Cuenta atrás para la Feria

Una vez concluida la Semana Santa, el calendario apunta directamente a la otra gran fiesta de Sevilla: la Feria de Abril. Para que dé comienzo faltan semanas, días u horas, según el momento en el que leas esto o la impaciencia que tengas, pero lo que está claro es que la cuenta atrás ya se encuentra en la recta final. Son momentos, pues, para finalizar los arreglos del traje de flamenca, comprar los últimos accesorios, enviar invitaciones para las casetas, planear un encuentro en el Real con amigos y familiares, cerrar los detalles del viaje (en caso de residir en otra ciudad), contenerse con los gastos previendo lo que se avecina, etcétera.

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Expo Joven repite en Fibes

La oferta lúdica de Sevilla para estas navidades no se limita al centro histórico, sino que también se extiende a la periferia. Un buen ejemplo de ello es ‘Expo Joven’, definida por sus organizadores como “la mayor feria de ocio” de la capital hispalense. El año pasado ya cosechó un éxito rotundo, congregando a más de 33.000 personas, por lo que no debe sorprender que vaya a celebrar su segunda edición en el mismo lugar, el Palacio de Exposiciones y Congresos (Fibes). El evento se inaugurará el 19 de diciembre y se clausurará el 4 de enero, por lo que estará abierto durante todo el periodo vacacional de los escolares.

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Ya está aquí la Navidad

Desde el pasado 4 de diciembre, Sevilla ya está engalanada con vistas a la Navidad. Tanto el centro de la ciudad como los puntos más importantes de los once distritos han sido alumbrados y adornados para la ocasión, creando un entramado de casi 200 calles que desprende el inconfundible aroma de la ilusión. Los motivos elegidos para estas fechas han sido las estrellas, las esferas tridimensionales, las lámparas trianeras y las flores de pascuas, las cuales lucen tonalidades claras y brillantes.  

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La playa de Sevilla

agua magica

‘Agua Mágica’. Así se llamará el nuevo parque acuático de Sevilla que se está construyendo en La Cartuja, dentro de las instalaciones de Isla Mágica. Según sus promotores, se convertirá en “la playa de Sevilla”, acabando con el viejo anhelo de nuestra ciudad de poseer un tramo de costa para combatir las altas temperaturas en verano. El andalucista Alejandro Rojas Marcos ya prometió la edificación de una playa artificial en 1999, pero aquel proyecto quedó en saco roto por su derrota electoral. No ocurrirá lo mismo ahora, ya que las obras avanzan a buen ritmo, si bien aún no hay una fecha de apertura definida.

El proyecto contempla una piscina de olas de grandes dimensiones, toboganes para todas las edades, un recorrido de río lento, varias piscinas, consigna de tumbonas y flotadores, etcétera. Todas estas atracciones estarán emplazadas junto a los aparcamientos, junto a la zona maya de Isla Mágica, de ahí que se hayan demolido algunas de las antiguas calesitas como por ejemplo el Quetzal. Su extensión aproximada será de 10.000 metros cuadrados, tendrá un aforo para 2.500 personas y se espera alcanzar la cifra de 200.000 visitantes antes de que finalice la temporada estival para empezar a amortizar los cinco millones de euros de inversión.

Aunque en un principio se barajó la opción de que ambos parques fueran dependientes, es decir, que no se pudiera acceder a la zona acuática sin tener un ticket para el parque temático, finalmente Looping Group ha decidido que Isla Mágica y Agua Mágica funcionen por separado. Así, la entrada al primer recinto seguirá costando unos 29 euros, mientras que para acceder al segundo habrá que abonar 7 euros. Isla Mágica echará a andar el 19 de abril (los pases se podrán adquirir a partir del 1 de marzo), mientras que Agua Mágica abrirá sus puertas probablemente a mediados del mes de junio.  

La Alameda se viste de gala

Alameda sevillaPese a estar situada en el corazón de Sevilla, la Alameda de Hércules tiene una personalidad propia que le diferencia del resto del casco antiguo, y la saca a relucir durante todas las épocas del año. La Navidad, obviamente, no es una excepción, y en estas fechas se celebra de una manera muy particular. Concretamente, este año el Ayuntamiento ha tenido a bien instalar allí un nuevo espectáculo de luz y sonido en el que más de 40.000 bombillas led, colocadas sobre un árbol de 16 metros de altura, brillan al compás de sintonías navideñas. Pero no hablamos de los clásicos villancicos de toda la vida, sino de versiones de los mismos con tintes de rock y heavy.

Según sus responsables técnicos, este llamativo espectáculo, que ha sido bautizado con el nombre de ‘Navidad de luz’, no persigue competir con el ‘mapping’, sino ampliar la enorme oferta temática de Sevilla. Se proyectará todas las tardes a las 18:30 horas hasta el día 6 de enero, su duración aproximada es de 10 minutos y cada día narrará una historia diferente. Con todo, el atractivo de la Alameda en estos días no se reducirá a la iluminación y la música, ya que se han vuelto a habilitar numerosos puestos artesanales en los que se podrán adquirir dulces, golosinas, frutos secos, y un largo etcétera.

Además, el bulevar cuenta con un puñado de atracciones, entre las que se encuentran una pequeña noria, los tradicionales cochecitos locos y el circo de pulgas amaestradas, sin olvidar a los dromedarios y a los ponis, que por segundo año consecutivo pasearán a los niños más atrevidos por sus inmediaciones. Por último, cabe destacar que el próximo 15 de diciembre se tejerá, de forma participativa, un árbol navideño de croché en el centro cívico ‘Las Sirenas’, ubicado en la misma Alameda. De esta manera, todo aquel que lo desee podrá poner su imaginación y sus conocimientos de costura al servicio de un proyecto realmente original.  

El tren más carismático

trenUna de las grandes sensaciones de la Exposición Iberoamericana de 1929 fue, sin lugar a dudas, el tren Lilliput. Durante mucho tiempo se creyó que fue un regalo del rey Alfonso XIII a la ciudad de Sevilla, aunque recientemente algunos historiadores han encontrado documentación que pone en duda esta afirmación. Sea como fuere, el pequeño ferrocarril causó más furor que todas las atracciones del parque, incluida la montaña rusa, y recorría el recinto de punta a rabo haciendo paradas en sus cinco estaciones: Glorieta Becquer, Paseo de las Delicias, Barrio Moro, Parque de Atracciones y Plaza de América.

Al parecer, fue José Cruz Conde, Comisario Regio de la muestra, quien adquirió personalmente las cinco máquinas (bautizadas como Sevilla, Santa María, Pinta y Niña) durante su visita a la Exposición de Colonia de 1928. De fabricación alemana, cada locomotora medía siete metros de largo, arrastraba diez vagones y podía transportar a unas 150 personas con una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora. Para que el viaje fuera más atractivo si cabe, se construyó el túnel que actualmente atraviesa el Monte Gurugú y cerca de la Plaza de España se habilitó una galería que simulaba a las Grutas de las Maravillas de Aracena.

Más de 500.000 personas de todas las edades se montaron en él, dejando una recaudación de 684.000 pesetas. En otras palabras, el tren Lilliput, que jamás se averió ni sufrió ningún accidente, se convirtió en la tercera fuente de ingresos de la exposición tras las entradas y la explotación comercial de los terrenos. A la conclusión del evento fue almacenado en unas cocheras que se encontraban próximas a la Avenida de la Borbolla y rescatado en dos ocasiones (1930 y 1932) para sendas exhibiciones. Tras la última de ellas, las máquinas fueron abandonadas a su suerte y se deterioraron notablemente, aunque en 1969 una de ellas (la Santa María) fue restaurada y vendida al parque de atracciones de Madrid, donde fue reciclada durante un tiempo como el Tren del Oeste. Por su parte, la Niña fue reparada posteriormente por la Asociación Sevillana de Amigos del Ferrocarril y actualmente se halla en la Estación de Santa Justa. Así las cosas, el tren miniatura sigue vivo pese a las vicisitudes que le han acompañado durante su existencia.  

Rebobinando hasta 1929

expo 1929El año que viene Sevilla celebrará el 85 aniversario de la Exposición Iberoamericana de 1929 con una serie de actos culturales que pretenden revivir la muestra que cambió para siempre la fisonomía de la ciudad. El programa arrancará con un concierto de la Banda Sinfónica Municipal, que interpretará temas inéditos y recuperará el mítico himno de la exposición, el cual fue compuesto en su día por Francisco Alonso (música) y los hermanos Álvarez Quintero (letra).  Asimismo, el Ayuntamiento tiene previsto reabrir los pabellones al público tras haber llegado a un acuerdo con varias delegaciones internacionales.

De esta manera, Estados Unidos rehabilitará la actual sede de la Fundación Madariaga para tal efecto, Portugal hará lo propio con su consulado y se espera que en los próximos meses se unan más países a la iniciativa. Además, guías turísticos y voluntarios explicarán al público la transformación física y funcional que ha sufrido cada uno de los edificios, añadiéndole un valor didáctico a las visitas. Pero también habrá momentos para la diversión, puesto que uno de los objetivos que se ha marcado el Consistorio para esta efeméride es recuperar el entrañable tren Liliput, del que ya hablaremos en profundidad próximamente.

Más difícil, por no decir imposible, sería reconstruir el antiguo parque de atracciones que se encontraba entre las avenidas de La Palmera y La Raza, aunque los organizadores de este evento quieren compensarlo con una exposición temática. No será la única, pues también se pondrá en marcha una feria de pinturas, cuadros, iconografía, mapas y objetos de 1929 en el Casino de la Exposición. Y la cosa no acabará ahí, puesto que también está programado que un globo aerostático rememore los inolvidables vuelos del zepelín. Todas estas actividades tendrán lugar en los meses de mayo y junio de 2014

La metamorfosis de la Feria

Resulta paradójico que la Feria de Abril, una de las manifestaciones más castizas de Sevilla, fuese promovida inicialmente por un catalán (Narciso Bonaplata) y un vasco (José María de Ybarra) en 1846. Ambos, a la sazón concejales de la ciudad hispalense, habían oído de hablar de las dos ferias anuales (una en abril y otra en septiembre) que se celebraban siglos atrás durante el reinado de Alfonso X el Sabio y remitieron una propuesta al Cabildo Municipal para recuperarlas. El alcalde, Conde de Montelirio, trató de convencerles de que esa idea estaba condenada al fracaso porque ya existía una muestra de mucho tirón en Mairena del Alcor, pero tras la insistencia de los dos ediles terminó dando su brazo a torcer. Eso sí, sólo autorizó una de ellas: la primaveral.

 

Así pues, durante los días 19, 20 y 21 de abril de 1847 se celebró la primera edición en el Prado de San Sebastián, que en esos momentos formaba parte de la periferia de la ciudad. Alrededor de sus 19 casetas se comerció con chacinas, dulces, vinos, licores, y sobre todo, con ganado. Al fin y al cabo, la feria había sido concebida principalmente para la compra y venta de caballos, bueyes, carneros, toros…y las escasas fotografías que se conservan dan buena fe de que el terreno se convirtió por momentos en una especie de dehesa densamente poblada. El éxito fue rotundo y las crónicas cifraban una asistencia aproximada de 75.000 personas sumando a autóctonos y forasteros.

 

Desde su concepción, la Feria también estuvo estrechamente ligada a los acontecimientos taurinos y las mejores corridas se reservaban para esas fechas. Por aquel entonces ya era una estampa habitual que los aristócratas y los ganaderos más prósperos se desplazaran desde el Real hasta la Plaza de la Maestranza en carruajes. Se puede decir que esa es una de las pocas cosas que no han cambiado, ya que con el paso del tiempo la fiesta ha ido evolucionado y desmarcándose de lo que fue en su origen. Una de las razones que explican la metamorfosis es que fue seduciendo a todos los sevillanos independientemente de su condición social. Y claro, al disparase la demanda, la oferta no sólo se multiplicó, sino que también se diversificó. Así, fue necesario construir una pasarela (el origen de lo que hoy es la Portada) que servía como paso elevado y evitaba aglomeraciones, se habilitaron zonas de baile, se fomentaron las comidas en grupo, se instalaron atracciones de ocio… hasta transformarse en lo que hoy conocemos como la Feria de Abril de Sevilla.

La » Calle del Infierno»

calle infiernoEscuchar la risa de los más pequeños cuando se comparte con ellos un día de emociones y sensaciones en el parque de atracciones, o más conocido como «Calle del Infierno», en la feria no tiene precio. Si se acercan a la Feria de Abril de Sevilla no pueden irse sin visitar la “Calle del Infierno” y perderse el magnifico espectáculo de movimiento, sonido y luces que harán las delicias de los más pequeños. La Calle del Infierno ofrece una oferta lúdica importante y de gran interés para todos los gustos. Cada año los feriantes nos sorprenden con algunas novedades. Aquí nos podemos encontrar desde las atracciones más tradicionales como la noria, el látigo, los coches locos, montaña rusa, etc.  a una serie de atracciones más modernas e impactantes como los tirachinas humanos, los molinos de cestas o la caída vertical, atracciones que alcanzan gran altura y velocidad.

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