El final de una jornada laboral se encadenó con el fin de una vida. El conductor de una ambulancia se desvió de la ruta más corta cuando trasladaba a un enfermo crítico porque su turno había finalizado y debía proceder al relevo. La familia de Francisco duerme desde el pasado 12 de junio con la duda de que si esa decisión le costó la vida.A los 90 kilómetros que separan el hospital de Écija y el de Virgen del Rocío de Sevilla hay que sumar 18 más. Ese añadido corresponde a la distancia que tuvo que realizar el conductor de la UVI móvil para desplazarse a la sede de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) en La Cartuja. Esa ruta por circuito urbano se traduce en un incremento de unos 50 minutos en dicho trayecto, casi el doble de lo establecido. «Estoy pasado de horas y me toca el cambio», aseguró el conductor a uno de los hermanos.Francisco murió pocas horas después de entrar en el hospital. Apenas diez minutos después de su ingreso sufrió una parada cardiorespiratoria que derivó en una muerte cerebral. «Ahora, nadie sabe si se pudo evitar», lamenta Antonio, un hermano del fallecido.