Un tributo a Machado

Antonio Machado nació el 26 de julio de 1875 en el Palacio de las Dueñas. Sus progenitores no eran tan ricos como para ser dueños de todo el recinto (su padre era abogado y la familia de su madre tenía una confitería), pero sí lo suficientemente pudiente como para residir en una de las viviendas de este privilegiado inmueble. “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero”, escribió el poeta ya en su madurez, refiriéndose a la plazuela de la calle Dueñas, donde se le recuerda desde hace tiempo a través de un azulejo.

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El republicanismo de Diego Martínez Barrio (I)

martinez barrioEl hijo de un albañil y de una vendedora de mercado puede llegar a ser el Presidente del Gobierno de un país. Incluso habiendo nacido en España y en una fecha tan lejana como 1883. Lo demostró Diego Martínez Barrio, un sevillano de pura cepa al que la vida no se lo puso fácil. No en vano, a los once años perdió a su madre y se vio obligado a trabajar, primero como aprendiz de panadero y luego como tipógrafo en una imprenta, de donde absorbió su interés por la lectura. “Mi infancia no conoció otras alegrías que las inevitables de la edad, entreveradas con escaseces que, después de la muerte de mi madre, se convirtieron en miserias”, escribió en sus memorias.

Las injusticias sociales que veía pasar ante sus ojos acrecentaron su inconformismo, de ahí que decidiera meterse de lleno en mundo de la política para intentar cambiar las cosas. Así, al cumplir la mayoría de edad se afilió a la Juventud Republicana de Sevilla y al Partido Republicano Liberal que lideraba Alejandro Lerroux, al tiempo que empezaba a colaborar con algunos periódicos. Escribía con tanta valentía, que uno de sus artículos le mantuvo en la cárcel durante dos meses en 1907 por un presunto delito de opinión, aunque finalmente el caso fue sobreseído.

Un año más tarde ingresó en la masonería, a través de la cual conoció a personas muy influyentes antes de convertirse en uno de sus maestres, y seguidamente fundó el diario El Pueblo para difundir sus ideas republicanas. Su hiperactividad quedó más que probada en 1910, cuando, no saciado con todos los frentes en los que estaba inmerso,  fue elegido concejal del Ayuntamiento de Sevilla. Ya en la década de los veinte quiso dar un paso más en su carrera política, convirtiéndose en el adalid del Partido Republicano Liberal en Sevilla y presentándose como candidato para diputado en las Cortes. Y cuando Primo de Rivera dio el golpe de Estado (1923), se alineó claramente en su contra, por lo que no es de extrañar que terminara exiliado en Francia. De su regreso a España, su ascenso al poder central y su participación en la Guerra Civil hablaremos en el siguiente artículo. 

Antonio Machado: su vida

antonio-machado1El 26 de julio de 1875, en el Palacio de Dueñas (Sevilla), propiedad de la Casa de Alba, vio la luz uno de los mejores poetas que ha dado España: Antonio Machado. Fue el segundo de cinco hermanos y se crió en el seno de una familia de clase media que sólo pasó penurias económicas tras la muerte de su padre, ‘Demófilo’, un estudioso del folclore andaluz. Se formó en el instituto San Isidoro y más tarde pasó por las aulas del Cardenal Cisneros, donde empezó a interesarse por la literatura. No cabe duda de que la influencia de su hermano mayor, el también dramaturgo Miguel Machado, influyó notablemente en el desarrollo de su vocación, ya que estando aún en la capital hispalense le presentó a Valle-Inclán, y una vez que se trasladó a París, a Oscar Wilde y Pío Baroja.  

Cuando sus escritos aún no le daban para subsistir, trabajó como traductor para la Editorial Garnier y también como actor de teatro, antes de ganar las oposiciones para el puesto de catedrático de francés, siendo destinado a Soria. Allí conoció a Leonor Izquierdo, que terminaría convirtiéndose en su mujer, aunque por poco tiempo. Y es que la joven murió de tuberculosis  antes de cumplir los 20 años y Antonio Machado, sumido en una gran depresión, pidió el traslado a Baeza. Mientras ejercía la docencia en dicha localidad jiennense, su percepción de la realidad cambió. Así, el estilo intimista que imperaba en su obra ‘Soledades’, dio paso a unas inquietudes sociales y patrióticas, tal y como dejó patente en ‘Campos de Castilla’. Por esta razón, se le considera un miembro tardío de la Generación del 98.

De Baeza pasó a Segovia, ciudad en la que se enamoró ciegamente de una mujer casada, Pilar de Valderrama, a quien dedicaría una gran colección de versos. El estallido de la Guerra Civil le separó prácticamente de todo lo que amaba y propició su marcha a Valencia, donde no se esforzó en ocultar sus simpatías hacia el bando republicano. Tanto es así que en 1938 huyó a Barcelona y escribió muchos artículos para La Vanguardia, periódico afín al gobierno de Azaña. Poco antes de que las tropas sublevadas tomaran la Ciudad Condal, logró escapar del país y afincarse en Colliure (Francia), pueblo en el que falleció a los 63 años. En el bolsillo de su chaqueta se encontró un papel que incluía dos frases manuscritas: la primera, tomada prestada de Hamletad, rezaba ‘Ser o no ser’, mientras que la segunda fue la última de su cosecha, y decía ‘estos días azules y este sol de la infancia”. 

El jardín de Blancanieves

Buena noticia para los niños, para los que se resisten a abandonar la infancia y paro los que les acompañan en los días de asueto. El antiguo parque de Blancanieves, situado entre la Avenida de la Borbolla y la Plaza de España, ha vuelto a abrir sus puertas con un aspecto remozado después de dos años de intensos trabajos. No se trata de un sitio de recreo como otro cualquiera. De hecho, posee nada más y nada menos que 450 especies vegetales procedentes de los cinco continentes, algunas de ellas en peligro de extinción, y ha pasado a llamarse oficialmente Jardín de Colecciones Didáctico y Educativo Medioambiental Joaquín Romero Murube.

Las labores realizadas por más de 120 alumnos de la escuela de jardinería, con la supervisión de la fundación Forja XXI y el apoyo de las instituciones públicas, ha dado como resultado un vistoso y heterogéneo paraje en el que se pueden encontrar todo tipo de plantas: frondosas, silvestres, coníferas, trepadoras… Además, se han instalado albercas, pérgolas, estanques, laberintos y pequeñas casas para aves con la idea de recrear un ecosistema cien por cien natural. Y por si fuera poco, cada rincón del jardín tiene un nombre que evoca a la fantasía, tales como la Fuente del Umbral del Sueño, el Árbol del Conocimiento, la Glorieta del Oráculo, etcétera.

Hay que recordar que el original parque de Blancanieves fue inaugurado en 1963 y disponía de 3.000 metros cuadrados destinados al entretenimiento infantil, pero con el paso de los años tanto el mobiliario como las zonas verdes fueron deteriorándose. Pese a todo, la reciente remodelación no sólo ha permitido conservar muchos de los murales y juegos, sino que también se han añadido otros nuevos de carácter didáctico. En resumen, estos jardines tienen todo lo necesario para que los pequeños y los no tan pequeños se diviertan aprendiendo y respetando la naturaleza.

El derecho a jugar

Se habla constantemente del derecho a la libertad, a la igualdad, al voto, a la intimidad, a la presunción de inocencia, a un juicio justo, a la vida… pero, ¿han oído hablar alguna vez del derecho a jugar? Seguramente no, pero técnicamente existe y está incluido en la Convención sobre los Derechos del Niño que se firmó en la ONU en 1989. Todos sabemos que el aprendizaje de los niños se lleva a cabo principalmente a través de las actividades lúdicas, pero por desgracia, no todos ellos tienen los medios necesarios a su alcance para practicarlas. Y no nos referimos en este caso a los pequeños que viven en la pobreza, que por desgracia, son demasiados, sino a los discapacitados.

Debido a sus dificultades físicas o sensoriales, no pueden disfrutar de todos los juguetes convencionales, ya sean los que se venden en tiendas o los que se encuentran en espacios públicos, pero el Ayuntamiento de Sevilla está poniendo de su parte para facilitar la integración de este colectivo. De esta manera, hace unos días concluyó la instalación de los juegos infantiles adaptados para niños con discapacidad en una zona céntrica y bien comunicada: los Jardines del Cristina. Gracias a la inversión de unos 50.000 euros, este recinto ya cuenta con un columpio, un multijuego y un camión habilitados para los críos más especiales.

Obviamente, estas labores de adecuación no son más que el primer paso del compromiso adquirido por el alcalde con los niños discapacitados y sus padres, y la idea es que, de forma paulatina, la práctica totalidad de los parques de la ciudad vayan adaptándose a sus funcionalidades. ¿Cómo? Pintando los balancines con tonalidades llamativas y aplicando diferentes texturas para todos aquellos que tengan problemas visuales,  colocando letreros en sistema braille, reforzando las medidas de seguridad, etc. En resumen, velando para que el derecho a jugar se cumpla al pie de la letra.

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