La expansión del mantecado

Por si no lo saben, el mantecado se inventó en Sevilla. Concretamente, en Estepa, donde en el siglo XVI empezó a generarse un excedente importante de manteca de cerdo, debido a la enorme cabaña de ganado porcino que pastaba libremente por el vasto encinar. No obstante, muchos árboles fueron arrasados posteriormente por los soldados franceses para que los proscritos no tuvieran dónde esconderse, de ahí que las condiciones del terreno también se volvieran propicias para la plantación de cereales. La abundancia de esos dos ‘ingredientes’ despertó la imaginación de los reposteros locales, quienes empezaron a elaborar novedosos productos gastronómicos. Las tortas, que se vendían tanto a nivel particular como en el convento de Santa Clara, fueron las primeras en ver la luz.

Pero el dulce que marcó el destino de la localidad fue el mantecado. Corría el año 1870 cuando Filomena Micaela Ruiz Téllez, conocida entre sus vecinos como ‘La Colchona’, le dio a su marido, transportista de profesión, unos nuevos bollos para que los vendiera en los mercados de Córdoba. Fue tan grande y repentino el éxito, que en sus sucesivos viajes no daba abasto con los pedidos que le habían realizado. Así las cosas, a la mujer no le quedó más remedio que compartir su receta para recibir ayuda y al cabo de 50 años ya existían 15 fábricas en Estepa que se dedicaban a la comercialización del mantecado.

¿Dónde reside el secreto de semejante aureola? A Filomena se le ocurrió una idea sencilla y brillante al mismo tiempo, que consistía en secar el mantecado antes de envolverlo. De esta forma, el producto conserva durante más tiempo sus propiedades y se muestra rígido por fuera y tierno por dentro. Con los avances tecnológicos de los hornos, esta técnica se perfeccionó con el tiempo hasta obtener como resultado los mantecados que hoy conocemos. En la actualidad se fabrican en distintas ciudades de toda la geografía nacional y se comen en toda España y otras partes del mundo, sobre todo, en el periodo navideño, pero Sevilla puede presumir de haber visto su génesis en su provincia. Eso sí, en Antequera puede que no estén de acuerdo con esta afirmación, ya que en dicho municipio malagueño también están convencidos de que el mantecado nació allí.

El presidente de la Diputación promociona los mejores aceites de Sevilla con el reparto de botellas muestra entre los ciudadanos

aceite de oliva  Durante doce años consecutivos la corporación provincial está premiando el que resulta ser el mejor aceite de oliva virgen extra de la provincia, contribuyendo, además, a su promoción y comercialización del llamado oro verde junto a la aceituna de mesa.El presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, se ha sumado a la iniciativa puesta en marcha por el gobierno que preside para promocionar entre los ciudadanos las bondades que atesoran los aceites de la provincia de Sevilla. En concreto aquellos que la propia Diputación premia cada año tras la finalización de las sucesivas campañas oleícolas.Alrededor de unas veinte mil botellas muestra de aceite han sido repartidas a los ciudadanos durante los seis días dedicados al reparto de las mismas entre la estación de Santa Justa y en las puertas de la Diputación.Durante doce años consecutivos la corporación provincial está premiando el que resulta ser el mejor aceite de oliva virgen extra de la provincia, contribuyendo, además, a su promoción y comercialización del llamado oro verde junto a la aceituna de mesa.

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