La Giralda americana y el Indio sevillano

Mucha gente piensa que los europeos bailamos al son que marcan los norteamericanos, y en parte no les falta razón. Pero no es menos cierto que a los estadounidenses también les gusta copiar e imitar lo nuestro. Valga como ejemplo la réplica de la Giralda que se encuentra en Kansas City, cuyas dimensiones son sensiblemente menores (tiene 42 metros de altura, 61 menos que la original). Forma parte de un enorme centro comercial (Country Club Plaza) en el que también está representada la fuente de la plaza Virgen de los Reyes, lo que deja a las claras la admiración que sienten allí por nuestra arquitectura. Es más, en su día también hubo una Plaza de España, aunque fue demolida para construir en su lugar salas de cine.

Continuar leyendo «La Giralda americana y el Indio sevillano»

El viaje de Gulliver a Sevilla

‘Los viajes de Guilliver’ es uno de esos libros que todo el mundo conoce aunque no lo haya leído. No en vano, su éxito ha traspasado las páginas y ha sido trasladado al cine, al teatro y a la propia cultura popular. Aunque muchos lo consideran una obra infantil, el verdadero objetivo de Jonathan Swift (su autor) fue escribir una sátira de la condición humana disfrazada de libro de viajes. Así, eligió como personaje principal al controvertido Gulliver,  que pasó de ser cirujano a capitán de barcos, y fue llevado a países pintorescos durante el transcurso de la historia.

Continuar leyendo «El viaje de Gulliver a Sevilla»

Expo Joven repite en Fibes

La oferta lúdica de Sevilla para estas navidades no se limita al centro histórico, sino que también se extiende a la periferia. Un buen ejemplo de ello es ‘Expo Joven’, definida por sus organizadores como “la mayor feria de ocio” de la capital hispalense. El año pasado ya cosechó un éxito rotundo, congregando a más de 33.000 personas, por lo que no debe sorprender que vaya a celebrar su segunda edición en el mismo lugar, el Palacio de Exposiciones y Congresos (Fibes). El evento se inaugurará el 19 de diciembre y se clausurará el 4 de enero, por lo que estará abierto durante todo el periodo vacacional de los escolares.

Continuar leyendo «Expo Joven repite en Fibes»

Santa Justa: el salto a la alta velocidad

santa justaSi hace algunas semanas repasábamos la historia de la estación de Plaza de Armas, hoy le toca el turno a su sucesora: Santa Justa. Fue concebida a mediados de los ochenta para operar con líneas de alta velocidad, las cuales empezaban a implantarse poco a poco en España después de haberlo hecho de manera exitosa en otros países europeos. Además, por aquel entonces existía otro motivo de peso para iniciar su construcción: la celebración de la Exposición Universal de 1992, la cual iba a atraer a millones de turistas. Así las cosas, se le encomendó al prestigioso estudio Cruz y Ortiz, liderado por dos arquitectos sevillanos, la tarea de levantar una estación ferroviaria de primera calidad.

El resultado fue una enorme infraestructura de 80.000 metros cuadrados elaborada con ladrillo, acero y vidrio. El conjunto se organiza en torno a 12 vías (seis de ancho ibérico y otras seis de ancho internacional), siete andenes de 525 metros de longitud y un amplio vestíbulo que ofrece servicios de todo tipo, desde los inexcusables puntos de información, taquillas, consignas y aseos, hasta otros más complementarios como pueden ser cajeros automáticos, alquiler de coches, quioscos de prensa, cafeterías, restaurantes, etcétera. Vista desde fuera, la estación llama la atención por su fachada elíptica y sus amplias zonas de aparcamiento, las cuales, en momentos de gran afluencia de público, incluso se quedan pequeñas.

Aun así, Santa Justa tiene la ventaja de estar perfectamente conectada con las líneas de autobuses C1, C2, 28, 32 y Especial Aeropuerto, sin olvidar los espacios reservados para taxis. Además, está previsto que en un futuro el Metro llegue hasta sus inmediaciones, si bien actualmente la parada más cercana está a un kilómetro de distancia (Nervión). Y en lo referente a sus conexiones con el exterior, cabe reseñar que ofrece servicios de larga distancia a través de trenes AVE y Talgo (Madrid, Barcelona…), y otros de media distancia a través de MD y Avant (resto de Andalucía y Extremadura). 

El Rey y Sevilla

rey buenaJuan Carlos I de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, Rey de España hasta que el Príncipe le suceda formalmente el próximo 18 de junio, no nació en Sevilla sino en Roma (5 de enero de 1938), pero siempre mantuvo un estrecho vínculo con la capital hispalense. Le venía por vía materna, pues María de las Mercedes de Borbón se crió en nuestra ciudad y una parte de su corazón nunca se fue de aquí. De hecho, cuando la Familia Real se exilió en Estoril (Portugal), bautizó su residencia con el nombre de ‘Villa Giralda’. Además, era bética confesa y socia de honor del club heliopolitano. Casualidades de la vida, quiso el destino que la primera Copa del Rey que entregó su hijo como monarca fuera a parar a las vitrinas del Benito Villamarín (1977).

Volviendo al eje central, Juan Carlos I tuvo mucho que ver con la Exposición Universal de 1992. Es más, fue quien propuso su celebración el 31 de mayo de 1976, haciendo un guiño a la feria iberoamericana que había auspiciado su abuelo, el Rey Alfonso XIII, en 1929. “Reanudando una noble tradición familiar y monárquica, desearía que se celebrase en España, si todos me ayudáis,la IIIª Exposición Internacional Iberoamericana. Para mí, personalmente,nada será más alentador que iniciar mi reinado con esta empresay convertirme en patrocinador de vuestro esfuerzo y en portavoz de vuestro espíritu”, afirmó.

Don Juan Carlos también está presente en Sevilla a través de nomenclátor. No en vano, un paseo situado en el margen derecho del Guadalquivir lleva su nombre, al igual que uno de los puentes que une la capital hispalense con el Aljarafe a la altura de San Juan de Aznalfarache. También la Real Maestranza de Caballería tiene un nexo con el todavía monarca, pues es el Hermano Mayor de esta institución desde 1993. Y al igual que su madre le ‘contagió’ la simpatía por Sevilla, Don Juan Carlos ha hecho lo propio con sus descendientes, tal y como quedó probado con la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, celebrada en la Catedral de Sevilla el 18 de marzo de 1995. 

Barqueta: la unión entre lo viejo y lo nuevo

barqueta de lado actualizado 2Tras la concesión de la Exposición Universal de 1992, en Sevilla se construyeron muchos puentes para mejorar las comunicaciones, pero hubo uno de ellos que simbolizó perfectamente la unión entre lo viejo (el casco antiguo) y lo nuevo (La Cartuja): el de la Barqueta. Hablamos de un puente colgante de un solo ojo que fue diseñado por los ingenieros Juan José Arenas de Pablo y Marcos Jesús Pantaleón Priet. Inicialmente fue concebido como pasarela peatonal, pero después se modificaron los planes para que permitiera tanto el tránsito de personas como el de vehículos.

Cabe destacar que su nombre oficial es ‘Puente Mapfre’, ya que fue financiado por dicha entidad aseguradora. Su calzada contiene dos carriles para cada sentido, una mediana central y aceras en los laterales. No es el viaducto más grande de la capital hispalense y buena prueba de ello es que se sostiene únicamente con el apoyo de cuatro soportes verticales, pero sus dimensiones son respetables, ya que posee una longitud de 168 metros y una anchura de 30. Desde el punto de vista estético, lo que le hace diferente de los demás es que su arco se abre en ambos extremos, dando la sensación de descansar cómodamente sobre el tablero.

Hay un dato que puede resultar llamativo y es que su construcción en acero fue realizada en tierra. Así, una vez concluida la obra, el 30 de mayo de 1989 el puente fue girado e instalado en su emplazamiento definitivo con la ayuda de barcazas. Aquel día hubo fuertes ráfagas de viento y muchos ojos curiosos, pero la tarea se completó de manera exitosa. De este modo, el puente de la Barqueta se convirtió en la puerta de entrada y salida de Exposición Universal de 1992 y hoy hace lo propio con el parque tecnológico, Isla Mágica, la zona universitaria, etcétera. 

El puente que no deja a nadie indiferente

Los sevillanos ya estamos acostumbrados, pero una de las cosas que más impresiona a los turistas que visitan nuestra ciudad por primera vez es cruzar el río Guadalquivir a través del Puente del V Centenario. Diseñado por los ingenieros José Antonio Fernández Ordóñez y Julio Martínez Calzón, fue construido con motivo de la celebración de la Exposición Universal de 1992 y tuvo un presupuesto cercano a los 6.500 millones de las antiguas pesetas. Fue bautizado con este nombre para conmemorar el 500 aniversario del descubrimiento de América e inaugurado el 15 de noviembre de 1991 por José Borrell, a la sazón ministro de obras públicas del gobierno de Felipe González.

Inicialmente se estudió la posibilidad de construir un túnel en su lugar, pero finalmente las autoridades se decantaron por un puente atirantado para ganar en espectacularidad (era más visible desde el exterior). De esta forma, se erigió en la segunda estructura más alta de la capital hispalense (110 metros), sólo superada por la Giralda, de ahí que los barcos no hayan tenido ningún problema para pasar por debajo en todo este tiempo. Además, durante algunos años fue el puente más largo de España gracias a los 265 metros que separan sus pilares y a los 2.016 de su longitud total.

Dada su densidad de tráfico, el puente no ha estado exento de críticas. Y es que en un primer momento fueron planificados tres carriles por cada sentido y finalmente, por motivos económicos, sólo se plasmaron dos más uno reversible. Además, la ausencia de un arcén específico entorpece la circulación cuando se producen averías y siniestros en horas punteras. Pese a estos inconvenientes, el Puente del Quinto Centenario sigue siendo la primera opción de los conductores para bordear la ciudad y buena prueba de ello es que unos 120.000 coches pisan su asfalto cada día.

El abrazo a las culturas

Desde el exterior, y agarrándose a débiles estereotipos, a Sevilla se le ha tildado algunas veces de egocéntrica, clasista y rancia, pasando por alto las infinitas muestras de interculturalidad que se han dado a lo largo de nuestra historia y el imperecedero carácter hospitalario de nuestra gente.  Por algo se dice que quien visita Sevilla, repite. Y que quien vive en Sevilla, le cuesta un mundo marcharse. Para homenajear a todos y cada uno de los que poblaron esta tierra, independientemente de su sexo, etnia o religión, se levantó en el Muelle de la Sal el Monumento a la Tolerancia. Fue en el mejor contexto posible, en 1992, coincidiendo con la celebración de la Exposición Universal y, por ende, con la llegada masiva de extranjeros.

La idea original surgió del alcalde Luis Uruñela en 1980 y consistía en recordar el ajusticiamiento de una familia judía compuesta por cinco miembros, pero como tardó doce años en materializarse, para entonces ya se había convertido en algo más global. La obra fue financiada por la Asociación Hebrea de Sefarad y el resultado fue un monolito de hormigón de 5 metros de altura y 12 de anchura que representan dos brazos abiertos mirando a la ciudad. El escultor Eduardo Chillida (ya fallecido) fue el encargado de ejecutar el proyecto y el hecho de que fuese vasco generó algunas suspicacias, quizás porque eran tiempos convulsos por los continuos ataques terroristas, pero su elección también sirvió para simbolizar el abrazo a todas las culturas sin excepción.

“No es mi intención dar ningún ejemplo a nadie, pero sería perfecto que algún día en Sevilla el pueblo judío, el árabe y el cristiano volvieran a darse la mano. Eso es precisamente la idea que refleja el monumento”, pronunció el autor el día de la inauguración. A la cita también asistió Haim Herzog, a la sazón presidente de Israel, justo cuando se cumplían 500 años de la expulsión de los judíos de la capital hispalense. Desgraciadamente, no todo lo que podemos decir de este monumento es positivo, ya que los actos vandálicos (principalmente) y las inclemencias meteorológicas (en menor medida) han deteriorado su aspecto muchísimo. Aun así, de vez en cuando se realizan actos sociales allí, quizás porque lo que simboliza no se puede destruir.

Curro: el pájaro más entrañable

Han pasado casi 20 años desde la Exposición Universal de Sevilla, pero hay recuerdos que no se esfuman con el paso del tiempo. Es más, algunos se hacen incluso más poderosos y sólidos conforme parecen más lejanos, y uno de ellos es el de la imagen de Curro. Aquel pájaro con patas de elefante, cresta multicolor y prolongado pico con las mismas tonalidades que hacían referencia a cada uno de los cinco continentes, caló muy hondo entre los sevillanos. Sí, era un ser inanimado, un boceto plasmado en millones de papeles, carteles y souvenirs, pero se hizo tan popular dentro y fuera de la ciudad, que llegó a cobrar vida propia.

Curro fue creado por el checo Heinz Edelmann, que fue el ganador del concurso de mascotas que se realizó en 1989, quedando por delante de otros 23 diseños, entre ellos, los de los  reputados dibujantes españoles Antonio Mingote y Miguel Calatayud. Su elección no estuvo exenta de polémica, sobre todo, por el nombre que escogió la organización, ya que según Mingote, ése era el que había propuesto él para su figura, que era un angelito con gafas y gorra. Hubo gente que creyó que los extranjeros tendrían problemas para pronunciar el nombre de ‘Curro’ y por eso se barajaron también los de Cristóbal y Pepe, pero finalmente la Curro. Expo 92simplicidad y la simpatía del diminutivo de Francisco terminaron triunfando.

Los niños, los adultos y los mayores adoraban a Curro, así que desde estas líneas me veo obligado a hacer unas cuantas preguntas. ¿Se ha valorado lo suficiente lo que hizo Curro, sobre todo en términos promocionales? ¿Merece un reconocimiento en forma de calle, estatua o algo por el estilo? ¿Tendría sentido recuperar su imagen para impulsar algo de optimismo en estos momentos de crisis, o es mejor que quede asociada para siempre a aquel acontecimiento? Las respuestas, como su cresta y su pico, serán de todos los colores.