Palomitas al aire libre, cine de verano en Sevilla

Si alguien piensa que los cines de verano forman parte del pasado, se equivoca.

De hecho, en este periodo estival se ha incrementado significativamente el número de espacios al aire libre que proyectan películas en Sevilla. Sobre todo en los barrios, ya que una de las grandes apuestas del gobierno de Juan Espadas es la de descentralizar la ciudad.

cine verano
Antiguo Cine de Verano

En este sentido, ya están funcionando (o están a punto de hacerlo) cines de verano en Sevilla Este, Polígono Norte, Tres Barrios, Bellavista, Alcosa, Polígono Sur, Torreblanca, Macarena, El Porvenir, El Rocío y Los Bermejales, de los cuales, 20 son nuevos.

Los horarios y días de apertura son diferentes en cada uno de ellos, así como el precio, ya que en algunos habrá que pagar y en otros (la mayoría) no.

Los más tempraneros llevan operando desde hace semanas, mientras que los más rezagados aún no han abierto sus puertas, aunque se espera que durante la segunda quincena de julio ya estén todos a pleno rendimiento.

En cuanto a la oferta de películas, será muy variada, si bien los títulos de animación, comedia y acción se llevarán la palma.

Al margen de los cines de verano de los barrios, seguirán en activo, entre otros, el del Parque del Alamillo, que sólo abre los lunes y está enfocado al público infantil, y el de la Diputación de Sevilla, que tendrá un aforo de 900 espectadores y una oferta más amplia de lunes a viernes.

En la provincia de Sevilla, al menos en la más cercana a la capital, las opciones se reducen a dos: Tomares y Dos Hermanas.

En el municipio aljarafeño la entrada cuesta cuatro euros y se apuesta por grandes éxitos de taquilla en los últimos años como ‘El puente de los espías’ o ‘El renacido’, mientras que en la localidad nazarena se alternarán grandes clásicos como ‘E.T’ o ‘Grease’ con otras cintas más recientes como ‘Jurassic World’, ‘Los Minions’ o ‘Home’.

Plenitud imperfecta

La lluvia no hizo acto de presencia y Sevilla pudo disfrutar de todas sus cofradías sin excepción. El pleno, que no se producía desde 2009, estuvo aderezado por la primera visita de Felipe VI en su flamante condición de rey de España, y, como no podía ser de otro modo, por los incontables momentos emotivos que se vivieron en las distintas procesiones. Sin embargo, no podemos decir que fue una Semana Santa perfecta, pues algunos hechos puntuales pusieron de manifiesto que sigue habiendo bastante margen de mejora en términos de organización, comportamiento cívico, solidaridad entre hermandades, etc.

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La venia de la cordialidad

Los pequeños roces y desacuerdos que existen hoy día entre las hermandades de la Semana Santa de Sevilla son nimiedades en comparación con las disputas que mantenían en siglos pasados. Uno de los principales focos de discordia era el orden de entrada en la Carrera Oficial, pese a que las normas siempre fueron bastante claras a este respecto, estableciendo que las posiciones debían asignarse en función de la antigüedad de las corporaciones. Sin embargo, este criterio no tenía en cuenta los horarios de las cofradías ni las distancias que las separaban de la Catedral, de ahí que muy frecuentemente se originaran disputas entre las juntas de gobierno y los propios hermanos de una y otra corporación.

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Movimiento sobre ruedas

Desde el punto de vista ecológico, Sevilla está en la senda adecuada, que no es otra que la que conduce al desarrollo sostenible. En artículos anteriores ya hablamos sobre la expansión que ha experimentado el carril bici en nuestra ciudad, así como del crecimiento y mantenimiento de las zonas verdes que refrescan nuestro día a día, pero hoy nos vamos a detener en una novedosa actividad que pondrá en relieve la importancia de los medios de transporte saludables. Nos referimos a la primera edición del Paseo sobre Ruedas ‘Vive la Macarena’, que se celebrará el próximo domingo 1 de marzo.

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Júbilo macareno

macarenaEl 31 de mayo de 1964, la Esperanza Macarena fue coronada canónicamente por el cardenal Bueno Monreal. La fecha estaba marcada en verde en todos los calendarios de la ciudad desde hacía mucho tiempo y se organizaron un sinfín de actos para celebrar la imposición de la presea. El evento había alcanzado tal repercusión, que no faltaron a la cita el general Francisco Franco, numerosos altos cargos del gobierno, las infantas Esperanza de Borbón y Ana de Francia… ni las cámaras de Televisión Española, dispuestas a inmortalizar todos los detalles. Desafortunadamente, la lluvia hizo acto de presencia desde las primeras horas del día y deslució la ceremonia, aunque ni mucho menos la canceló.

El altar instalado en la la Plaza de España fue trasladado al interior de la Catedral de Sevilla, donde tuvo lugar una misa más íntima de la que estaba inicialmente prevista debido al limitado aforo y a las fuertes medidas de seguridad. Con todo, tres días más tarde la imagen regresó a su templo en loor de multitudes y en un ambiente festivo que nadie de los presentes olvidó. Dicha estampa, la de la alegría desbordada y la devoción infinita inundando las calles de Sevilla, se ha repetido en los últimos días, coincidiendo con los actos conmemorativos del cincuenta aniversario de la coronación.

Por fortuna, esta vez la meteorología no sólo respetó a los ‘macarenos’ y al resto de cofrades, sino que regaló un sol de justicia que sólo quedó eclipsado por la belleza de la Esperanza Macarena, que por fin pudo llegar a la Plaza España, el edén diseñado por Aníbal González, donde le esperaban nada más y nada menos que 13.000 personas. A la conclusión de la misa, el paso de palio, magistralmente guiado por costaleros, capataces y músicos, emprendió el camino de vuelta hacia la Basílica sin ninguna prisa, deteniéndose en muchas capillas y saboreando cada segundo de las 13 horas que duró la procesión. Podría decirse que la coronación comenzó en 1964 y terminó en 2014. Y la espera valió la pena.

El mirador de Sevilla

torre perdigonesAunque para muchos haya pasado desapercibido, Sevilla cuenta oficialmente con un mirador desde hace siete años. Nos referimos a la Torre de Perdigones, que fue restaurada en 2007 para convertirse en la vigía de Sevilla. Para acceder a su observatorio hay que pagar una entrada (1,50 euros), subir por un ascensor y escalar 20 peldaños. Una vez allí, se puede contemplar toda la ciudad a 45 metros de altura (casi la mitad que la Giralda) y en días despejados incluso se llega a otear la serranía de Ronda. Los que ya han vivido la experiencia destacan el predominio del color blanco en los edificios, así como la perfecta asimetría con la que han sido dispuestos.

Al margen del mirador, la Torre de los Perdigones (situada en la calle Resolana del barrio de La Macarena), cuenta también con una cámara oscura. Visitarla cuesta 4 euros, pero los que la conocen saben que merece la pena. No en vano, ofrece una imagen en directo y en movimiento de la ciudad de Sevilla a través de un periscopio. Este artilugio, gracias a sus espejos y lentes de aumento, nos brinda una panorámica de Sevilla realmente original, ya que el efecto óptico que utiliza no está muy extendido. Tanto es así que en Europa se pueden contar con los dedos de las manos las cámaras oscuras de este tipo, siendo la de Edimburgo (Escocia) la más antigua y conocida.   

¿Y qué había antes en la Torre de los Perdigones? Como bien indica su nombre, era una fundición que formaba parte de la antigua fábrica de San Francisco de Paula desde 1890. El plomo era llevado hasta la parte superior de la atalaya, donde era introducido en un horno. Una vez derretido, se vertía en cribas de distintos calibres y el viento que entraba por las ventanas solidificaba el producto armamentístico, que termina cayendo a la base de la torre por la ley de la gravedad. 

La divinidad de la Macarena

Originalmente, la Hermandad de la Macarena procesionaba con un crucificado y una virgen del escultor Pedro Nieto. Por motivos no Hermandad de la Macarenademasiado claros, en torno a 1680 la corporación decidió hacer un nuevo encargo, quizás al taller de Pedro Roldán, aunque no hay pruebas fehacientes. El caso es que llegó a la capilla de entonces una bellísima imagen mariana de las denominadas de candelero, es decir, de las que sólo están talladas hasta la cintura y pueden ser vestidas de diversas maneras. Realizada en madera de pino y ciprés y con 175 centímetros de estatura, la Macarena asombró a todos los hermanos por la expresividad de su rostro.

Y es que su cara combina al mismo tiempo rasgos de la inocencia de una adolescente y del sufrimiento de una mujer curtida en la adversidad. Tiene la cabeza erguida, pero la mirada levemente inclinada hacia el suelo, muestra de su tristeza. Asimismo, sus cejas arqueadas transmiten dolor y sus párpados hinchados revelan que ha llorado desconsoladamente por su hijo. Buena prueba de ello son las cinco lágrimas de cristal que recorren sus mejillas, las cuales representan las cinco angustias que padeció la Virgen María. Y qué decir de sus manos, que me tienen las palmas abiertas porque se resisten a separarse del Señor.

Dicho esto, cualquier descripción que se haga de Ella es insuficiente. Las fotografías sirven para recordarla con nitidez, pero no para conocerla. Nadie olvida cuándo fue la primera vez a La Esperanza Macarena de Sevilla, ya sea en su Basílica o recorriendo las calles de nuestra ciudad bajo palio, y nadie quiere que haya una última vez. Por eso es una de las imágenes con más devoción, no solo en nuestra ciudad, sino en todo el mundo. Gracias a su divinidad sobrevivió a un atentado durante la Guerra Civil y pudo ser coronada canónicamente en 1962, pero desde mucho antes de esa fecha ya alumbraba a toda Sevilla desde el barrio de San Gil.

El fantasma de Sor Úrsula

Allí donde muere gente a diario siempre se generan historias macabras y el Hospital de las Cinco Llagas, por muy buen servicio que ofreciera, no es ninguna excepción. Más si cabe teniendo en cuenta que en siglos pasados la mente humana estaba mucho más abierta que ahora para creer en fenómenos sobrenaturales. Por todo ello, con relativa frecuencia, pacientes y familiares hablaban de apariciones espectrales, ruidos extraños (rápidas pisadas, gritos de pánico, sollozos de niños recién nacidos), etcétera. Los difusos protagonistas eran soldados que habían sufrido graves heridas en la batalla, mujeres que perdieron la vida al dar a luz, víctimas jóvenes de una cruel epidemia y, en resumidas cuentas, todo tipo de personas con un trágico final que contar.

Hubo denuncias por escrito e investigaciones formales, pero, como suele ser habitual en estos casos, nunca se llegó a demostrar nada. Aun así, la intranquilidad no se evaporó y algunos vigilantes de seguridad, tanto en el pasado más lejano como en el no tan lejano, se negaron a hacer las rondas en solitario ante el temor de ser abducidos. Ya en tiempos más recientes, el propio Plácido Fernández Viagas, antiguo presidente de la Junta de Andalucía, reconoció haber vivido una experiencia paranormal dentro del edificio, lo cual deja a las claras que no estamos ante unos testimonios aislados, independientemente de que se crea en la parapsicología o no.

De entre todos los fenómenos que presuntamente se dieron en el Hospital de las Cinco Llagas, hubo uno a mediados del siglo XVIII que cobró especial relevancia. Se trataba de la aparición del fantasma de Sor Úrsula, una monja que había trabajado previamente allí y que no había dejado precisamente un buen recuerdo entre los enfermos debido a su carácter despiadado, huraño e insensible. Tras fallecer, comenzó a manifestarse por las noches en los pasillos, vestida con un hábito antiguo y portando un manojo de llaves en el cinto. A diferencia de otros episodios, el espectro de la religiosa no fue visto por una persona ni por dos, sino por decenas, aunque la racionalidad siempre ha encontrado argumentos para tratar de explicar lo aparentemente inexplicable.

El hospital de todos (II)

Desde el mismo momento en que fue concebido, el Hospital de las Cinco Llagas, situado en frente de la Basílica de la Macarena, aspiraba a convertirse en un referente para toda Europa, y, aunque se miró en el espejo del célebre Hospital Mayor de Milán, obra de Filarete, se propuso superarlo en todas las facetas. De hecho, los planos elaborados antes de su construcción ya reflejaban unas dimensiones enormes, impropias para un edificio de estas características, razón por la cual algunos consideraron que el proyecto era demasiado pretencioso. Sin embargo, se terminó plasmando en realidad sin mayores problemas.

Iglesia Pleno Parlamento de AndalucíaEn esencia, el diseño se basa en un gran rectángulo en cuyos vértices se elevan torres. Estaba previsto que todo el interior se organizara en torno a diez patios dispuestos de tal manera que aprovecharan al máximo la luz solar, aunque finalmente sólo se construyeron nueve y hoy día sólo se conservan ocho. A sus bellos jardines llegó en nuestros tiempos la escultura de Hércules que había sido expuesta durante la Exposición Universal de 1992 en el Pabellón de Andalucía, y su imponente portada fue ejecutada por Asensio de Maeda, aunque los bocetos correspondían a Miguel de Zumárraga.

Los distintos arquitectos que participaron en las obras se afanaron en conseguir una perfecta sensación de simetría, y lo cierto y verdad es que a grandes rasgos consiguieron su objetivo, aunque más tarde se introdujo un elemento postrero que alteró ese armónico orden: la iglesia, que puede catalogarse como un monumento en sí misma. Bien es cierto que nunca se llegó a concluir por completo, aunque lo que pudo erigir Hernán Ruiz II antes de morir es digno de elogio. Por nombrar algunos rasgos de su arquitectura, la portada tiene forma de arco triunfal, su planta está articulada como cruz latina y el estilo de su conjunto bebe del manierismo. Allí, en el interior de la iglesia, se celebran actualmente los plenos del Parlamento Andaluz, tal y como pueden observar en las imágenes en 360 grados que les brinda esta web.  Asimismo, destacan sus columnas jónicas y sus ventanas termales, sin olvidar las preciosistas vistas que ofrece su tejado, al que se accede por una angosta escalera de caracol.