La ofensa al Marqués de Pickman

El 11 de febrero de 1873, el rey Amadeo I concedió un título nobiliario a Carlos Pickman Jones por su gran labor industrial al frente de la fábrica de cerámica de La Cartuja (Sevilla). De este modo, este comerciante británico, aunque afincado en Sevilla desde muy joven, pasó a ser el Marqués de Pickman, tratamiento que recibió hasta el día de su muerte. Dado que sólo tuvo una hija, Enriqueta, el título pasó a su yerno, Rafael de León y Primo de Rivera, un cordobés criado en una familia aristocrática venida a menos. Su agitada vida estuvo repleta de anécdotas, si bien hoy nos detendremos en el episodio de su fallecimiento.

Continuar leyendo «La ofensa al Marqués de Pickman»

Del salitre a la pólvora

La Real Fábrica de Artillería es de sobra conocida por haber llegado a nuestros tiempos en buenas condiciones, pero no es la única fábricas que se construyó en Sevilla por orden de un monarca para fines bélicos. Hoy vamos a repasar la historia de la Real Fábrica de Salitre, edificada en 1757 bajo el auspicio de Fernando VI. El emplazamiento elegido fueron unos terrenos pantanosos situados entre la Puerta del Sol y la Puerta Osario, en un tramo de la actual Ronda Histórica (también llamada María Auxiliadora), concretamente, donde se asientan los Jardines del Valle. ¿Por qué allí? Para aprovechar la cercanía del arroyo Tagarete y el abundante nitro que había en sus proximidades.

Continuar leyendo «Del salitre a la pólvora»

Las tortas de Castilleja de la Cuesta

En España sólo hay cuatro productos que cuentan con el sello ETG (Especialidad Tradicional Garantizada): la leche certificada de granja, los panellets, el jamón serrano y las tortas de aceite de Castilleja de la Cuesta. Esta prestigiosa distinción sólo es otorgada por la Unión Europea a aquellos alimentos artesanales y saludables que cumplen unos requisitos de calidad superiores a la media y poseen rasgos que le diferencian de todos los de su categoría.

La historia de Castilleja de la Cuesta, localidad situada a tan sólo 5 kilómetros de Sevilla capital,  está estrechamente ligada a la de sus tortas de aceite. No en vano, se tiene constancia de que ya se elaboraban en el pueblo a finales del siglo XIX, aunque el despegue definitivo se produjo en el primer tercio del siglo XX. Dos mujeres, Inés Rosales y Concepción Cansino, fueron pioneras en el arte de elaborar y comercializar (cada una por su lado) las tortas de aceite y polvorón. Obviamente, empezaron desde abajo, transportando sus productos caseros en canastos y vendiéndolos de casa en casa, primero en Castilleja de la Cuesta, y posteriormente en la capital hispalense, pero pronto la demanda se disparó y tuvieron que instalar hornos en sus domicilios para satisfacer a una clientela cada vez mayor.

Continuar leyendo «Las tortas de Castilleja de la Cuesta»

La joya de La Cartuja (III)

En este tercer y último artículo sobre el Monasterio de La Cartuja vamos a hablar sobre su historia más reciente y su estado actual. Podemos afirmar que la fecha clave que marcó su devenir fue 1835, año en el que entró en vigor la Desamortización de Mendizábal, la cual supuso la expulsión definitiva de los monjes y la expropiación del monasterio. Abandonado durante varios años, el comerciante Carlos Pickman vio en el emplazamiento del monasterio un lugar apropiado para poner en marcha una fábrica de loza y porcelana. Así las cosas, primero lo alquiló y fue respetuoso con su estética tradicional, pero cuando la demanda de sus productos se multiplicó decidió comprarlo y realizar reformas integrales para adaptarlo a las necesidades de producción.

Continuar leyendo «La joya de La Cartuja (III)»

El mirador de Sevilla

torre perdigonesAunque para muchos haya pasado desapercibido, Sevilla cuenta oficialmente con un mirador desde hace siete años. Nos referimos a la Torre de Perdigones, que fue restaurada en 2007 para convertirse en la vigía de Sevilla. Para acceder a su observatorio hay que pagar una entrada (1,50 euros), subir por un ascensor y escalar 20 peldaños. Una vez allí, se puede contemplar toda la ciudad a 45 metros de altura (casi la mitad que la Giralda) y en días despejados incluso se llega a otear la serranía de Ronda. Los que ya han vivido la experiencia destacan el predominio del color blanco en los edificios, así como la perfecta asimetría con la que han sido dispuestos.

Al margen del mirador, la Torre de los Perdigones (situada en la calle Resolana del barrio de La Macarena), cuenta también con una cámara oscura. Visitarla cuesta 4 euros, pero los que la conocen saben que merece la pena. No en vano, ofrece una imagen en directo y en movimiento de la ciudad de Sevilla a través de un periscopio. Este artilugio, gracias a sus espejos y lentes de aumento, nos brinda una panorámica de Sevilla realmente original, ya que el efecto óptico que utiliza no está muy extendido. Tanto es así que en Europa se pueden contar con los dedos de las manos las cámaras oscuras de este tipo, siendo la de Edimburgo (Escocia) la más antigua y conocida.   

¿Y qué había antes en la Torre de los Perdigones? Como bien indica su nombre, era una fundición que formaba parte de la antigua fábrica de San Francisco de Paula desde 1890. El plomo era llevado hasta la parte superior de la atalaya, donde era introducido en un horno. Una vez derretido, se vertía en cribas de distintos calibres y el viento que entraba por las ventanas solidificaba el producto armamentístico, que termina cayendo a la base de la torre por la ley de la gravedad. 

La Universidad: de la Fábrica de Tabacos hasta hoy

Una vez asentada en la calle Laraña, la Universidad de Sevilla sufrió en primera persona los vaivenes de la política española en materia de educación durante el siglo XIX. Y es que, en función de si el gobierno era conservador o liberal, el vínculo que unía a la enseñanza con la Iglesia era más o menos fuerte, algo que se tradujo en varios intentos de secularización y sus correspondientes vueltas al pasado. Lo que sí fue determinante fue el plan de centralización que llevó a cabo el ministro Pidal en 1845, a través del cual todas las universidades de España, perdieron su autonomía y pasaron a regirse por las mismas normas nacionales. Además, todas las facultades menores fueron suprimidas, de ahí que las de Baeza y Osuna fueran anexionadas por la hispalense.

A mediados del siglo XX, la Universidad de Sevilla se trasladó a su ubicación actual, la Fábrica de Tabacos, un edificio diseñado por el ingeniero español (aunque de origen belga) Sebastian Van der Borcht, que también participó en las restauraciones de la Real Casa de la Moneda y de la Torre del Oro. Eran tiempos en los que la oferta de estudios crecía a un ritmo vertiginoso y buena prueba de ello es que a partir de los años sesenta en Sevilla ya se podía cursar Arquitectura e Ingeniería, y una década más tarde, también Económicas, Farmacia y las Ciencias por separado (Biología, Física, Química, Matemáticas, etcétera), al margen de las carreras primigenias.

La Constitución de 1978 puso fin al férreo centralismo académico y otorgó un margen de maniobra a las comunidades autónomas. Fruto de ello se aprobó en 2003 la Ley Andaluza de Universidades, con el objetivo de coordinar la enseñanza superior en todo el territorio general, siendo la Universidad de Sevilla el vértice educativo. No en vano, actualmente cuenta con unos 30 centros educativos, un catálogo de casi 70 titulaciones y más de 50.000 alumnos. Además, un prestigioso informe elaborado en 2011 la sitúa como la octava universidad más valorada de España y la 214ª del mundo.

Los cañones olvidados

A día de hoy, Sevilla no es un referente nacional a nivel industrial, aunque eso no quiere decir que no haya tenido peso específico en dicha materia en determinados periodos de la historia. De hecho, la ciudad siempre mantuvo una estrecha relación con la metalurgia, prácticamente desde que esta tecnología se extendió por Europa, especializándose sobre todo en el arte de fundir metales con fines militares. Eso explica el incuestionable auge que tuvo durante siglos la Real Fábrica de Artillería, ubicada en el barrio de San Bernardo. Su historia, como la de todos los edificios emblemáticos de Sevilla, no tiene desperdicio.

Para situar su origen hay que hablar inexorablemente de la Fábrica de Bronces de Sevilla, que fue su antecesora. Vio la luz en 1565 gracias a la inversión privada de la familia Morel, quienes, con un taller y un par de hornos, consiguieron un notable éxito empresarial vendiendo campanas y cañones y recibiendo otros encargos de gran magnitud como la fundición de El Giraldillo. Tan productivo era el negocio que Felipe III ordenó nacionalizarlo en 1634 para ponerlo al servicio del interés público y le sacó mucho partido gracias al inagotable comercio con las indias, logrando que muchas personas se instruyeran en el oficio y la ciudad se extendiera hacia su lado.

En 1757, Carlos III, quien siempre mostró cierta predilección por la industria, ordenó la construcción del edificio que hoy que conocemos como Real Fábrica de Artillería porque el anterior se había quedado pequeño para el ingente volumen de trabajo. La excelente organización de la nueva planta permitió fundir un sinfín de piezas de artillería que fueron destinadas principalmente a América, donde muchos colonos, entre ellos los estadounidenses, libraban batallas para conseguir la independencia. “Las piezas de artillería que salen de tan famoso establecimiento tienen una reconocida superioridad sobre casi todas las de Europa”, escribió Álvarez Miranda en el siglo XIX. Una centuria más tarde, se realizaron importantes remodelaciones para adaptarse a los últimos avances y se cimentaron nuevas factorías que funcionaron como anexos.

Una vez finalizadas la Guerra Civil y la II Guerra Mundial, las tareas de la Fábrica de Artillería fueron reduciéndose progresivamente hasta tal punto que en 1992 cesó su actividad. Por suerte, sus dependencias fueron utilizadas por la Delegación de Defensa, pero ésta las abandonó en 2010 y desde entonces el edificio está completamente en desuso e incluso ha sufrido algún que otro robo. El Ayuntamiento está estudiando distintos proyectos para rehabilitarlas y es posible que en los próximos meses se ponga en marcha alguno de ellos. Sería una buena noticia, ya que, aunque todo lo que huela a beligerancia no despierte demasiada simpatía, la historia no se puede cambiar. Es más, se debe hacer todo lo posible por conservarla materialmente y no olvidarla.

Una sociedad patrimonial malagueña se hace con la empresa Pickman la Cartuja

Nueva empresaEl nuevo inversor ha destacado el compromiso de mantener 98 de los 106 empleos actuales y retomará la actividad de la empresa en mayo. La centenaria fábrica de loza sevillana Pickman la Cartuja, paralizada desde hace casi dos años, retomará la actividad el próximo mes de mayo tras comprarla Canei Red, empresa de inversión malagueña, al empresario Emilio Portes con el compromiso de mantener 98 de los 106 empleos.   El acuerdo recoge que con carácter inmediato se incorporarán a la empresa unos quince o veinte trabajadores hasta llegar a mayo con 82 y a diciembre con 98 y los ocho empleos restantes se extinguen con una indemnización de veinticinco días por año trabajado hasta un tope de doce mensualidades. 

Continuar leyendo «Una sociedad patrimonial malagueña se hace con la empresa Pickman la Cartuja»

Sevilla tendrá en Cruzcampo el bloque de pisos más alto

CruzcampoLos suelos de la antigua fábrica albergarán un edificio singular de 23 plantas en la avenida de Andalucía. Tras el fiasco del barrio de diseño que iban a proyectar cuatro de los arquitectos más reconocidos del mundo (Norman Foster, Isozaki, Nouvel y el sevillano Guillermo Vázquez Consuegra) para la empresa vasca Urvasco, la nueva propietaria de los suelos (Compañía para los desarrollos inmobiliarios de la ciudad Híspalis) ha presentado a la Gerencia de Urbanismo su plan especial para el terreno donde prevé construir un «edificio singular» de 23 plantas en el frente de la avenida de Andalucía.Sería el bloque de pisos más alto de Sevilla, después de la torre de oficinas de Los Remedios, y sin contar, por supuesto, con el rascacielos de César Pelli para la caja de ahorros Cajasol.La Junta de Gobierno aprobó ayer de forma inicial el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) para los suelos de la antigua planta de Cruzcampo en la avenida de Andalucía, una bolsa de 196.283 metros cuadrados destinada a viviendas libres y protegidas, equipamientos públicos y usos terciarios. En rueda de prensa, la portavoz del Gobierno municipal, Nieves Hernández, aclaró que ahora el documento será sometido durante un mes a su preceptivo periodo de información pública.

Continuar leyendo «Sevilla tendrá en Cruzcampo el bloque de pisos más alto»