La Policía Nacional ha detenido a cinco personas, entre ellas un menor de edad, como presuntas autoras de 40 robos con fuerza desde finales de 2009 en oficinas y despachos ubicados en el casco histórico de Sevilla, dentro de la denominada ‘Operación Rastrero’.
Fuentes de la Policía Nacional han explicado que esta banda siempre actuaba de la misma manera, accediendo a edificios de oficinas a través de los portales de las fincas que estaban cerrados sólo con un ‘resbalón’ de la cerradura.
Posteriormente, accedían a las oficinas forzando las puertas mediante palancas. En ocasiones, inutilizan los sistemas de alarma. Los efectos sustraídos de las oficinas eran siempre de transporte fácil y buena salida en el mercado de venta ilegal: dinero, teléfonos móviles, ordenadores portátiles y diferente material informático de pequeño tamaño, como discos duros portátiles, blocs de notas digitales o proyectores.