Sevilla le abre las puertas al séptimo arte

Sevilla ha sido desde siempre una mina de oro para los cineastas. Buena prueba de ello es que los hermanos Lumiére, los máximos responsables de la invención de la técnica para captar imágenes en movimiento, enviaron a un emisario a la capital hispalense en 1898 con el objetivo de filmar la Semana Santa y algunas corridas de toros. Por aquel entonces el cine era meramente documental, pero bastaron unas décadas para que se convirtiera en una de las grandes industrias del entretenimiento. Y llegados a ese punto, los estadounidenses tomaron la delantera sin perder de vista a la capital de Andalucía. Así, la primera película de Hollywood que se rodó en Sevilla fue ‘El diablo es una mujer’ (1935), dirigida por Josef von Sternberg y protagonizada por Marlene Dietrich.

Desde entonces a esta parte, los preciosistas lugares y monumentos de Sevilla han servido como escenarios para más de 600 películas nacionales y foráneas de todo tipo: adaptaciones de obras literarias (‘Fortunata y Jacinta’, ‘Don Juan Tenorio’, ‘Alatriste’), de ciencia ficción (‘El ataque de los clones’, ‘El viento y el león’), polémicas (‘Nadie conoce a nadie’), superproducciones (‘El reino de los cielos’, ‘Noche y día’, ‘La conquista del paraíso), dramáticas (‘Siete Vírgenes’, ‘Grupo 7’), y un largo etcétera. Pero si hubo una cinta rodada en las calles de nuestra ciudad que tuvo un rotundo éxito a nivel internacional, esa fue ‘Lawrence de Arabia’ (1962), de David Lean, con emplazamientos tan significativos como la Plaza de España, la Casa de Pilatos o el Casino de la Exposición.

Como dato anecdótico, cabe destacar que algunos directores no consiguieron el permiso oficial para ambientar sus obras en Sevilla y se las arreglaron para recrear la ciudad en platós, como fueron los casos de ‘El gato montés’ (1936) y ‘Sangre y arena’ (1922).  Situaciones como esas ya no se darán, ya que el Ayuntamiento de Sevilla se ha propuesto dar facilidades a los productores para generar ingresos, potenciar el séptimo arte y poner a Sevilla más si cabe en el escaparate mundial. De esta manera, tiene previsto aprobar una nueva ordenanza que eximirá de la tasa fiscal a los rodajes que creen empleo para los sevillanos. Una vez que entre en vigor, la tentación de filmar en la ciudad más bella del mundo estará presente en todos los cineastas.