamiento en un paso de peatones.Pero la finalización del «renting» no parece afectar sólo al «ponemultas». Según las fuentes consultadas, otros vehículos utilizados por la Policía Local —radar, alcoholemia, todoterrenos— se encuentran en la misma situación en lo que respecta al agotamiento del «renting», siendo la única actuación de la Administración en los últimos tiempos para paliar esta carencia la utilización de un vehículo para los controles de alcoholemia cedido por la Dirección General de Tráfico (DGT).
 

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