Aquellos cines de verano

cine veranoTodo el mundo sabe que los cines de verano causaban furor en Sevilla. Quienes peinan canas tendrán recuerdos en primera persona, mientras que los que aún gozan del privilegio de la juventud a buen seguro que habrán oído historias y anécdotas de sus padres y abuelos. Y es que en aquellas calurosas noches de los años sesenta y setenta no había mejor manera de divertirse que acudiendo a una de las numerosas terrazas hispalenses que proyectaban películas bajo las estrellas. Los nombres de los cines hacían referencia a la zona en la que estaban ubicados: Santa Catalina, Alfarería, Avenida, Osario, Trinidad, Miraflores, Alfonso XII, Estrella, Candelaria, Palmera, Pagés del Corro, San Gonzalo, y un largo etcétera.

Obviamente, no eran cines como los de ahora, pero tenían un encanto especial. Sus pantallas blancas marcaban el horizonte y podían ‘bailar’ tímidamente si el viento hacía acto de presencia. Sus sillas de enea no eran tan cómodas con las butacas de ahora, pero entonces nadie se quejaba de ellas, mientras que el suelo no estaba cubierto por una moqueta, sino por el albero más mundano, que era ideal para enterrar pipas y todo tipo de cáscaras sigilosamente. Y es que comer durante la proyección era algo innegociable. De hecho, era habitual que todas las películas tuvieran una pausa (el llamado ‘intermedio) para fomentar el consumo en el ambigú y en el puesto de chucherías.  

Los límites de la sala los marcaban cuatro largas paredes encaladas, en las que convivían las enredaderas con alguna que otra lagartija. Los cines de verano de Sevilla alcanzaron su culmen en 1982, coincidiendo con la celebración del Mundial de Fútbol en España, y a partir de entonces comenzó su rápido declive debido al ‘boom’ urbanístico y la difusión del vídeo comunitario, entre otros factores. Con todo, la nostalgia de aquellas noches estivales sigue estando muy presente en Sevilla, de ahí que este año se haya habilitado un cine de verano en un lugar tan emblemático como el Parque de María Luisa. De martes a domingo y hasta el 31 de agosto, allí se reproducirán películas de distintas temáticas a las 22:15 horas de forma totalmente gratuita.   

El Alcázar bajo las estrellas

Quien no haya visitado nunca el Real Alcázar de Sevilla o desee recorrerlo desde otra perspectiva más original, tiene ante sí una magnífica oportunidad, ya que sus puertas abrirán a partir del 7 de febrero en horario nocturno. Se trata de una novedosa iniciativa propulsada por el Ayuntamiento para potenciar el turismo en una zona que fue declarada como Patrimonio Artístico de la Humanidad en el año 1987. Como todo el mundo sabe, o debería saber, este bellísimo monumento está formado por varios palacios que beben de distintos estilos arquitectónicos: desde el islámico de sus primeros ocupantes, pasando por el mudéjar y gótico que imperaron durante el periodo castellano, hasta llegar a otros más recientes como el barroco o el renacentista.

Al margen del aliciente de poder contemplar el monumento bajo la luz de la luna y las estrellas, los espectadores encontrarán a sus antiguos moradores (Al-Mutamid, Fernando III, Pedro I el Cruel, Carlos V, Isabel II, etc.) en las estancias que habitaron antiguamente gracias a la compañía Teatro Clásico, que se encargará de encarnarlos y de representar escenas y conversaciones históricas. No hay que olvidar que el Alcázar está considerado como el palacio real más antiguo que sigue en pie en Europa y que durante siglos fue lugar de alojamiento para los miembros de la monarquía y jefes de Estado durante sus viajes a Sevilla.

Pero no sólo nos cruzaremos con gobernantes. También veremos pasear por los jardines a otros personajes legendarios como Lope de Vega, Calderón de la Barca y a algunos más que no se han dado a conocer para sorprender al público. La entrada al recinto costará 12 euros y deberá ser reservada con antelación en la taquilla del Alcázar o a través de la web oficial (www.alcazarsevilla.org). Asimismo, habrá tres pases (19:30, 20:30 y 21:00 horas) en invierno y otoño, y cuatro (21:00, 21:30, 22:00 y 22:30 horas) en primavera y verano. Los grupos serán de un máximo de 40 personas y el recorrido dura aproximadamente 75 minutos.