Después de Roma, Sevilla es la ciudad que posee más conventos. Actualmente se mantienen en pie casi una veintena, pero la cifra llegó a ser mucho mayor en tiempos pasados. Por esta razón, cabe preguntarse a qué se debió dicha proliferación. La respuesta se halla en los siglos XV y XVI, y más concretamente, en el comercio con las Indias, que convirtió a Sevilla en la capital del mundo tanto por sus riquezas como por su elevado número de habitantes. Por aquel entonces, el tráfico de mercancías era incesante, al igual que el de personas, puesto que todos querían conocer el Nuevo Mundo.
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La joya de La Cartuja (II)
Retomamos la historia del monasterio por donde lo dejamos, es decir, en la recta final del siglo XV, cuando el control del mismo pasó a manos de la orden de La Cartuja. Sus miembros profesaban una austeridad extrema, permanecían recluidos durante la mayor parte de sus vidas y amaban el silencio por encima de todos los sonidos. Además de por todas estas cosas, se caracterizaban por ser muy hospitalarios, de ahí que siempre estuvieran dispuestos a alojar a cualquier peregrino en sus aposentos más modestos, y también a los hombres más afamados de la época en las lujosas habitaciones que heredaron. De hecho, está documentado que ejercieron como anfitriones de Felipe II, Zurbarán, Teresa de Jesús, Cristóbal Colón, etc.
Giraldas por el mundo
La desaparecida Giralda de Nueva York, de la que hablamos en el anterior artículo, no ha sido el único intento de imitar a nuestro monumento más emblemático. De hecho, existen muchas réplicas repartidas por toda la geografía nacional e internacional. La más cercana es la de la localidad de Carmona, ubicada en la Iglesia de San Pedro y conocida popularmente como la ‘Giraldilla’, el mismo apodo que recibe la que fue construida en el casco antiguo de Badajoz en 1935. Por su parte, los campanarios de las catedrales de Toledo y Burgos no se pueden considerar copias, pero sí es evidente que fueron inspirados por la belleza de la Giralda de Sevilla.
La Torre de Arbós (Tarragona) también toma prestada su estética, fruto de la admiración que profesaba el acaudalado Joan Roquer i Marí, su mecenas, a la obra hispalense. Fuera de nuestras fronteras hay más ejemplos, como es el caso de la Giralda de Kansas. Por todos es sabido que la ciudad estadounidense y Sevilla están hermanadas desde hace tiempo y existe una correspondencia cultural entre ambas. Así, si en Sevilla podemos encontrar la estatua de un indio en la avenida Kansas City, al otro lado del charco se halla una réplica de la Giralda junto a una reproducción de la Plaza Virgen de los Reyes.
La Giralda también sirvió de modelo para la torre de la Universidad de Puerto Rico, emplazada en el Campus de Río Piedras, el más importante de la región. Un caso singular es el del Castillo de la Real Fuerza de La Habana (Cuba), en cuya atalaya se instaló una veleta muy similar al Giraldillo, obra de Jerónimo Martín Pinzón. Curiosamente, actualmente no solo es la escultura de bronce más antigua del país caribeño, sino también el emblema de la capital y el logotipo de la marca de ron Havana Club.
El Colón sevillano
Los libros divulgativos de Historia tratan de simplificar los acontecimientos más relevantes para que puedan ser comprendidos con facilidad. Por eso todos sabemos que Cristóbal Colón descubrió América en 1492, pero es evidente que una sola persona no pudo llevar a cabo semejante empresa. De hecho, está más que demostrado que el genovés no llegó a conocer muchos de los países que conforman el continente y la tarea de explorarlos correspondió a otros hombres. Y uno de ellos fue un sevillano que respondía al nombre Rodrigo de Bastidas.
Nacido en lo que hoy es Triana, Rodrigo de Bastidas acompañó a Colón en su segundo viaje a las Indias en 1493. Ocho años más tarde consiguió la licencia necesaria para poder rastrear por su cuenta nuevas tierras, zarpando desde Cádiz al mando de dos naves (San Antón y Santa María de Gracia). Fue el primero en divisar las costas colombianas y panameñas después de haber recorrido todo el litoral venezolano, y si no avanzó más fue porque sus barcos empezaron a flaquear y se vio obligado a atracar en Santo Domingo, donde los españoles tenían su base de operaciones. Una de sus naves naufragó, pero la otra, la que almacenaba el oro, logró resistir, y quizás por ello fue acusado de negociación ilegal con los indígenas.
Pese a todo, fue declarado inocente y entregó su botín a la Corona, razón por la cual se le fue asignada una pensión vitalicia, procedente de la producción anual de una provincia que él mismo había descubierto (Urabá). Regresó a España y vivió de las rentas con cierta comodidad, pero su cabeza seguía estando en América, de ahí que decidiera volver sobre sus pasos en 1525. Fue entonces cuando fundó la ciudad de Santa Marta (Colombia), donde era respetado por todos menos por su mano derecha, Juan Villafuerte, quien, ávido de poder y riquezas, orquestó una conspiración en su contra. Herido de consideración y sin poder fiarse de nadie, Rodrigo de Bastidas emprendió la huida en busca de un lugar seguro, pero sólo llegó a Santiago de Cuba, donde falleció en 1527.
El puente que no deja a nadie indiferente
Los sevillanos ya estamos acostumbrados, pero una de las cosas que más impresiona a los turistas que visitan nuestra ciudad por primera vez es cruzar el río Guadalquivir a través del Puente del V Centenario. Diseñado por los ingenieros José Antonio Fernández Ordóñez y Julio Martínez Calzón, fue construido con motivo de la celebración de la Exposición Universal de 1992 y tuvo un presupuesto cercano a los 6.500 millones de las antiguas pesetas. Fue bautizado con este nombre para conmemorar el 500 aniversario del descubrimiento de América e inaugurado el 15 de noviembre de 1991 por José Borrell, a la sazón ministro de obras públicas del gobierno de Felipe González.Las hazañas de Daoíz (I)
terminaron llegando a la capital hispalense fue gracias al amor que sintió su padre por la sevillana Francisca Torres Ponce de León. El matrimonio tuvo cuatro descendientes, siendo Luis el más ambicioso de todos. Buena prueba de ello es que con 25 años ya había alcanzado el grado de teniente de artillería, después de haber destacado tanto en el arte de la esgrima en la defensa de Ceuta como en la compañía de minadores en Orán (Argelia). Pero sus méritos no habían hecho sino comenzar. En 1794 participó en la Guerra del Rosellón y terminó siendo capturado por los franceses, quienes, a sabiendas de que era valioso por su poliglotía y sus conocimientos matemáticos, le ofrecieron cambiarse de bando, pero Daoíz lo rechazó de plano. Por suerte, tras la rúbrica de la Paz de Basilea, fue liberado y volvió a Andalucía.La Historia de América en papel
el Nuevo Mundo. Algunos de sus textos más valiosos están firmados por Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, etc. También guarda la solicitud de un puesto de trabajo en América de Miguel de Cervantes, el original de la Bula de demarcación de Alejandro VI, numerosos planos de ciudades incipientes, etc. Es tal su riqueza documental, que ningún investigador de la Historia de América podría escribir una sola línea sin haber acudido antes al Archivo de Indias de Sevilla.Los cañones olvidados
fueron destinadas principalmente a América, donde muchos colonos, entre ellos los estadounidenses, libraban batallas para conseguir la independencia. “Las piezas de artillería que salen de tan famoso establecimiento tienen una reconocida superioridad sobre casi todas las de Europa”, escribió Álvarez Miranda en el siglo XIX. Una centuria más tarde, se realizaron importantes remodelaciones para adaptarse a los últimos avances y se cimentaron nuevas factorías que funcionaron como anexos.Museo arqueologico
Plaza de America (Parque de Maria Luisa)
Tlfno.: 95 423 24 01
El Museo Arqueologico Provincial, se encuentra en la Plaza de America del Parque de Maria Luisa desde 1946, en el edificio levantado por Anibal Gonzalez como Pabellon de Bellas Artes para la Exposicion Iberoamericana de 1929. De las abundantes piezas que figuran en las salas, hay que resaltar las provenientes de las ruinas romanas de Italica, entre las que destacan la «Venus», descubierta en 1940; la «Diana cazadora», copia romana de la Artemis griega; el «Mercurio», reproduccion en marmol de un bronce considerado de Leocares, y una valiosa serie de bustos imperiales de los que sobresale, por su colosal tamano y elegante plastica, uno de Trajano. El Museo se ha enriquecido tambien con el tartesico Tesoro del Carambolo.
Entrada Gratuita.
DIAS | HORAS |
Lunes | Cerrado |
Martes | 15:00 – 20:00 |
De Miercoles a Sabado | 09:00 – 20:00 |
Domingos | 09:00 – 14:00 |