Que se trata de una de las óperas cumbres de la historia de la música es de común acuerdo. Y que sirvió a Guiseppe Verdi para coronarse con los laureles de la gloria -curiosamente, todo un año después de su estreno- está en los libros de historia. Pero el director de escena Pier Paolo Pacini ha ido un poco más allá, tal vez en el empeño de elevar la expectación ante el estreno -el próximo viernes- en el teatro de la Maestranza: «‘La Traviata’ de Franco Zeffirelli es el espectáculo perfecto».El coliseo sevillano cierra su temporada operística de la mano del teatro de la Ópera de Roma, responsable de la producción de este montaje, y del veterano director de escena y realizador cinematográfico, autor de la escenografía «de la cima de todas las traviatas», en palabras de su alter ego, Pier Paolo Pacini, responsable del montaje en Sevilla.
«Es el punto de llegada de todos los montajes anteriores de esta ópera, por su ambición y su dificultad».Se trata de la tercera vez -de nuevo, con todo el papel vendido- que el Maestranza programa el espectáculo basado en ‘La dama de las Camelias’, de Alejandro Dumas hijo, y estrenado en el teatro veneciano de La Fenice el 6 de marzo de 1853. En esta ocasión, tal y como ha detallado Pedro Halffter, director artístico del teatro, además del elenco artístico -encabezado por los andaluces Ismael Jordi y Mariola Canterero, además de Norah Amsellem y Teodor Ilincai-, hasta 200 personas, entre miembros del ballet, cantantes -coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza- bailarines, músicos -Orquesta Sinfónica de Sevilla- y personal técnico participan en la producción.Durante la presentación de la producción, casi todos los miembros del elenco artístico pusieron de manifiesto el trabajo realizado por Lucía Real y José El Camborio, responsables de las coreografías de su Balle Español. «La apuesta de Zeffirelli con esta ‘traviata’ es excepcional», ha asegurado su director musical, Andrea Licata, «pero quedé fascinado la primera vez que ví a los bailarines sobre el escenario».Un debut muy esperadoEl próximo sábado el público del Maestranza verá, además, el debut de la granadina Mariola Cantarero en el papel de la desdichada Violeta Valéry. «Para mí, un sueño hecho realidad. Es una interpretación casi obligada para cualquier cantante de ópera, pero el respeto que le tengo y las dificultades que entraña me habían hecho rechazar varias ofertas anteriores. Es un papel que te envuelve y es complicado mantener el nivel técnico. Tras madurarlo mucho y consultarlo con gente muy cercana, decidí que esta era la ocasión idónea. Ahora sí estoy preparada para Violeta y, además, hacerlo en mi tierra es algo que me emociona muchísimo», ha asegurado la cantante.Igual de especial parece la ocasión para el jerezano Ismael Jordi, que ha asegurado que el público «va a a recordar por mucho tiempo esta ‘traviata'». Interpreta -en alternancia con el rumano Ilincai- el papel de Alfredo, que ya ha interpretado en casi una treintena de ocasiones. «Tiene una gran dificultad, pero el trabajo que hemos realizado junto al director musical ha sido muy satisfactorio».Sin desmerecer los roles protagonistas, el director escénico Pier Paolo Pacini cree que el verdadero vértice sobre el que pivota el drama verdiano es la figura de Giorgio Germont, el padre de Alfredo, que será interpretado en esta ocasión por George Petan. «Es el destino en forma de padre. Zeffirelli ha dotado a este personaje de un protagonismo especial, es una figura-símbolo, no es malvado, simplemente se dedica, muy a su pesar a defender una situación con un desenlace que él, obviamente, no desea».»Zeffirelli es el último representante de una tradición italiana que comenzó con Visconti. Él cree que el camino iniciado en Centroeuropa con las óperas contemporáneas no puede dar más de sí. Pero si se observa detenidamente su trabajo, más allá de la carpintería, se adivina algo mucho más moderno de lo que parece a simple vista. Esa es la esencia de Franco Zeffirelli», asegura Pacini.
