Durante la Velá de Santa Ana, fiesta popular que se celebra en el mes de julio en la orilla derecha del Guadalquivir, la orilla del Triana, los trianeros, ahora repartidos por los nuevos arrabales, vuelven a su antiguo barrio para mostrar su naturaleza nunca perdida , engalanando al río y ocupando su orilla con las casetas donde se asan sardinas, se comen avellanas verdes, se bebe vino o cerveza, se canta, se baila… En las tardes, cuando el calor de la ciudad parece que comienza a diluirse en su propio sofoco, las aguas del río son tomadas por decenas de jóvenes que se refrescan y comienzan a organizarse para participar en “La Cucaña”.La Cucaña es un antiguo juego-concurso que ha persistido hasta nuestros días y en la que participan los jóvenes trianeros demostrando sus habilidades sobre un poste encerado en cuyo final se coloca una bandera que es necesaria coger para llevarse el premio.
Cucaña quiere decir palo ensebado, es un juego consistente en escalar, trepar, marinear sólo con la ayuda de brazos y piernas por un poste vertical u horizontal de aproximadamente 5 metros, que suele estar alisado o embadurnado con alguna sustancia resbaladiza, hasta atrapar el premio, el poste se coloca horizontalmente sobre la proa de una barcaza en el río y los participantes deben caminar sobre el poste evitando caer al agua, hasta alcanzar el premio.
Reconocer y valorar la trayectoria de jóvenes y entidades juveniles que destacan por su trabajo. Ese es el objetivo de los galardones Sevilla Joven, otorgados ayer en el Centro Cultural Cajasol por el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ). En la modalidad Universidad el premio ha sido para el Club de Mediación Universitaria, perteneciente al Área de Promoción de la Salud del Servicio de Asistencia Universitaria de la Universidad de Sevilla (SACU), por su trabajo de fomento de hábitos saludables entre los jóvenes universitarios. En Deporte, el premio ha correspondido al Club de Balonmano Femenino Solúcar, de Sanlúcar la Mayor; en Asociacionismo, a Gantalcalá (Alcalá de Guadaíra).
La Puerta de Jerez y todo su entorno, incluyendo las calles San Fernando y Almirante Lobo, los jardines de María Cristina y parte de la avenida de la Constitución como punto neurálgico de Sevilla, quedaron durante la madrugada de hoy completamente abarrotadas por miles de aficionados, en su mayoría jóvenes, que celebraban en plena madrugada la victoria de la selección española en la fase final del Campeonato Mundial de Fútbol. Ya en los viarios cercanos a la calle San Fernando y la Puerta de Jerez, de hecho, los coches saturaban las avenidas, como fue el caso de la del Cid en varios momentos. Mientras sus ocupantes ondeaban banderas nacionales y, con sus equipos de sonido a alto volumen, coreaban consignas de victoria a veces incluso con sus cuerpos fuera de las ventanillas de los vehículos, un reguero de grupos de personas, en su mayoría jóvenes, caminaba animádamente hacia la Puerta de Jerez en una hilera de camisetas rojas y banderas de España.
La representación jurídica de una de las dos jóvenes atropelladas por un vehículo en la madrugada del pasado día 4 de abril en el Paseo Colón de la capital hispalense, Almudena González, de 30 años y vecina de Mairena del Aljarafe (Sevilla), pidió 12 años de cárcel y más de 120.000 euros para el conductor de dicho vehículo, identificado como Fernando Vargas, y al que se le imputan como presunto autor del doble atropello hasta seis delitos. Fuentes de la acusación particular que ejerce la familia de Almudena González informaron a Europa Press de que, concretamente, piden «ocho años por homicidio por imprudencia grave, cuatro años por cada una de las víctimas mortales, más otros cuatro años por la omisión del deber de socorro». Además, piden más de cien mil euros para los padres de la joven y más de ocho mil euros para cada una de sus dos hermanas, una melliza de la víctima de 31 años de edad y otra más pequeña de 23.