Por motivos que la razón no puede explicar, Triana ha sido siempre una excelente cuna de artistas. En sus inconfundibles calles nacieron y crecieron grandes cantantes, bailaores y toreros que cosecharon un éxito rotundo, pero no sólo debemos hablar de su cantera en pasado, sino también en presente y en futuro. Buena prueba ello es que en la pasada edición de la Velá de Santa Ana fue distinguido un niño de ocho años como ‘Trianero del año’. Responde al nombre de Leonardo Aguilar Naranjo y dejó el anonimato tras ingresar en el elenco de ‘Los Miserables’, el célebre musical basado en la obra de Víctor Hugo, y realizar una extensa gira por todo el territorio nacional.
Su madre, que sabía mejor que nadie de su talento, le inscribió en el casting por internet, a sabiendas de que la prueba se realizaría en Madrid. En cualquier caso, el desplazamiento no fue una traba para Leonardo, quien destacó sobremanera sobre los 600 niños que se presentaron, adquiriendo así el papel de Gavroche, un crío tremendamente asunto que es capaz de timar a los adultos y unirse a la Revolución Francesa. Su actuación, así como el espectáculo en general, fueron muy bien acogidos tanto por la crítica como por los espectadores, de ahí que ya le lluevan las proposiciones para unirse a otros proyectos.
Con todo, cabe reseñar que Leonardo no era un ‘novato’ al uso cuando fue elegido para formar parte de ‘Los Miserables’. De hecho, a los cuatro años ya participaba en obras de teatro por las calles, a los seis ingresó en la escuela Viento Sur Teatro y en su currículum vitae ya figuran participaciones en un cortometraje, un videoclip, una serie de televisión emitida por internet y el musical ‘La Bella y la Bestia’. En resumidas cuentas, con tan sólo ocho años tiene mucha más experiencia en su campo que muchos adultos, pero, a pesar de su insultante juventud, mantiene los pies en el suelo, compagina su ‘profesión’ con su formación académica (acaba de terminar cuarto de Primaria) y espera seguir subiendo peldaños poco a poco para convertirse en un actor digno de un Oscar.
Nació en Sevilla en el año 1510 en una familia de orfebres, oficio que catalogó como suyo y que abandonó pronto, aunque poco se sabe de su infancia y su juventud. Sí se conoce que entre 1551 y 1552 se casó en Valladolid, con la cómica Mariana, y en segundas nupcias con Ángela Rafaela Trilles en Valencia, en 1560. Durante su estancia en Valladolid, el Ayuntamiento de esa ciudad edificó un corral de comedias para él, donde actuó en 1554 para Felipe II, cuando aún era príncipe. Introdujo mejoras en el modo de representar los espectáculos escénicos, y con su compañía propia -donde alternaba su doble condición de autor y actor- recorrió gran parte del territorio español. Así se sabe de su presencia en las ciudades de Segovia, 1558; Sevilla, 1559; Valencia, 1560; Toledo, 1561; Madrid, 1561; Sevilla, 1564; y Córdoba, 1564. Fueron famosas sus representaciones del Corpus de Sevilla en 1559 y del Corpus de Toledo en 1563. Conocido como el Terencio sevillano, fue autor dramático, poeta y comediante, y considerado como el fundador del teatro español. Elogiado por Cervantes -«fue el primero que en España sacó las comedias de mantillas y las puso en toldo, y vistió de gala…»-, su género es populista, buscando siempre el elogio y la aprobación del público en sus obras.
El actor malagueño recibirá el premio de la RTVA a su trayectoria profesional.