El Virgen del Rocío saca buena nota

La labor de los hospitales es tan necesaria como desagradecida. En cierto modo, son como los árbitros de fútbol, ya que, salvo en honrosas excepciones, sólo se habla de ellos cuando hay errores por medio. O cuando existe la mera sospecha de que pudieron hacer algo más por nosotros. Es el precio de lidiar día a día con la ley de la vida.

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La Casa Rosa y sus jardines

Dentro de los edificios conocidos, posiblemente la Casa Rosa sea el más desconocido. No en vano, la que fuera sede de la presidencia de la Junta de Andalucía durante las obras del Palacio de San Telmo se ha abierto muy pocas veces al público, aunque el próximo otoño esa tendencia va a cambiar. En concreto, está prevista la organización de visitas guiadas a sus hermosos jardines, que son, junto a los del Cristina, los únicos de estilo románico que se conservan en la capital hispalense. Ocupan aproximadamente una hectárea, no han perdido ni una pizca de su esencia y están situados en la confluencia de las avenidas de Eritraña, La Palmera y Manuel Suirot.

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Un hospital en desuso

hospitalRogelio Vigil de Quiñones fue un médico militar que pasó a la historia a finales del siglo XIX por su heroica resistencia en Baler (Filipinas). En la iglesia de este pueblo, un destacamento español permaneció atrincherado repeliendo los ataques de los insurrectos nada más y nada menos que 337 días, y su valiosa participación, tanto con el botiquín como con las armas, permitió que ‘los últimos de Filipinas’ salieran con vida de aquel interminable sitio. Un puñado de décadas más tarde, el Hospital Militar de Defensa de Sevilla fue bautizado con su nombre y fue un ejemplo de modernidad y buen funcionamiento hasta 2004, cuando fue transferido a la Junta de Andalucía para ser rehabilitado como un centro público y cesó su actividad.

Desde entonces a esta parte, el hospital se encuentra en situación de semiabandono. La falta de financiación ha paralizado las obras y los presupuestos iniciales ya se han duplicado por este mismo motivo, de ahí que no se vislumbre una solución a corto plazo. Y es una lástima, pues un hospital nunca sobra y con más motivo si hasta hace no demasiado tiempo operaba con eficiencia. Es más, estaba considerado como un centro de prestigio por disponer de un equipamiento amplio y vanguardista.   

Y no hablamos de un hospital pequeño, sino de un inmueble de 12 plantas con 83.000 metros cuadrados de extensión, espacio suficiente para albergar 240 habitaciones individuales, 750 camas, cinco quirófanos, un área de cirugía experimental, 29 especialidades, varias cafeterías e incluso un helipuerto. Por algo estaba considerado como el segundo más importante de su ámbito tras el Gómez de Ulloa a de Madrid. A todos estos servicios, la Junta de Andalucía pretendía incorporar la primera unidad de neurorrehabilitación de lesiones medulares y daño cerebral de la comunidad, pero por el momento, tendremos que esperar a que vengan tiempos mejores. 

Las joyas arqueológicas de Sevilla

No hay mejor manera de adentrarse en la historia más antigua de Sevilla y su provincia que recorriendo de punta a rabo el Museo Arqueológico de Sevilla. Ubicado en la Plaza de América, junto al Pabellón Real y dentro del Parque de María Luisa, fue fundado en 1879 para reunir las piezas de valor que habían sido encontradas durante las excavaciones estatales y las obras de arte que liberaron los conventos tras las desamortizaciones. Sus primeros  fondos procedían casi exclusivamente de Itálica (Santiponce), los cuales fueron expuestos durante un tiempo en los Reales Alcázares,  pero conforme pasaron los años  se fueron incorporando más hasta convertirlo en uno de los museos de referencia en nuestro país.

 

 
Su primer director, Manuel de Campos y Munilla, ya se encontró con el problema del espacio en el Convento de la Merced, sede original, y no sólo por el ingente patrimonio que debía almacenar, sino por las numerosas visitas (más de 12.000) que recibió el museo a las primeras de cambio. Sin embargo, para hallar una solución hubo que esperar hasta el año 1941, cuando el Ayuntamiento de Sevilla cedió el emplazamiento actual. Dos décadas más tarde el edificio fue declarado Monumento Histórico Artístico y a renglón seguido fue remodelado para ampliar el número de salas hasta las 27 que posee a día de hoy.

 

 
¿Qué podemos encontrar exactamente en el Museo Arqueológico de Sevilla? En términos numéricos, más de 60.000 piezas que van desde la Prehistoria hasta la Edad Media, con muestras muy valiosas de la cultura tartésica (una copia exacta del Tesoro de El Carambolo), la cerámica ibérica, la mitología griega (un torso de Artemisa), el Imperio Romano (esculturas, mosaicos, orfebrería…), Alejandro Magno (un retrato), los periodos visigodos y califales, y un largo etcétera.

 

 
En estos días el museo es motivo de actualidad por la paralización del proyecto de rehabilitación integral, una obra que está pendiente desde 2009 y que no se ha llevado a cabo por falta de financiación. Por esta razón, el Ayuntamiento, con el apoyo de todos los grupos políticos, ha solicitado formalmente a la Junta de Andalucía y al Ministerio del Interior que culminen lo antes posible esta necesaria reforma y que hagan un esfuerzo para que el Tesoro de El Carambolo (el original) pueda exhibirse permanentemente al público, algo que hasta ahora no ha sucedido por problemas seguridad.

La estación del Prado echa la persiana

Se acabó lo que se daba. La estación de autobuses del Prado de San Sebastián cerrará definitivamente sus puertas el próximo mes de enero. Era un secreto a voces, pero la noticia no tuvo carácter oficial hasta hace unos días, cuando el delegado de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Sevilla, Demetrio Cabello, la anunció. El único trámite que resta para que se haga efectivo el cese de su actividad es que la Junta de Andalucía apruebe el traslado de sus últimos servicios a Plaza de Armas, estación que verá incrementado su volumen de tráfico en un seis por ciento aproximadamente. Cabe recordar que el PGOU de 2006 ya recogía esta mudanza, que se ha llevado a cabo de forma progresiva a lo largo de este tiempo. De hecho, básicamente ya sólo restaban las líneas turísticas.

Estación del Prado en Sevilla

El edificio fue construido entre 1938 y 1944, es decir, en plena posguerra, de ahí que su arquitecto (Rodrigo Medina Benjumea) lo diseñara basándose en un estilo racionalista, persiguiendo más la practicidad que la estética. No era una época para derrochar, ni mucho menos.  Aun así, el vestíbulo llama la atención sus grandes dimensiones, ideales para transmitir algo de calma en momentos de apremio, mientras que su interminable andén se encuentra protegido por una estructura de hormigón que se asienta sobre cuatro sólidos pilares. Sus pasarelas superiores le otorgan un aspecto más aderezado, y lo mismo ocurre con las muestras pictóricas y la visera.

Atrás quedan casi setenta años de historia, repletos de viajes rutinarios y excepcionales por carreteras de todos los colores, de despedidas y reencuentros emotivos, de momentos inolvidables para cada persona que anduvo sobre su peculiar pavimento con una maleta a cuestas. La estación conectaba Sevilla con pueblos de la provincia, el resto de capitales de Andalucía y otras ciudades importantes de España como Barcelona o Murcia. Dichos puntos están ahora mejor comunicados que durante el auge de la estación del Prado, pero a buen seguro que los más románticos echarán de menos aquella escena de comprar el ticket en la ventanilla de siempre y recorrer el andén sintiendo el aleteo de las mariposas en el estómago.

Santa Catalina pide auxilio

El 3 de junio se cumplirán ocho años del cierre de la Iglesia de Santa Catalina debido a su delicado estado de conservación y aún no se ha iniciado el ansiado proceso de restauración. El abandono por parte de las autoridades competentes ha provocado que una plataforma ciudadana haya propuesto convertir temporalmente el exterior del templo en una especie de muro de lamentaciones, con la idea de dejar constancia del malestar de los fieles, cuyo objetivo no es buscar un culpable, sino encontrar una solución lo antes posible. Y es que Santa Catalina no es una iglesia cualquiera. De hecho, en 1912 fue declarada Monumento Nacional y esa distinción no se concede todos los días.

También es sede canónica de las hermandades de la Exaltación, de la Virgen del Carmen y del Rosario, y de Santa Lucía, y legado de varios estilos arquitectónicos que dejaron su sello en la capital hispalense. Fue construida en el siglo XIV sobre las ruinas de una antigua mezquita que sólo mantuvo partes del mihrab y del alminar de su torre. Pese a los cambios que ha sufrido a lo largo del tiempo, entre los que se incluyen el traslado de la fachada de la desaparecida iglesia de Santa Lucía a su portal, se puede decir que el edificio desprende un aroma de autenticidad difícil de describir, merced a una armónica combinación del gótico con el mudéjar. Sería una pérdida irreparable que tal valor patrimonial se esfumara con un derrumbamiento, pero esta posibilidad es tan indeseada como factible.

Los últimos informes dejaron bien claro que los pilares están cediendo y los cimientos empiezan a tambalearse. Ahora la pelota está en el tejado del Arzobispado de Sevilla (propietario), del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía, que se comprometieron verbalmente a coordinar la financiación. Mientras tanto, bajo la advocación de Santa Catalina de Alejandría, la mártir que fue capaz de convertir al cristianismo a los más sabios de su época y que por ello fue decapitada, y el respaldo de los feligreses y de la sociedad sevillana en general, el templo pide a gritos auxilio.

El Palacio de San Telmo y sus barreras invisibles

Pese a su gran valor artístico y patrimonial, el Palacio de San Telmo es un edificio un tanto desconocido para el público en general. Sí, es verdad que sabemos que existe, cuál es su ubicación, cómo es su fachada y que es sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, pero debido a que tiene un uso exclusivamente político, todo lo que contiene de puertas para adentro está fuera del alcance de los ciudadanos de a pie. Y es una auténtica lástima, ya que tanto sus interiores como su propia historia no tienen ningún desperdicio. De hecho, para remontarnos a sus orígenes hay que retroceder en el tiempo más de tres siglos.

Los terrenos, que eran propiedad del Tribunal de la Santa Inquisición, fueron transferidos para la construcción del colegio-seminario de la Universidad de Mercaderes en 1682. Esta institución formaba a los huérfanos de marineros, posteriormente pasó a llamarse Colegio de la Marina y tuvo como alumno a Gustavo Adolfo Bécquer. Por suerte o por desgracia, la labor docente desapareció por completo del edificio cuando fue adquirido por los duques de Montpensier 1849, que lo convirtieron en su residencia oficial y lo aderezaron a las costumbres refinadas de su época. Pero el palacio no perteneció a la nobleza demasiado tiempo, ya que, unos cincuenta años después, la infanta y a la vez duquesa viuda María Luisa Fernanda falleció y legó los jardines (los que hoy forman el Parque de María Luisa) a la ciudad y el inmueble, a la Archidiócesis de Sevilla. Así, funcionó como seminario católico desde 1901 hasta 1989, momento en el que el cardenal Marcelo Espínola se lo cedió a la Junta de Andalucía.

Y la pregunta del millón: después de todos los usos que se le dio y por todas las manos que pasó, ¿qué hay dentro del Palacio de San Telmo? Al margen de un entramado de oficinas y recepciones solemnes, posee hermosos patios interiores, torres, jardines y una capilla presidida por la imagen de Nuestra Señora de Buen Aire. Todo ello, impregnado del mejor estilo barroco. Y qué decir de la portada, rematada por la figura de San Telmo, el patrón de los navegantes. También son llamativas las esculturas de doce sevillanos ilustres, entre ellos Miguel Mañara, Luis Daoíz y Bartolomé Esteban Murillo, que coronan la fachada que da a la calle Palos de la Frontera.

En los últimos días el Palacio de San Telmo ha sido noticia después de que el Partido Popular haya prometido en su programa electoral romper sus barreras invisibles y abrir sus puertas de par en par a la ciudadanía y al turismo, algo que ya sucede en las sedes de otras comunidades autónomas como la catalana, la valenciana o la murciana.

El consejero de Turismo y el alcalde inauguran hoy el Castillo de San Jorge.

El consejero de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, y el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), presiden a partir de las 13,30 horas de hoy la inauguración del Museo de la Inquisición del Castillo de San Jorge, que ha contado con un retraso en su apertura por la ejecución de un modificado del proyecto para una mejor optimización de los restos existentes, según confirmaron a Europa Press fuentes municipales.

   El proyecto para la restauración y musealización de los restos arqueológicos del castillo, ubicados en los bajos del mercado de abastos del Altozano, en la barriada sevillana de Triana, está incluido en el Plan Turístico de la ciudad y ha contado con un presupuesto de casi 2,5 millones de euros, financiados en un 60 por ciento por la Junta.

   Según el pliego de condiciones con el que la obra salió a licitación, el proyecto consiste en la reparación de la cripta arqueológica existente, la instalación de un elevador personal para discapacitados y obras de reforma para la ejecución de medidas de adecuación para la puesta en valor y musealización del castillo a fin de albergar en dicho espacio posibles proyectos expositivos.

   Las ofertas, asimismo, debían incluir la instalación de un sistema de aire acondicionado adecuado y la sala de la barbacana del proyecto técnico de musealización, incluyendo el desarrollo de los contenidos y de los recursos expositivos.

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