El mosquito de 1800

El virus del Zika está abriendo todos los telediarios últimamente y hay quien se sorprende de que su método de propagación sea la picadura de un mosquito. Sin ánimo de querer comparar una cosa con la otra, porque en absoluto son equiparables, cabe recordar que algunas de las grandes epidemias de la historia también se extendieron por mordeduras de insectos. Sin ir más lejos, la fiebre amarilla que hizo que enfermara casi toda la población de Sevilla en 1800 fue transmitida… por un mosquito.

Por aquel entonces, la capital hispalense contaba con unos 80.000 habitantes, cifra muy inferior a la que había tenido en siglos anteriores, y ésta se redujo aún más cuando la fiebre amarilla hizo acto de presencia. Llegó previa escala en Cádiz, donde había atracado un buque llamado ‘Delfin’ que procedía de La Habana (Cuba) y traía pasajeros enfermos. Triana fue el primer barrio donde aparecieron masivamente los síntomas (cefalea, calentura, ictericia, vómitos, hemorragias, diarrea…), hasta el punto de que la iglesia de Santa Ana tuvo que ser cerrada por el elevado número de defunciones, al tiempo que se trasladaba el Santísimo al convento de San Jacinto.  

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Polillas falsas y pasajeras

Probablemente las habrán visto recientemente y las seguirán viendo durante un tiempo más, pero no se asusten: son totalmente inofensivas. Hablamos de las falsas polillas que invadieron Sevilla la semana pasada y que parecen haber encontrado acomodo en nuestras viviendas, donde han provocado más de un susto al abrir una puerta o tras pulsar el interruptor de la luz. Cabe reseñar que no son polillas como las que dejan huella en los muebles de madera y en la ropa, sino otras especies diferentes. De hecho, están consideradas como mariposas nocturnas.

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