Habitualmente asociamos el golf a una práctica elitista reservada a personas acaudaladas, omitiendo el incontestable dato de que es el tercer deporte con más federados en España. Prejuicios al margen, estamos hablando de una actividad en plena expansión que genera mucho dinero, de ahí que cada vez sean más las ciudades que ofrecen este servicio, normalmente a nivel privado. El gran problema del golf con respecto al resto de deportes es que se practica en un escenario muy grande y costoso, precisando además determinadas condiciones geográficas y una serie de infraestructuras hidráulicas que no pueden ser resueltas de manera artificial así como así.
Para construir un campo de golf se necesita principalmente un buen terreno, a poder ser, llano y con pequeñas ondulaciones, requisitos que, según el Ayuntamiento de Sevilla, cumplen perfectamente dos parcelas de propiedad municipal situadas en Los Bermejales. Allí mismo veremos emerger más pronto que tarde un campo de golf, puesto que su edificación ya ha sido aprobada por los cauces oficiales tras el fuerte interés mostrado por diferentes inversores privados, que serán los que financien las costes.
Cabe aclarar que tanto la construcción como la gestión se llevarán a cabo en régimen de concesión administrativa previo concurso público. El proyecto promete ser sostenible y respetar todo el entorno urbanístico de la zona, si bien el impacto visual será inevitable. No en vano, se habilitarán más de 30.000 metros cuadrados para el campo de prácticas, unos 9.500 estarán reservados a los hoyos y unos 1.500 se destinarán al levantamiento de un club social con cuatro pistas del pádel, el otro deporte de moda. Con este arriesgado plan, el Consistorio pretende generar puestos de trabajo, y por ende, beneficios para la ciudad, al tiempo que amplía la oferta deportiva (y turística) de la ciudad con unas infraestructuras modernas y, del mismo modo, accesibles para todos los públicos.