
Los cientos de sevillanos que inundaron ayer las setas de la Encarnación, cuyos últimos pespuntes se han dado a la velocidad de la luz dejando tras de sí un fuerte olor a pintura e incluso algún reguero sepia en el suelo, parecieron dar la razón al alcalde en su certeza de que la plaza será pronto “uno de los lugares más sevillanos de Sevilla” pese a las críticas de algunos sectores.“Estoy seguro de que harán este espacio suyo, igual que hay gente que cree que la Avenida peatonal o la Alameda siempre estuvieron así”, dijo Alfredo Sánchez Monteseirín, que en la inauguración de los parasoles quiso dejar claro que el proyecto del arquitecto berlinés Jürgen Mayer es “la Sevilla del siglo XXI” frente a la “sevillanía rancia”.