Sevilla se sube al pódium del turismo nacional

Turistas
La calidad termina imponiéndose a las modas y por eso, Sevilla, tras un periodo de impasse,  ha recuperado su estatus como referencia turística nacional. De hecho, según los últimos datos oficiales, se ha colocado como la tercera ciudad española que más visitantes recibe, sólo superada por Madrid y Barcelona. Sin duda, se trata de una noticia tremendamente positiva y halagüeña para todo el sector turístico, pilar sobre el que se asienta buena parte de la economía sevillana.

Ahora los hoteles vuelven a tener una ocupación similar a la que tenían antes del estallido de la crisis, es decir, en torno al 75% de su capacidad. Por su parte, el aeropuerto está rozando el récord de pasajeros que se produjo con motivo de la Expo de 1992, mientras que las cifras del AVE se mantienen más o menos estables. Tampoco hay que olvidarse de los cruceros, cuyo boom ha permitido que más de 13.000 turistas hayan arribado a la ciudad en lo que va de año a través del río Guadalquivir, lo cual supone un incremento de más del 50%. Obviamente, todo ello se palpa día a día en el ambiente y en los monumentos más emblemáticos, los cuales han recibido más de un millón de visitas cada uno en 2011.

Pero la pregunta es inevitable. ¿A qué se debe este incremento del turismo? La respuesta comprende un cúmulo de factores. El primero de ellos, y quizás el fundamental, es que Sevilla ha mejorado su oferta turística. Lo ha hecho mimando y cuidando todos los detalles de lo que ya tenía y apostando por otras atracciones más novedosas como la ópera, el Castillo de San Jorge, eventos deportivos y musicales, el transporte fluvial, congresos, etc. Además, ha sabido adaptarse a los tiempos de austeridad que corren rebajando los precios (sólo Cáceres y Granada son más baratas en España) e ingeniando promociones al gusto del consumidor. Sin ir más lejos, Pedro Sánchez Cuerda, presidente de los hosteleros sevillanos, afirmó hace unos días que actualmente los turistas “prefieren la barra a la mesa y el mantel”, por lo que muchos de los bares y restaurantes han optado por ofrecer más tapas y menos platos rimbombantes para conservar la clientela.

Desde el punto de vista externo, todos los conflictos políticos y militares del Norte de África han beneficiado a Sevilla, ya que muchos de los extranjeros que tenían pensando visitar estos lugares se han decantado finalmente por la capital hispalense. También ha favorecido sobremanera la existencia de líneas aéreas de bajo coste, que facilitan la llegada de turistas de diferentes edades y procedencias.

En cualquier caso, a nadie se le escapa que la gran baza de Sevilla sigue y seguirá siendo su patrimonio histórico, artístico, cultural y gastronómico. ¿Quién no desea ver con sus propios ojos la Giralda, la Catedral, la Torre del Oro, el Alcázar, el río Guadalquivir, el barrio de Santa Cruz, el Archivo de Indias, la Plaza de España o La Maestranza? La tentación es infinita.

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