El vínculo de Mozart con Sevilla

Wolfgang Amadeus Mozart no necesita presentaciones, ya que está considerado como uno de los músicos más influyentes de la historia. Sin embargo, no todo el mundo sabe que, pese a no haber viajado nunca a Sevilla, ambientó dos de sus óperas en nuestra ciudad (‘Las bodas de Fígaro’ y ‘Don Giovanni’, ésta última inspirada en Don Juan Tenorio). Por esta razón, Sevilla decidió homenajearle con un monumento que fue inaugurado bajo una lluvia torrencial el 5 de diciembre de 1991, coincidiendo con el bicentenario de su muerte. Aquel mismo día, la Sinfónica de Sevilla dio un concierto en la Catedral ante nada más y nada menos que 9.000 personas e interpretó la famosa pieza del austriaco ‘Requiem’.

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El jardín olvidado

Dicen que las mejores esencias se guardan en frascos pequeños, y esta afirmación le viene como anillo al dedo al Jardin de la Caridad, ya que, pese a tener unas dimensiones muy modestas, consigue embelesar a todo el mundo. Para el que ande despistado, hablamos de un jardín con más de cien años de historia que está situado junto al Teatro de la Maestranza. Fue el Hermano de la Mayor de la Hermandad de la Caridad quien, a finales del siglo XIX, solicitó dichos terrenos al Cabildo Catedralicio para que el hospital que lleva el mismo nombre tuviese una zona verde.

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Caridad del Guadalquivir

Originariamente, la Hermandad del Baratillo sólo ponía un paso en la calle: el de la Virgen de la Piedad con el Cristo Hdad del Baratillode la Misericordia en su regazo, tallas ambas del escultor sevillano Emilio Pizarro de la Cruz. Con el transcurso de los años se fueron incorporando las figuras de San Juan, María Magdalena y los Santos Varones, pero llegó un momento en el que los hermanos sintieron la necesidad de contar también con otro paso que estuviera presidido por una imagen mariana. Este deseo se hizo realidad a partir de la Semana Santa de 1926, aunque existen distintas teorías para explicar lo sucedido en los primeros años.

Una versión asegura que durante un tiempo la Virgen de la Piedad dejó su lugar a María Magdalena en el misterio y fue trasladada al paso de palio, mientras que otras fuentes señalan que la que se mecía entre los varales era otra virgen, concretamente, la primera que realizó el entonces adolescente José Rodríguez Fernández-Andes. En cualquier caso, lo que está fuera de toda duda es que, cinco años después, en 1931, este mismo autor concluyó la Virgen de la Caridad que hoy conocemos, la cual, durante un periodo breve, adoptó la advocación de Soledad. Su belleza, que está fuera de toda duda y se distingue de las demás por la frontalidad de su rostro, sus cejas fruncidas y sus labios entreabiertos, encandiló desde el primer momento a todo El Arenal.

Y no hablamos de un barrio cualquiera, sino de uno de los de más solera de nuestra ciudad. No en vano, tiene una ubicación privilegiada, a medio camino entre Triana y el centro histórico y cerca de todo lo que huele a sevillanía. Precisamente su proximidad a la Real Maestranza de Caballería ha establecido un fuerte vínculo entre la hermandad y los toreros, aunque artistas de otros campos también han sentido la tentación de acercarse a la Hermandad del Baratillo ‘motu proprio’. Uno de ellos, Paco Lola, miembro del grupo Albahaca, adaptó una de sus canciones como marcha procesional y fue así como vio la luz ‘Caridad del Guadalquivir’, una de las composiciones más exitosas de los últimos tiempos, la cual se ha ganado formar parte de la banda sonora de nuestra Semana Santa.

El hospital de todos (I)

¿Puede un hospital convertirse, con el paso del tiempo, en sede de un parlamento autonómico? La respuesta es sí y la encontramos en Sevilla. Hablamos de un proyecto ideado por Fadrique Enríquez, primer Marqués de Tarifa y quinto Adelantado de Andalucía, artífice también de la Casa de Pilatos, tal y como recordábamos en el anterior artículo. El edificio empezó a construirse en 1546, es decir, después de su muerte, y tenía como objetivo magnificar la fundación de caridad que había creado previamente su madre, Catalina de Ribera. De hecho, contaba con el respaldo de una bula pontificia. Los diseños corrieron a cargo del reputado arquitecto Martín de Gainza, pero debido a su inesperada muerte, las obras fueron finalizadas por el no menos afamado Hernán Ruiz II.

Parlamento de AndalucíaEn 1559, el Hospital de las Cinco Llagas (también conocido más tarde como Hospital de la Sangre) echó a andar. Su ubicación, fuera de las murallas de la ciudad, suponía una gran novedad en aquellos tiempos y dejaba claro que estaba destinado a los pobres. No en vano, el hecho de que se levantara extramuros era una ventaja para controlar posibles epidemias, pero también una amenaza, ya que hacía las veces de puerta de entrada para personas de todas las condiciones y procedencias. Aun así, para contrarrestar todos estos peligros, se aplicaban medidas higiénicas extremas, evidentemente no como las que se toman ahora, pero sí mucho más estrictas que las de entonces, gracias a la instalación de cloacas y acueductos para el abastecimiento del agua.

El hospital cobró una importancia capital en épocas de guerras, inundaciones y plagas, llegando a tener más enfermos que ningún otro de Europa. Por fortuna, todas estas desdichas se previeron antes de poner los cimientos, de ahí que se construyeran amplias galerías que favorecían la ventilación exterior, requisito imprescindible para reducir el riesgo de contagio. Más adelante, en plena Guerra de la Independencia, una parte fue reservada exclusivamente para los militares, y a principios del siglo XX otra de sus dependencias pasó a ser un centro universitario de medicina, con sus correspondientes reformas. Eran tan distintos sus huéspedes y tan ineficaz la coordinación, que el edificio fue deteriorándose a paso lento pero firme, hasta el punto de que en febrero de 1972 se decretó su cierre. En los próximos artículos hablaremos de su arquitectura, de su peculiar iglesia, de cómo se ha reciclado para fines políticos y de alguna que otra leyenda.

Un ejemplo difícil de seguir

María Isabel Salvat Romero nació el 20 de enero de 1926 en Madrid en el seno de una familia adinerada y distinguida. Pudo haber tenido una vida cómoda, pero prefirió salirse de la carretera asfaltada para escoger el camino pedregoso. Y por raro que parezca, a su familia no le sorprendió que tomara los hábitos a los 18 años, ya que desde niña siempre había mirado más por los demás que por sí misma. El caso es que si no hubiera variado su rumbo, hoy no estaríamos hablando de ella, pero su controvertida decisión y su posterior trayectoria como religiosa católica le han permitido pasar a la historia como una de las mujeres más caritativas de nuestro país.

Ingresó en la Compañía de la Cruz para atender a pobres, enfermos y niñas huérfanas y su espejo no podía ser otro que Santa Ángela de la Cruz, de la que siempre fue una fiel seguidora. Lejos de sentir dudas por la carrera que había iniciado, en 1952 hizo los votos perpetuos y seguía las reglas de su orden al pie de la letra. Su austeridad era extrema, su fe, inquebrantable, y su trabajo, incansable. Todas esas aptitudes le sirvieron para, primeramente, ganarse el cariño de Estepa y Villanueva del Río y Minas, donde fue madre superiora de sus casas y, posteriormente, para ser nombrada Madre general de la compañía el 11 de febrero de 1977. Ya por aquel entonces todo el mundo la conocía como Madre María de la Purísima.

Allá donde fue dejó su huella y Sevilla no fue ninguna excepción. En la capital hispalense dirigió su organización con un liderazgo sin igual, mostró su ilimitada piedad y se entregó en cuerpo y alma a los más desfavorecidos obteniendo como recompensa la paz espiritual que se llevó a la tumba el 31 de octubre de 1998. Después de todo lo que había hecho de forma desinteresada, sin ahondar en los milagros que se le atribuyen, era lógico que tras su muerte se iniciara el proceso de canonización. De esta manera, en 2009 ya fue declarada ‘venerable’ por el Papa Benedicto XVI y un año más tarde fue beatificada en una multitudinaria misa celebrada en el Estadio de la Cartuja y presidida por la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena. Pero el reconocimiento a su labor no termino ahí, ya que hace unos días se tituló una calle de Sevilla con su nombre. Y es que en este mundo tan individualista en el que vivimos, el caso de Madre María de la Purísima es un ejemplo para la sociedad. Un ejemplo difícil de seguir y fácil de admirar.

Hospital de la Caridad

El Hospital de la Caridad de Sevilla, sede de la Hermandad del mismo nombre, constituye un conjunto arquitectónico y artístico cumbre del arte barroco español. Se encuentra ubicado en el barrio del Arenal, muy próximo a La Maestranza.La Hermandad de la Santa Caridad.

 La Hermandad de la Santa Caridad, fundada en Sevilla a mediados del siglo XV tenía entre sus cometidos la asistencia a enfermos abandonados y el enterramiento de ajusticiados y ahogados así como elevar sufragios por sus almas. Tuvo su sede en una capilla, dedicada a San Jorge, construida en una de las Atarazanas Reales.

Historia de la construcción 

Las tres grandes salas del hospital se construyeron aprovechando las naves de las atarazanas que se habían construido en época de Alfonso X. En 1644, por ruina de la antigua capilla, se decide la construcción de una nueva iglesia según planos de Pedro Sánchez Falconete.Miguel Mañara, elegido como hermano mayor en 1663, se convirtió en el principal impulsor del proyecto y agilizó las obras del templo.

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Reales Atarazanas

Las Atarazanas Reales de Sevilla se crean poco después de acabada la toma de la ciudad a los musulmanes (año 1248) por el rey Don Fernando III de Castilla, cuando su hijo Alfonso X decide en el año 1252 la edificación de unas Reales Atarazanas para la construcción de galeras, en unos terrenos fuera del recinto amurallado y cerca del río, en la zona comprendida entre la Torre del Oro, la Torre de la Plata, y las Puertas del Carbón y del Aceite.Por ello, en el Arenal de Sevilla se levantaron 17 enormes naves de fábrica de ladrillo en sentido perpendicular al Río Guadalquivir y delante de la cerca almohade de la ciudad, donde los carpinteros de ribera se esforzaban en la construcción de barcos, los pescadores y almacenistas se dedicaban a la salazón del pescado, y los comerciantes a sus mercancías; sirviendo a partir del siglo XVIII como fábrica y depósito de artillería, y siendo el Ejército el último de los grandes inquilinos en la historia de estas Reales Atarazanas sevillanas, hasta casi finales del siglo XX.

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Santa Ángela de la Cruz

Santa Ángela de la CruzÁngela Guerrero González, Sor Ángela de la Cruz, Madre de los pobres, nació el 30 de enero de 1846 en Sevilla en el seno de una familia sencilla. Sus padres, Francisco Guerrero y Josefa González, tuvieron catorce hijos, pero sólo seis llegaron a mayores de edad a causa de la terrible mortalidad infantil de la época.Sus padres eran los cocineros del Convento de los Padres Teatinos de Sevilla. Su padre murió pronto. Sin embargo la madre llegara a ver la obra de su hija, y las Hermanitas de la Cruz la llamaran con el dulce nombre de «la abuelita».Se dice que un día, siendo aun muy pequeña, desapareció y todos la buscaron. Todos menos su madre que enseguida adivinó donde estaba: en la iglesia. Allí la encontraron rezando y recorriendo los altares.Por carecer de recursos, apenas puede aprender a leer y escribir. Ángela, que crecía en un piadoso ambiente familiar, pronto daría cumplidas pruebas de bondad natural. Ya de joven, nadie osaba hablar mal o pronunciar blasfemias en su presencia. Si hablaban algo menos puro, al verla llegar, decían, cambiando de conversación: «Callad, que viene Angelita».Ángela necesita trabajar desde los doce años para ayudar a su familia, cuando apenas ha tenido ocasión de asistir a la escuela: en el taller de calzado de doña Antonia Maldonado, en la calle del Huevo, trabajó durante algún tiempo como zapatera. Dña. Antonia estaba encantada de ella y exhortaba a las demás a que la imitaran. Hacia rezar el rosario y rendían mas que antes.El Padre Torres Padilla era muy amigo de la familia donde trabajaba como zapatera. Le habían hablado de la maravilla de aquella joven.De 1862 a 1865, Ángela, que asombra por sus virtudes a cuantos la conocen, reparte su jornada entre su casa, el taller, las iglesias donde reza y los hogares pobres que visita.

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Los indigentes sevillanos comerán a partir de septiembre en una casa palacio

Cocina del comedorLa beata Ana Fernández legó en 1482 a la ciudad de Sevilla todas sus casas palacios a perpetuidad para que en ellas se erigieran, entre otros, el hospital de La Misericordia.Ante notario, ordenó introducir una cláusula de que no se «pudiera dedicar a otro fin, ni vender, ni permutar sopena de clausula de reversión de volver líbremente a sus herederos». En ese documento está el origen del nuevo comedor social que en el mes de septiembre se inaugurará en la calle Misericordia, a pocos metros de las polémicas setas de la Encarnación. La casa palacio, que se conserva en perfectas condiciones después de una reforma, dará cobijo a unos 150 indigentes. En principio sólo se pondrán en funcionamiento tres servicios: comedor, higiene y ropería.»Nos gustaría abarcar más, pero es lo que hay, de momento», afirma el gestor del comedor y hermano superior de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios en Bormujos, Isidoro de Santiago.La casa se distribuye en un amplio recibidor, que evita así las largas colas en la calle, una zona para el aseo y el ropero y el comedor, con capacidad para 50 personas.

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