Afortunadamente, la relación entre Sevilla y la naturaleza siempre ha sido más que buena, aunque en momentos puntuales se produjeron algunos ‘roces’ desagradables. En su día ya hablamos de las grandes riadas que asolaron la ciudad y hoy profundizaremos en los terremotos. El primero que está documentado data del año 1080 y ocasionó graves daños en la Mezquita de los Amires Abbaditas, edificio que precedió a la iglesia del Salvador. Casi un siglo más tarde, el terremoto que destruyó Andújar también se dejó notar en la capital hispalense, mientras que el de 1356, originado en el Cabo de San Vicente, provocó una gran polvareda en las calles. Los temblores de 1504 sacudieron especialmente a la localidad de Carmona y los de 1680 volvieron al centro de Sevilla, aunque sin consecuencias trágicas.
Por proximidad geográfica, quizás el más famoso de todos sea el terremoto de Lisboa, llamado así porque devastó la capital portuguesa en 1755. Tuvo tanta intensidad, que se percibió desde el sur de Inglaterra hasta el norte de África. Sevilla no se escapó de este seísmo, pues más de 300 casas se hundieron sin que nadie pudiera hacer nada para remediarlo y otras 5.000 quedaron afectadas. En lo que respecta a los monumentos, se desprendieron los remates y las barandas de la azotea de la Catedral y las campanas de la Giralda tocaron solas durante unos minutos. Además, se agrietaron varias iglesias (San Julián, Santa Ana, San Vicente…), conventos (Regina, San Alberto…) y el mismísimo Alcázar. Y por si fuera poco, la Torre del Oro sufrió un deterioro importante, de ahí que algunos se atrevieran a solicitar incluso su derribo.
La fantasía popular dio pie a un relato inverosímil que aseguraba que las Santas Justa y Rufina sostuvieron la Giralda en el momento de mayor violencia para que no se despeñara, escena que inmortalizó Murillo con un lienzo. Cabe destacar también que en la Plaza del Triunfo, justo donde estaba celebrándose una misa que quedó interrumpida por los temblores, se levantó un monumento para agradecer la protección divina ante el desastre y se grabó una placa con el siguiente texto: “Sábado, 1 de Nov. Año 1755 a las 10 de la mañana huvo general y pavoroso terremoto el que se creyó asolaba la Ciudad, y sepultaba a sus moradores en la ruina, pues se estremecieron violentamente los edificios cayendo algunos y parte de las iglesias. En la Patriarcal con espantoso horror llovieron parte de sus bóvedas, cayeron pilares de los elementos de su Torre. Siendo sin número el concurso nadie se sintió lastimado. En toda Sevilla solo 6 personas perecieron deviendo las demás sus vidas la Ciudad su consistencia al Patrocinio de la que es Madre de Dios y Misericordiosa María Stma. en cuyo honor y perpetuo agradecido monumento mandaron poner los Ilmos. Sres. Deán y Cabildo e hacer este Triunpho en el sitio mismo que se dixo la Misa y cantó Sexta en aquel día”.
El último terremoto registrado en Sevilla, de 6,1 grados en la escala Richter, aconteció el 12 de febrero de 2007 y provocó algunos desalojos de consideración, aunque por suerte todo quedó en un susto.
En aquel amargo episodio tuvo mucho que ver el desbordamiento del arroyo Calzas Anchas. Desde hacía tiempo, se venía hablando de la necesidad de desviar su cauce pero, como casi siempre, tuvo que suceder una tragedia para que se pasara a la acción, obteniéndose por fin los permisos y la financiación correspondientes. Según las estimaciones del propio Ayuntamiento de Utrera, las lluvias causaron pérdidas por valor de 100 millones de euros (58 en los campos de cultivo, 30 en infraestructuras y servicios públicos, y 12 en casas, locales y garajes). No en vano, 400 familias se vieron afectadas y las tareas de limpieza duraron más de una semana.
Un vecino de la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra será indemnizado con 300 euros por el «daño moral» sufrido al encontrarse un ratón muerto en una lata de frutos secos, que comenzó a ingerir «sin percatarse de la presencia del cadáver de dicho animal», según reza una sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Sevilla. En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sección Octava de la Audiencia Provincial recuerda que el afectado presentó una demanda en la que solicitaba 7.876,50 euros de indemnización porque, según argumentaba, padecía una ‘gastroduodenitis con helicobacter pylori’ causada por la ingesta de estos frutos secos. De manera alternativa, pidió que se le indemnizara con 2.500 euros por los daños morales derivados «de haber soportado la sensación de haber comido algunos frutos secos de una lata en la que se encontraba un ratón muerto». En este sentido, el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Alcalá de Guadaíra desestimó la pretensión principal «por no existir relación causal» entre la ingesta de los frutos secos de la lata en cuestión y la enfermedad, aunque condenó a la empresa a indemnizarlo con 1.000 euros por los daños morales causados.
La Policía Local de Sevilla, adscrita a la Delegación de Convivencia y Seguridad del Ayuntamiento hispalense, dirigida a su vez por Alfonso Mir, ha detenido a una mujer, vecina del municipio sevillano de Lora del Río, después de ser sorprendida intentando llevarse numerosas prendas de vestir de una tienda ubicada en el Casco Histórico, establecimiento donde propició daños que superan los 1.600 euros. En un comunicado de prensa, la Delegación de Convivencia y Seguridad ha señalado que la actuación ha sido realizada por agentes del Grupo Giralda de la Policía Local de Sevilla, que son los que tuvieron conocimiento de los hechos después de que uno de los responsables de este establecimiento los llamara por teléfono cuando el vigilante de seguridad detectó el intento de sustracción de la ropa.
La imagen de la Virgen del Rocío que desde 1956 coronaba la plaza homónima de Umbrete (Sevilla) está siendo restaurada después de que un «balonazo» encajado por la pieza se saldase con su derribo de la peana que la sostenía e «importantes desperfectos» al impactar contra el suelo. Según informa el Ayuntamiento de Umbrete, gobernado por Joaquín Fernández Garro (PSOE), el pasado viernes 14 de enero, un grupo de niños jugaba a la pelota en la Plaza Virgen del Rocío, ubicada en pleno casco histórico del municipio, cuando «accidentalmente» la emblemática figura de la Virgen del Rocío recibió «un balonazo». Al ser la imagen hueca y realizada en cerámica, cayó al suelo sufriendo «importantes desperfectos». El Ayuntamiento de Umbrete organizó un dispositivo especial que permitió trasladar la imagen al taller de restauración de David Martínez Amores, un vecino del municipio que «goza de un importante reconocimiento profesional en el ámbito de la restauración de piezas artísticas». El Ayuntamiento de Umbrete se hará cargo de la restauración de la imagen dañada, dado que, según la opinión del restaurador, la intervención de los niños «solo ha sido el detonante de una situación que se habría dado a corto plazo, habida cuenta del deterioro que ya presentaba la imagen».
Los daños investigados por la Policía Local asciende a 54 ruedas rajadas a más de 30 vehículos que estaban estacionados en el Distrito Sur.La Policía Local de Sevilla, adscrita a la Delegación de Convivencia y Seguridad del Ayuntamiento de Sevilla que dirige Alfonso Mir, ha detenido y puesto a disposición judicial a un menor de edad como presunto responsable de los daños ocasionados a 54 ruedas de algo más de 30 coches después de ser sorprendido “in fraganti” rajándolas.Los hechos, según ha informado la Policía Local en un comunicado, se suceden cuando una dotación de la Policía Local, perteneciente a la Unidad de Intervención Nocturna, tuvo conocimiento de que en la calle Victoria Domínguez Cerrato, de la zona sur de Sevilla, un joven estaba dañando varios vehículos que estaban estacionados en esta calle.
Siete adultos y un menor tuvieron que ser desalojados ayer por el desprendimiento de cascotes del inmueble en el que residían · La actuación evitó daños mayores.Ocho personas, siete adultos y un menor, tuvieron que ser desalojadas a última hora de la tarde de ayer de un inmueble situado en la calle León XIII. La actuación se inició a consecuencia del desprendimiento de cascotes de uno de los pisos, provocado por el mal estado de una parte del edificio, en concreto, por una grieta que, al parecer, se abrió demasiado, según fuentes municipales.