Los cruceros están de moda, y Sevilla, pese a no tener costa, también se está beneficiando de ello. La ‘culpa’ la tienen el río Guadalquivir, su navegabilidad y la nueva esclusa Puerta del Mar, cuya construcción ha posibilitado el acceso de grandes buques al Puerto de Sevilla. No debe sorprender, por tanto, que los datos estadísticos revelen que el turismo fluvial ha crecido un veinte por ciento durante los últimos tres años. Si lo traducimos a cifras concretas, la capital hispalense ha pasado de recibir unos 16.000 pasajeros en 2011, a llegar a los 19.500 en 2013.
Pero el crecimiento no ha sido sólo cuantitativo, sino también cualitativo. En otras palabras, los cruceristas que están llegando últimamente tienen más poder adquisitivo que los que atracaban hace unos años. Así, su gasto medio por día es de 150 euros y sus nacionalidades son variadas: estadounidenses, franceses, alemanes, ingleses, etcétera. En lo que llevamos de 2014 han llegado 27 cruceros al Puerto de Sevilla y se espera que antes de finalizar el año el número aumente hasta los 58.
En este mes de agosto van a arribar cuatro y ya conocemos la ‘identidad’ de dos de ellos. El primero ha sido el ‘Berlín’, que llevaba a bordo 250 pasajeros procedentes de Lisboa. Sus dimensiones (39 metros de eslora y 16 de manga) llamaron poderosamente la atención a todos los que se encontraban cerca del Guadalquivir el 18 de agosto a eso de las 15:00 horas. El siguiente fue el ‘Tere Moana’, que llegó el 21 de agosto a primera hora de la mañana procedente de Gibraltar y repetirá el día 25 llegando desde Portimao (Portugal). Hablamos de un barco francés de lujo, y buena prueba de ello es que cuenta con 45 tripulantes para tan solo 95 pasajeros. O lo que es lo mismo, un empleado para cada dos clientes.